RED43 sociedad Caso Báez Sosa
17 de Enero de 2023
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Pertossi, padre de dos de los acusados, declaró: “Mis hijos no son asesinos. Son chicos, son vagos, como decimos en el barrio"

Los familiares de algunos de los acusados prestaron declaración como “testigos de concepto”. 

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Luego de las dos primeras semanas del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa en donde declararon testigos, médicos y se mostraron las pruebas, llegó el turno de los familiares de los acusados. 

 

En la jornada del lunes María Paula Cinalli y Rosalía Zárate, madres de Blas Cinalli y de Máximo Thomsen, declararon ante el tribunal como “testigos de concepto”.

 

La mamá de Blas Cinalli llamó al hecho como “una desgracia” y la mamá de Máximo Thomsen nombró a lo ocurrido como “una pesadilla”, luego rompió en llanto. Thomsen al escuchar a su madre, lloró y pidió declarar. Por otro lado, los padres de Fernando no estuvieron presentes ya que se retiraron antes. 

 

En la segunda jornada de la semana, se agregaron: Mauro Pertossi, padre de Ciro y Luciano Pertossi; Héctor Benicelli, padre de Matías Benicelli y María Alejandra Guillén, madre de Enzo Comelli. También estaba planeado que declarara Érika Edith Pizzatti, madre de Ayrton Viollaz pero se descompuso a último momento. 

 

Los padres de los acusados hablaron poco pero fueron concisos. Hicieron referencia al acoso mediático. Rosalía Zárate, quien es arquitecta y se desempañaba como secretaria de Obras Públicas de la ciudad de Zárate hasta el asesinato de Fernando, expresó: “Empezaron a ir a mi casa, a la casa de los abuelos, a la de los vecinos y a mi trabajo. Al final renuncié y me quedé sin obra social”. Además, contó que padece cáncer y que está con tratamiento desde hace dos años.

 

Por su parte, María Paula Cinalli, quien es abogada, contó: “He perdido el oído y la vista de un ojo producto de una enfermedad genética por la que he sido operada doce veces. En tres años me apareció un tumor, no es maligno, pero me lo voy a tener que operar”. La mujer optó por nombrar como “show mediático”, el cual le provoca “ataques personales y familiares”.

 

El relato de Mauro Pertossi, quien también es el tío de Lucas y padrino de Blas Cinalli, estuvo cargado de tristeza. El hombre fue el encargado de llevar comida al penal de Dolores en las dos visitas que habilitaron hasta el momento, explicó que después de 25 años como empleado de Toyota Argentina, la automotriz le solicitó que se desligara. Y agregó: “Ahora no consigo trabajo, el sostén de la familia es mi esposa”. Con respecto a las amenazas que recibe contó que realizó las denuncias.

 

Por otro lado, Héctor Eduardo Benicelli, padre de Matías, sostuvo:  “Vivimos acosados. Le han querido pegar a mi hija y a mi señora en la calle. Escucho cómo la insultan mediáticamente a mi señora. Escucho que cuando lastimen a mi hijo en el penal no lo van a defender. No hay un día que no me levante con insultos. El dolor no se cura con más dolor”.

 

María Alejandra Guillén, madre de Enzo Comelli, intentó hablar “de corrido”, pero se quebró. “Estamos devastados desde ese momento”, comenzó haciendo referencia al 18 de enero de 2020. Desde su banco, Enzo se secaba las lágrimas con un pañuelo de papel. 

 

Guillén continuó: “Nos cambió la vida a todos. Yo desde ese día pienso que… Es una agonía constante. No podés salir a la calle. Mi marido, que trabajaba en una ferretería, casi pierde el puesto. Es tremendo. Las familias, las enfermedades, las llamadas. Si bien está la gente que realmente nos conoce, también está la otra que no nos conoce y que se guía por lo que ven y escuchan y bueno, así estamos”.

 

Cada familiar se refirió a la situación de los acusados antes del asesinato, la mayoría del grupo habían costeado ellos mismos el viaje a Villa Gesell; algunos querían seguir una carrera universitaria. 

 

Antes de finalizar su declaración, Pertossi padre defendió a sus hijos: “Mis hijos no son asesinos. Son chicos, son adolescentes, son vagos, como decimos en el barrio”.

 


 

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