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Hoy es el Día del Himno Nacional Argentino

Recordamos el surgimiento de la canción patria y su letra original.

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El 11 de mayo de 1813, la Asamblea del Año XIII sancionó como himno la canción compuesta escrita por Vicente López y Planes y con música de Blas Parera. Es por eso que, todos los 11 de mayo, se celebra el Día del Himno Nacional Argentino.

 

La canción se tocó por primera vez en una tertulia en la casa de Mariquita Sánchez de Thompson y se cree que la anfitriona fue la primera en entonar sus estrofas.

 

El himno no siempre fue como es hoy: la versión original duraba 20 minutos y su letra era marcadamente antiespañola. Pero, ante la presión de Inglaterra para evitar la autonomía de las colonias españolas, ya que España era su aliada en la guerra contra Napoleón, se consideró peligroso hacer declaraciones de independencia prematuras y la letra fue abreviada, aunque quedaron algunas estrofas independentistas, como "ved en trono a la noble igualdad" y "ya su trono dignísimo abrieron las Provincias Unidas del Sud".

 

En este día, los invitamos a compartir con nosotros la letra original. ¡Feliz día del himno!

 

 

¡Oíd, mortales!, el grito sagrado:
¡libertad!, ¡libertad!, ¡libertad!
Oíd el ruido de rotas cadenas
ved en trono a la noble igualdad.
Se levanta a la faz de la Tierra
una nueva y gloriosa Nación
coronada su sien de laureles
y a sus plantas rendido un león.

 

De los nuevos campeones los rostros
Marte mismo parece animar
la grandeza se anida en sus pechos
a su marcha todo hacen temblar.
Se conmueven del Inca las tumbas
y en sus huesos revive el ardor
lo que ve renovando a sus hijos
de la Patria el antiguo esplendor.

 

Pero sierras y muros se sienten
retumbar con horrible fragor
todo el país se conturba por gritos
de venganza, de guerra y furor.
En los fieros tiranos la envidia
escupió su pestífera hiel.
Su estandarte sangriento levantan
provocando a la lid más cruel.

 

¿No los veis sobre Méjico y Quito
arrojarse con saña tenaz,
y cuál lloran bañados en sangre
Potosí, Cochabamba y La Paz?
¿No los veis sobre el triste Caracas
luto y llanto y muerte esparcir?
¿No los veis devorando cual fieras
todo pueblo que logran rendir?

 

A vosotros se atreve, argentinos
el orgullo del vil invasor.
Vuestros campos ya pisa contando
tantas glorias hollar vencedor.
Mas los bravos que unidos juraron
su feliz libertad sostener,
a estos tigres sedientos de sangre
fuertes pechos sabrán oponer.

 

El valiente argentino a las armas
corre ardiendo con brío y valor,
el clarín de la guerra, cual trueno,
en los campos del Sud resonó.
Buenos Aires se pone a la frente
de los pueblos de la ínclita Unión,
y con brazos robustos desgarran
al ibérico altivo león.

 

San José, San Lorenzo, Suipacha.
Ambas Piedras, Salta y Tucumán,
la colonia y las mismas murallas
del tirano en la Banda Oriental,
son letreros eternos que dicen:
aquí el brazo argentino triunfó,
aquí el fiero opresor de la Patria
su cerviz orgullosa dobló.

 

La victoria al guerrero argentino
con sus alas brillantes cubrió,
y azorado a su vista el tirano
con infamia a la fuga se dio;
sus banderas, sus armas se rinden
por trofeos a la Libertad,
y sobre alas de gloria alza el Pueblo
trono digno a su gran Majestad.

 

Desde un polo hasta el otro resuena
de la fama el sonoro clarín,
y de América el nombre enseñando
les repite: ¡Mortales, oíd!

Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud!
Y los libres del mundo responden:
¡Al gran Pueblo Argentino, salud!

 

Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.
(Se cantaba después de cada estrofa)

 

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