Salud y Educación son pilares básicos de cualquier sociedad. Esta afirmación no es ninguna novedad: tanto la calidad, equidad e inclusión, en ambas áreas, implican un incremento de la calidad de vida de las personas, lo que redunda no solo en una mejor sanidad y cultura, sino también en la seguridad y crecimiento de cualquier ciudad.
En Esquel -y en el país- la salud está en crisis, sobre todo en el área pública donde los profesionales de calidad con los que contamos en nuestra ciudad, no se los cuida adecuadamente para que en el hospital y en otras áreas de prestaciones, se siga teniendo una atención de las mejores como se puede y se debe brindar a los vecinos. También en lo privado, con las crecientes dificultades de Seros y otras obras sociales, este 2018 ha sido de incertidumbre tanto para prestadores como para pacientes.
En las escuelas -en todos los niveles- sucede otro tanto. Los estudiantes tienen clases intermitentes que hacen -ya prácticamente a unos días de comenzar el mes de mayo- que el curso escolar apenas se esté iniciando, resentido en calidad y motivación.
La deserción escolar es un tema preocupante que lejos de decrecer, se incrementa; los motivos son varios: necesidad de trabajar, cuidar hijos, hermanos o simplemente falta de interés. La inequidad hace estragos, fundamentalmente, en las familias de bajos recursos. No se tiene en cuenta que el adolescente de hoy es el hombre o mujer del mañana que, ante este escenario, ve cercenado su futuro.
La sociedad no puede, jamás, renunciar a una salud y educación de calidad, pues iría en detrimento de la Argentina que por años ha sido dadora de profesionales y avances en estas dos áreas, con reconocimiento en el país y el mundo. No hay causa alguna para retroceder y no avanzar en estos ítems que, como derecho humano, nos pertenecen.
La política y el estado son esenciales en el acompañamiento y el compromiso para un país –desde nación, provincia y municipio- con salud y educación para todos y de calidad. Es importante que cada argentino entienda que aunque tenga recursos propios para educarse y atenderse ante cualquier enfermedad, es imprescindible que esta misma posibilidad sea masiva e idónea para cualquier ciudadano; vivimos en comunidad y no somos ajenos, ni podemos serlo, al deterioro de estas áreas que nos afectan en mayor o menor medida a cada persona, independientemente de su situación personal, social y cultural.
El Estado en todos los niveles, está en un impasse en estas áreas, donde no hay avances ni consensos. Cuando, por fin, se llegue a un acuerdo salarial, estarán abiertas más escuelas y la salud pública tendrá un respiro, pero los problemas de fondo, las acciones y medidas a tomar para encausar esta crisis ¿quién se hace cargo?. En todo caso, se cruzan los dedos y cuando surja -porque va a surgir- un nuevo problema o reclamo, se harán nuevos discursos, se buscarán culpables y se pensará cuanto afecta, de cara a las elecciones…
CUANDO ES POSIBLE CON EDUCACIÓN ARGENTINA
La Educación Argentina y su necesidad de dar pasos hacia la excelencia, no es una utopía. La crisis a la que nos hemos referido en la nota anterior, debe llegar a su fin, pues el talento de nuestros jóvenes lo merecen.
Hemos conocido esta semana que el Premio “Whitley Gold Award” -el “Green Oscar” o el Oscar Verde de la Ciencia- le fue otorgado al Dr. Pablo García Borboroglu, investigador de CESIMAR/CCT Cenpat CONICET y Fundador y Presidente de la Global Penguin Society.
El premio es en reconocimiento a la trayectoria del científico por su trabajo de alcance mundial en ciencia y conservación en pingüinos y en áreas protegidas marinas.
Cabe destacar que esta científico vive en Puerto Madryn, y estudió en dos universidades patagónicas, la del Comahue y la San Juan Bosco. Un claro ejemplo de lo que puede lograrse con educación argentina.
Educación según Domingo Faustino Sarmiento: “Todos los problemas son problemas de educación”
Salud y Educación según René Favaloro: “Es necesario insistir una vez más que si no estamos dispuestos a comprometernos -principalmente los universitarios- a luchar pos los cambios estructurales que nuestro país y toda Latinoamérica demanda -principalmente en educación y salud- seguiremos siendo testigos de esta sociedad injusta donde parece que el tener y el poder son las aspiraciones máximas”