Sergio Massa, mano a mano con Ricardo Bustos en Red43

Sergio Massa es el líder del Frente Renovador y tiene una amplia trayectoria política. Desde muy joven, se desempeñó en la subsecretaría, en el Ministerio del Interior, como diputado provincial por Buenos Aires; fue director ejecutivo de ANSeS: jefe de gabinete; intendente del partido de Tigre y diputado nacional, también por Buenos Aires. En 2015, quedó tercero en la batalla por la presidencia, con 21,39 % de los votos. Es hijo del empresario de la construcción, Alfonso Massa, y de Lucía Cherti, ambos inmigrantes italianos, procedentes de Sicilia.

Actualmente, es uno de los precandidatos presidenciales confirmados y se encontró con Bustos para un mano a mano imperdible en Red43.

Bustos comenzó, de inmediato, reclamando por la pérdida de sus ahorros en la restatización de 2008: Massa le respondió que no tenía chance de recuperarlos, porque el 79 % de la cartera consistía de bonos públicos. Ese fue el principio de un debate intenso, lleno de preguntas difíciles y diferencias de opiniones.

En el debate, el precandidato elogió a su familia, diciendo que su padre era inmigrante italiano y trabajó toda su vida, al igual que su abuelo, con el que hacía reclamos por la jubilación que le pagaban. Habló de que el sistema de jubilaciones quedó obsoleto porque se hizo durante la revolución industrial, y, hoy en día, el mundo cambió, la máquina está reemplazando al hombre en el trabajo. Expresó su fuertísima crítica al marco económico, diciendo que el gobierno actual “no solo no acertó una, yo creo que en algunas se equivocó a propósito”. Dijo que la dirigencia demolió la clase media y no encontró el rumbo económico desde el primer día; que el presidente le dijo a la gente: “La inflación es la de los burros, yo la resuelvo de taquito” y este gobierno, en sus palabras, está entre los cinco más burros del mundo. “Macri fracasó y el gobierno anterior también fracasó”.

En una analogía, comparó a Argentina con un avión de tres turbinas: “La turbina más grande es de consumo. La segunda turbina es de exportaciones y la tercera turbina es de inversión. En cualquier país razonable del mundo, la turbina de consumo pesa 40 puntos, la turbina de exportaciones pesa 30, 20 o 40 dependiendo del país, y la otra pesa 20, 30 o 40 dependiendo del país. En Argentina es 80, 12, 8. Y la turbina más importante, que es la del mercado interno, la que sostiene el PBI de la Argentina, la que sostiene el avión en vuelo, está apagada. Entonces el avión va perdiendo altura, perdiendo altura y perdiendo altura”.

 “Vos no podés tomar más deuda”, afirma Bustos, ante la actualidad económica del país. “Vos no podés tomar más deuda en la medida en que el mundo no te vea que facturás dólares”, le retruca Massa. “Vos tenés que mostrarle al mundo que estás dispuesto a facturar dólares. ¿Cuál es la primera facturadora de dólares que tiene la Argentina? Manufacturas de origen industrial y economías regionales. ¿Cuál es la competitividad de esas economías regionales y manufactura de origen industrial? La eliminación de los impuestos internos”.

Bustos expresó que para que crezca el sector privado, el estado tiene que achicarse, y Massa le respondió que el problema no es el tamaño: “El problema es si el estado es eficiente o no. Los países en vías de desarrollo necesitan del estado para construir el puente hacia el desarrollo. Porque el mercado no lo resuelve: el mercado lo que resuelve es los nichos, por ejemplo, en la ciencia o en la investigación, resuelve los nichos donde tiene una utilidad directa, concreta, sin riesgo. En el resto, necesitás inexorablemente que el estado planifique. Y promueva. ¿Cuál es la mejor forma del estado de promover? Bajando impuestos. ¿Cuál es la mejor forma de distribuir ingreso de los países más serios? Todos ponen el ejemplo de países nórdicos: es bajando impuestos o con la seguridad social”. Tomó su propio ejemplo en AFIP y ANSES, donde dijo haber dejado 91 oficinas más y casi 500 empleados menos. “Es mentira que el estado no puede ser eficiente. El estado puede ser eficiente, el problema es ponerle tablero de control”.

Uno de los fuertes choques fue sobre la minería, respecto a la cual el candidato se expresa en contra y Bustos es un declarado defensor. “Para que haya minería tiene que haber consenso social, presupuestos mínimos ambientales y una agencia federal que establezca los delitos y las penas”, expresó el precandidato, opuesto por motivos medioambientales. Además, dijo que el objetivo no es exportar directamente la materia prima, sino conseguir el desarrollo y la manufactura. “Aprovechar los recursos, no solo venderlos, sino generar trabajo y adquirir la ganancia”.

Volvió a demostrar su firme postura respecto al narcotráfico y otras actividades ilegales, reclamando que las penas dejen de ser leves: “Estoy harto de que tengamos frontera porosa. Estoy harto de ver que el narcotráfico se apropia, sobre todo en áreas urbanas, de nuestros pibes. En eso tengo una mirada muy dura, y el código penal que presente en el 15, que volví a presentar en el 17 y que ahora volvimos a presentar, sigo creyendo que es el código penal que Argentina necesita, donde haya perpetua para el narcotráfico, para la violación seguida de muerte, donde haya penas ejemplificadoras”.

Respecto a la situación del país, declaró: “No me creo el discurso del tamaño. Vos podés tener un músculo más grande o más chico. Lo importante es que sea músculo. Porque vos si tenés el brazo raquítico, no te sirve para nada, y si lo tenés gordo, tampoco. Ahora, si tenés músculo, eso es, en términos de concepto, el estado eficiente”.

“Creo en la Argentina de clase media trabajadora, porque es la que hizo grande este país. Creo en la movilidad social ascendente, porque yo soy un ejemplo de que el hijo de un obrero italiano, que trabaja y que va a la escuela, puede soñar con ser presidente. Creo profundamente en un país en el que haya reglas”.