Como si fuera un espejo del tétrico caso del odontólogo Ricardo Barreda, una familia terminó masacrada por la furia de un padre que, tras provocar el desastre, finalmente se quitó la vida.
El quíntuple crimen se desencadenó cuando Roberto Daniel Vecino (56), un sereno en el cementerio municipal de la ciudad balnearia de Necochea, fue a la casa de su ex mujer, ubicada en el barrio Fonavi de dicha ciudad, cerca de las 9 de la mañana. Según informaron fuentes policiales, el padre se dirigió primero contra su ex esposa, Marta Curuchet (52), a quien mató con un arma blanca.
Luego, el homicida subió a la planta alta de la vivienda y liquidó a sus dos hijas mujeres, Rosa (22) y Etevilna (19). Rápidamente busca a su otro hijo, Roberto (24), quien llegó a darse cuenta de la masacre y escapó hacia la calle. El joven, sin embargo, no logró huir y terminó siendo alcanzado y degollado por el padre en la vía pública.
Horacio Córdoba, un vecino de 70 años que intentó socorrer a la familia, también resultó muerto a manos del agresor.
Alertada por los vecinos, la policía llegó al lugar y procedió a neutralizar al trabajador municipal. En la maniobra, el asesino logró herir superficialmente a uno de los uniformados en el brazo, para atrincherarse después en el galpón de la casa. Cuando la policía ingresó al fondo, se encontró con otra escena espeluznante. El hombre se había ahorcado.
Lo cierto es que no toda la familia fue asesinada. Se salvaron dos hijos más una mujer mayor de edad y un chico de diez años, que se encontraba en el colegio en el momento en que se desató la tragedia.
La hija que sobrevivió a la masacre se presentó ante las autoridades y esta mañana era asistida psicológicamente.
Fuente Infobae
