"El turismo que no es"; una nueva entrega de El Horcón

Definitivamente, Esquel es una ciudad de paso para los turistas o de visita eventual.

Lo peor es que en los últimos años la posibilidad de posicionarnos -un poco- con nuestros atractivos para que tengamos opciones válidas que ofrecer y afianzar las ya conocidas, ha fallado estrepitosamente.

La peor temporada invernal que se recuerde, fue la pasada, donde el incendio de la confitería La Hoya tuvo su papel preponderante, pero ante la dificultad nada se hizo para remontar en alguna medida la desgracia; bajar los pases no es un estrategia por si sola. 

Este año, según hemos conversados con personas vinculadas a este recurso invernal, los augurios no son alentadores, teniendo en cuenta que recién se habla de licitación sobre la que hay serias dudas sobre si al terminar el proceso finalmente queden establecidas las pautas para un despegue definitivo del Centro de Actividades de Montaña. La temporada de este año, tal como vienen las cosas ni siquiera se tiene una idea de cómo será manejada, ya sea por el estado, de forma mixta o totalmente privada; eso, en el caso que se ponga en funcionamiento totalmente a pérdida, como sucedió el año anterior.

Ahora en pleno verano, otra desgracia mucho mayor nos afectó: el brote de hanta virus que-aunque ya controlado- aún no recibe la región la definitiva bandera verte, lo cual se espera para mediados de febrero. A esto se unieron los incendios que afectaron el tránsito por las rutas.

Desgracias aparte y que son contingencias que pueden surgir, el hecho es que a un enero pésimo le sigue un febrero peor en cuanto a reservas en todos los prestadores que brindan hospedaje. 

Lo preocupante es que nuestra ciudad sigue enmarcando el turismo en pocos meses del año, apenas julio en invierno y enero y febrero en verano. El resto es muy inestable.

En Esquel las opciones para el quienes nos visitan hace años, no muestran variantes, llevando La Trochita los mayores aplausos, pero es lógico que solo con el trencito ni alcanza, ni en torno al mismo se puede hablar de una ciudad turística.

Para el senderismo, el trekking, a veces solo se necesita cartelería e información, en nuestra ciudad hay lugares que están dentro del ejido municipal que no se conocen ni por muchos de los que hace años son nuestros vecinos. Este ejemplo es por citar solo una posibilidad turística.

La apatía y la falta de innovación han echado raíces en el pretendido turismo que nos salvaría como ciudad y que sería nuestra carta de presentación. También se suma el indiscutible problema de conectividad que padecemos como uno de los ítems imprescindibles a resolver, sin lo cual no hay mucho de qué hablar en cuanto a la posibilidad de aumentar la llegada de visitantes. Los servicios y su calidad pueden analizarse a la par.

Nuestra matriz productiva queda por definirla, tal como se ha  demostrado en décadas, el turismo, si sigue con la misma impronta que hasta la fecha, puede ser un rubro más a desarrollar o a explotar por los que ya apuestan a la actividad, pero no define a Esquel, ni es nuestro principal motor impulsor de la economía. Soñar en que lo sea no está de más, pero ni siquiera se escuchan a los precandidatos con una idea nueva sobre el tema, por lo que parece que se vienen cuatro años sin mayores novedades.

CHISTE DE YAPA

Está una familia celebrando los 105 años de la abuela. La prensa no quiere perderse el acontecimiento y entrevistan a la señora para el noticiero:

-Abuela, ¿Cuál es su secreto para llegar a los 105 años tan lucida y en tan buena forma?     

-Hijo te cuento que cuando tengo algún mal, también tengo el remedio:

Para la digestión: cerveza.

Para la pérdida de apetito: vino blanco.

Para la presión baja: tinto.

Para la presión alta: escocés.

Para la gripe: tequilita…

-Pero abuela…¿cuándo toma agua?

-Ahh no hijo…¡nunca he estado tan enferma!