Un sábado atípico se vivió ayer en Esquel, dadas las restricciones de circulación vigentes en principio hasta el 11 de enero.
A las 10 de la noche, horario a partir del cual está prohibido circular, los esquelenses se fueron a su casa y el centro quedo vacío. Solo quedaban algunas personas en casas de comida, que aguardaban la entrega para irse.
Contrariamente a lo que se vivió en marzo, al inicio de la cuarentena dispuesta por el gobierno nacional en la que, sin ningún caso de Covid-19, la ciudad estaba militarizada con policía que cortaba las calles y llena de patrulleros, anoche no había mas que los que habitualmente recorren.
La medida, pese a algunas quejas de estos días, fue adoptada voluntariamente y bienvenida por la mayoría de la población. Es que en realidad el peligro y la gravedad de la situación ahora se percibe como algo más concreto.
El sábado se conoció que había 4 personas con asistencia respiratoria mecánica en el Hospital zonal de Esquel, el fallecimiento de un paciente de El Maitén y 11 muertos en toda la Provincia, producto de la enfermedad.
Quizá esta vez, fue como dice el rey en El Principito: "Debe exigirse de cada uno lo que cada uno puede dar. La autoridad se fundamenta en primer lugar en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, hará la revolución. Yo tengo el derecho de exigir obediencia porque mis órdenes son razonables".