RED43 opinion columna
10 de Marzo de 2018
opinion |
Juan Salvador Carruda Reyes

Esto es un Krugerrand y Esquel debería ser dueño de 3 millones

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Esta semana, un viejo amigo alemán que está por cumplir ochenta años tuvo la gentileza de regalarme uno.

 

Es una moneda sudafricana que se acuñó por primera vez en 1967, a fin de ayudar a la compraventa de oro en el mercado.

 

Todos recordamos cuando hace unos años, aquí en Argentina, desaparecían las monedas de 1 peso en circulación porque eran fundidas y vendidas como metal. Esto sucedía porque el valor del metal era superior al valor nominal de la moneda. También podía ocurrir lo contrario, es decir, que una moneda tuviera un valor fijado mayor que el del metal en el que estaba acuñada. Hoy en día, la situación no ha cambiado mucho: la moneda que representaba el valor de un peso cuesta $1,36 y está siendo reemplazada por una aleación de menor precio.

 

El Krugerrand fue la primera moneda emitida en el mundo que contenía exactamente una onza de oro fino. Fue concebido desde el momento de su creación para ser un vehículo eficaz para la propiedad privada del oro y su valor estaba directamente relacionado con el precio spot de este metal.

 

Como era una moneda de curso legal, los ciudadanos de Estados Unidos podían poseer Krugerrand. En 1934 y en 1974 se había prohibido la propiedad privada de oro en lingotes, pero no así la de monedas de oro extranjeras.

 

A partir de la década de 1950, debido a la condena mundial contra la política del apartheid seguida por el gobierno de Sudáfrica, el rand sudafricano y el Krugerrand fueron declarados “moneda de importación ilegal” en muchos países. Esto duró hasta 1990, cuando cambió la política del apartheid, que dificultó durante muchos años su libre comercio y posesión fuera de Sudáfrica.

 

El Krugerrand está hecho de una aleación de oro y cobre, lo que le da un aspecto algo más rojizo que el de las monedas de oro con aleación de plata. Esta composición proporciona a esta moneda una mayor consistencia y más resistencia a abolladuras o rasguños, por lo que estamos ante una moneda que puede ser manipulada sin miedo a su desgaste.

 

Es, sin lugar a dudas, una de las monedas de oro más famosas de la historia. Su éxito es tal que se calcula que se han acuñado y vendido alrededor de 55 millones de estas monedas en todo el mundo.

 

Cuando le pregunté a mi amigo dónde había obtenido la moneda, me comentó que se la había entregado (junto con algunas más) un hermano que viajó a verlo desde Europa, en los días de la crisis del año 2001, antes de la caída de la convertibilidad del peso. Él estaba preocupado ante la falta de bancos y se las entregó como reserva de valor para que las cambiara en caso de una necesidad extrema que, por suerte, nunca llegó.

 

De la Rúa presentó su renuncia al parlamento el 20 de diciembre de 2001 a las 19:45, apenas en la mitad de su mandato constitucional, abandonando la casa rosada en helicóptero.

 

La medida central del gobierno de Eduardo Duhalde fue la salida del plan de convertibilidad, que regía desde 1991. El 6 de enero de 2002, se derogaron los aspectos esenciales de la Ley N° 23.928, se eliminaron las operaciones de conversión monetaria 1 a 1 y la exigencia de contar con reservas por el 100 % de la base.

 

Si usted se pregunta cuál es la relación entre el Krugerrand y ese hecho histórico, le sugiero que tengamos en cuenta también otro: la convocatoria por

parte del Concejo Deliberante de Esquel, el 23 de marzo de 2003, a un plebiscito sobre la aceptación o rechazo de las actividades mineras, en el que el 82 % de los votantes se pronunció en contra de la megaminería y el uso de cianuro. Ese resultado determinó la sanción de la Ordenanza N° 33/2003, que declaró a Esquel municipio no tóxico y ambientalmente sustentable, y de la ley 5.001 (actualmente ley XVII-Nº 68), que prohibió la actividad minera metalífera en la modalidad a cielo abierto y el uso de cianuro en los procesos de producción (en el ámbito de la Provincia del Chubut).

 

 

En el siguiente gráfico se muestra la evolución de un Krugerrand (una onza troy) durante un período de 20 años.

 

El valor del Krugerrand o de una onza troy de oro puro era, en el mes de diciembre de 2001, cuando mi amigo lo recibió de su hermano (días antes de la caída de la convertibilidad), de 263,49 dólares o pesos al tipo de cambio 1 dólar = 1 peso, vigente en ese momento.

 

El valor del Krugerrand o de una onza troy de oro puro en la actualidad es de 1.320,20 dólares, o 27.116,91 pesos al tipo de cambio 1 dólar = 20,54 pesos, según la cotización de cierre del día 09 de marzo de 2018.

 

El valor actual en dólares representa un incremento de más del 401,04 % respecto al valor original (antes US$ 263,49 y ahora US$ 1.320,20).

 

En pesos, el valor actual en pesos representa un incremento de más del 10.191,44 % respecto al valor original (antes $263,49 y ahora $27.116,91).

 

La onza troy, que costaba 263,49 pesos cuando cayó la convertibilidad, hoy vale 27.116,91 pesos.

 

El Código Minero en su artículo 7 establece que las minas son bienes privados de la Nación o de las Provincias, según el territorio en que se encuentren.

 

La Provincia del Chubut es la dueña original del recurso por tratarse de un metal de primera categoría. En estas minas el suelo es un accesorio, el mineral pertenece exclusivamente al Estado y solo puede explotarse en virtud de concesión legal otorgada por autoridad competente.

 

Hoy, los chubutenses somos mucho más ricos que cuando mi amigo recibió su Krugerrand y vamos a serlo mucho más con el paso del tiempo, porque el oro ha aumentado su valor. Y seguirá aumentando con el paso de los años: sencillamente, porque cuanto más se extrae menos queda. El metal es más escaso y la demanda aumenta en forma constante con el paso del tiempo.

 

De la producción mundial de oro, el 70 % se utiliza para joyería, el 20 % para reservas e inversiones y solo el 10 % para usos industriales. Estos usos han sido estables por muchos siglos y no van a cambiar durante muchos años.

 

El triunfo del No a la explotación de la mina de oro en el Cordón Esquel, propiedad original de la Provincia de Chubut,

 

y cuya concesión legal tiene por ahora Yamana Gold Inc. a través de Minas Argentinas S.A., no solo fue un triunfo sobre la contaminación y la degradación social que hubiese sufrido nuestra comunidad, sino que fue una gran inversión; un negocio fabuloso del que seguiremos siendo parte todos los chubutenses mientras esa concesión no se explote.

 

El proyecto Suyai contemplaba la extracción de aproximadamente 3 millones de onzas de oro, cuyo valor era, en diciembre de 2001 y a 263,49 dólares la onza, de 790 millones de dólares. Hoy, con la onza a 1.320, vale casi 4.000 millones de dólares.

 

Yo, como mi amigo alemán, pienso conservar mi Krugerrand por unos 30 o 40 años y luego dárselo a mi hijo para que él se sienta seguro de tener un recurso en caso de necesidad extrema. Y que luego se lo dé a su hijo, y este al suyo.

 

Chubut debería recuperar el yacimiento Suyai, y hacer lo mismo con él.

 

Juan Salvador Carruda Reyes

 

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