Salud: Imprescindible cuidar el recurso humano

Que los tiempos que corren ponen a la austeridad de presupuestos al límite no es novedad. De las cuantiosas acciones y misiones que tiene el Estado el sistema de salud es o debería ser prioridad número uno.

En la década del 40 del siglo pasado el entonces Coronel Perón conoce al Doctor Ramón Carrillo y de esas largas conversaciones surge en la Argentina la política sanitarista, encabezando el facultativo el Ministerio de Salud de la Nación.

Carrillo defendía la “teoría general del hombre, privilegiando lo social sobre el lucro individual” pensando en lo colectivo y llevando la teoría al terreno y lograr implementar formatos que aún hoy, con todo el complejo sistema de salud, perduran.

Como se puede tomar esta síntesis bajo un manto ideológico (lo cual también es así), hago comparación con una cuna del capitalismo, el Reino Unido de Gran Bretaña (Inglaterra, Irlanda, Gales y Escocia) donde tiene un sistema público de salud desde 1948 de los mejores del mundo e invierte anualmente más 127 mil millones de libras para su desarrollo permanente.

Ambas ejecuciones marcan claramente la tarea de prevención con la gratuidad como formato y el acceso a la salud de los sectores más vulnerables, fundamentalmente llevados por la pobreza a esa condición.

Esquel y la región forman parte de un formato provincial del sistema de salud, pero hoy esta abatido por la falta de insumos, ni hablar de infraestructura y de lo más importante, lo diezmado del recurso humano, sin cumplimiento del convenio colectivo que implementara el ex ministro Carlos Sáenz, y con niveles de precarización laboral.

Queda claro que un nuevo hospital debe ser prioridad número uno y la comunidad y la región debe plantearlo porque es infraestructura básica, pero lo más urgente es el cuidado del recurso humano.

Perder médicos, enfermeros, choferes de ambulancias o cualquier otro personal por no cumplir acuerdos puede ser un grave error y un retroceso en años.

Repasando la historia reciente, a modo de ejemplo puedo citar al concejal (MC) Sergio Migliori en su fundamentación de declaración de emergencia social de Esquel, allá por 1988. Él tuvo una intervención brillante en la justificación de la norma y se basó en datos estadísticos y de terreno claves.

Por entonces existía APRISA (Atención Primaria de la Salud) con un equipo de trabajo que día a día visitaba las casas más complejas y tenía un panorama excelente del estado de situación para actuar en consecuencia.

La doctora Elsa Lombardelli lideraba un equipo de agentes sanitarios que permitieron en aquel momento dar respuestas prioritarias como preventivas. El tiempo les dio la razón.

Hoy se avecina un cambio de modelo de salud pública de la mano de la gestión macrista. En respuesta a los pedidos del Banco Mundial y la OMS, entra en escena la Cobertura Universal de Salud (CUS) donde la salud de los trabajadores queda en mano de las patronales.

Podemos desde lo local y provincial rápidamente establecer aquellas políticas con el solo hecho de escuchar a los actores y asumir compromisos, tanto salariales como de insumos y desarrollo de infraestructura.

Desde el Instituto Futaleufú al que pertenezco, se han elaborado propuestas y alternativas que, como mínimo, merecen ser escuchadas porque persiguen el objetivo claro de favorecer al conjunto del tejido social, especialmente en los más desprotegidos.

No es imposible implementar lo que en la cuna del capitalismo se denomina National Health Service, pensando que con organización y prevención, cuidando al recurso humano existente, los beneficios llegan para las nuevas generaciones.