¿Cómo pasamos octubre con esta crisis?

El pasado jueves -después de conocerse que la pobreza  no ha retrocedido y que, todo lo contrario, aumentó hasta alcanzar el 27%, además, otro índice: la indigencia fue de casi el 4,9%- el presidente  no tuvo mejor idea que aludir una y otra vez a la “tormenta” o “turbulencia” como factor determinante de la enorme e irresponsable crisis de la que somos victima la mayoría de los argentinos.

Las tormentas o turbulencias son inevitables –en materia de fenómenos naturales- aunque, con los adelantos científicos que permiten predecirlas, muchos países minimizan los riesgos que provocan y luego de trascurridas tienen planes diseñados para recuperar los daños ocasionados.

Lo que ocurre hoy en la economía y en la sociedad argentina en general,  no es producto de una inevitable “tormenta” o “turbulencia” foránea; lo que hoy padecemos es producto de una violación total y alevosa del discurso de campaña, que con liviandad y sin ningún sustento, hizo a Cambiemos llegar al poder.

Macri, hasta la fecha, el único plan que tenía para la improbable e ilusoria  meta de pobreza cero, inversiones, eliminar impuestos a las ganancias a los trabajadores, etc. era el hecho egocéntrico  de ser Macri y su desafortunado cálculo que eso bastaba para que los capitales económicos –que nada regalan- llegaran a nuestro país.

Ahora resulta que los números de pobreza e indigencia que se dieron a  conocer, eran esperados -nunca debemos de olvidar que esas cifras son niños, mujeres y hombres argentinos- y son el reflejo de la “turbulencia”, que por supuesto no la provocaron estos seres humanos que hoy tienen hambre.

"Siempre vamos a decir la verdad. Las cifras como son, sin negar la crisis", aseguró el presidente, como si fuera un mérito reconocer en porcentajes lo que se palpa en todos y cada uno de los rincones de nuestro país

No deja de asombrar cuando dijo: "Todo el esfuerzo que hicimos en estos dos años y medio está ahí”. ¿Qué está ahí? ¿Qué ve el presidente y su equipo que se le escapa al común de los mortales? Lo que siguió a esta afirmación es peor aún: “juntos, pasada esta tormenta vamos a crecer". ¿Cuándo pasará la tormenta y nos dejará crecer? No se sabe porque nadie sabe qué entiende Macri por tormenta, por qué se produjo, de dónde viene, cuánto va a durar y cómo nos vamos a recuperar, mucho menos qué idea tiene para crecer.

Por ahora, como un gran anuncio, lo mejor llegará en diciembre en cuyo mes, aseguró el mandatario, “vamos a volver a aumentar los programas sociales"

El desafortunado discurso tuvo como colofón la intervención del ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, y de Desarrollo Social y Salud, Carolina Stanley, quienes respondieron  preguntas de los periodistas acreditados en la Casa Rosada.

A Sica no se le ocurrió nada mejor que afirmaciones huecas como "estamos trabajando para superar esta crisis" ¿? o "nuestra prioridad es mantener el empleo" (no parece enterado del crecimiento del desempleo) o esa otra de que “hay un compromiso para potenciar el crecimiento”…

Mientras  Stanley tuvo su momento de gloria cuando afirmó que "esto no nos corre de nuestro objetivo central, que es reducir la pobreza". Mejor…imposible…

En tanto… la “tormenta” no termina, al contrario. Al otro día de esta infeliz alocución e intervención de ministros ante la prensa, el secretario de Energía, Javier Iguacel, dio a conocer que el lunes tendremos aumentos en el precio del gas natural por red (entre 30% y 35%).

Eso sí, el flamante secretario  espera que los bolsillos de los argentinos no lo sientan porque… ¡está llegando el verano!.

En enero habrá más ajuste tarifario pero en ese mes ¡sí hay calor!, a no preocuparse que el gobierno nos cuida y piensa en todo… nos mete la mano en el bolsillo cuando no se siente…

Las que si hay que cuidar son a las empresas gasíferas, esas no pierden ni un peso…algo que es justo…y ¿por qué no?...tampoco le merman las grandes ganancias…

CHISTE DE YAPA

En el entierro de su suegra, un hombre lamenta en voz alta delante de su esposa. Después de echar un puñado de tierra sobre el ataúd, dice: 
- ¡Ay mi suegra! Usted siempre fue como una madre para mí…

Justo en ese momento un pájaro que sobrevolaba el cementerio, hace caca sobre la cabeza de hombre.

El tipo, muy impresionado, levanta la cabeza para mirar al cielo y dice: 
- Ay mi suegra… ¿Ya ha llegado?