Gasoducto Cordillerano: el doble, con la mitad, dos años después

Al final del año que comienza, con la ampliación del gasoducto cordillerano, 24.000 familias y pequeñas empresas del sur argentino accederán al uso del gas natural en la zona cordillerana de las provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut. 
Es más, recomendaría esperar a que el beneficio se haya hecho efectivo antes de dar cuenta de él. O a lo sumo mostrar discretamente algún avance de las obras en ejecución.
Y recién entonces acompañar algún texto simple con fotos, videos y testimonios de vecinos que contarán su satisfacción por las obras terminadas sin señalamientos referidos al pasado. 
En fin, Cambiemos preferirá difundir imágenes de gente sencilla, una vez que haya accedido efectivamente a su derecho a la calefacción en la Patagonia. Sin referencias al pasado ni a las razones que provocaron la demora. Hechos y no palabras.
Por eso mismo, el propio Presidente de la Nación que suele descansar algunos días en la región beneficiaria de las obras, seguramente tampoco visitará las mismas por ahora. 
Porque para el Gobierno Nacional se trata simplemente del cumplimiento de un compromiso aprobado en el Presupuesto nacional 2018 recientemente aprobado.
Pero como habitante de una de las localidades patagónicas que hace 5 años tienen vedado el acceso al gas para sus familias, instituciones y empresas, quiero decir algunas cosas que espero sirvan para calentar la espera que atravesará todavía el próximo invierno. Y para justificar el título de esta nota. 
El doble, con la mitad, dos años después
Acompañé -con la diputada Jacqueline Caminoa- al intendente de Esquel Sergio Ongarato a la reunión celebrada en Bariloche el 15 de febrero de 2016 entre todas las ciudades afectadas por la falta de gas, y nos sorprendió ver cómo la inercia sugería elevar el presupuesto de esta obra hasta niveles demenciales. 
Resultaba llamativo que los municipios de Bariloche y El Bolsón formaran parte de la arquitectura financiera que Julio De Vido había diseñado para que gobiernos municipales recibieran fondos de semejante envergadura, destinados a obras en toda la región cordillerana que nunca avanzaban.
Propiciamos desde el inicio abandonar el esquema de sobreprecios y sub-ejecución heredado. Y los resultados pronto estarán a la vista. El doble significa que en lugar de las 10.000 conexiones del gasoducto cordillerano anunciadas por Julio De Vido en Bariloche a mediados de 2015, se habilitarán ahora 24.000.
La mitad significa que en lugar del Presupuesto original de 1.500 millones del año 2015, que algunos incluso estimaban -en febrero de 2016- debía trepar a 2.000 millones de pesos, el Ministerio de Energía está ejecutando la obra por 870 millones de pesos. 
Hace dos años se le exigían a la flamante Administración Nacional 2.000 millones para terminar la obra de 10.000 conexiones, algo que hubiera representado unos 200.000 pesos por conexión. 
En cambio, 870 millones para 24.000 conexiones representan hoy unos 36.000 pesos por conexión. Apenas un 18% del valor estimado a principios de 2016. Pero dos años después.
Considerando la inflación que registra el Indec desde entonces, no menos del 40% hasta aquí, puede decirse que el valor de cada nuevo usuario le costará al Gobierno actual alrededor del 10% de lo que "planificaba" pagar el gobierno anterior.
La noticia en mi opinión no será que haya gas nuevamente en la cordillera patagónica de Neuquén, Río Negro y Chubut. La noticia es que todavía haya país.

Sergio Sepiurka
Presidente del Bloque de 
Concejales Cambiemos de Esquel