Esa podría ser la síntesis de lo que se jugarán los dos principales candidatos a la gobernación de Chubut el próximo domingo 30 de julio. En siete semanas más, nada, se sabrá si Juan Pablo Luque (Arriba Chubut) o Ignacio “Nacho” Torres (Juntos por el Cambio) acceden al principal despacho de la Casa de Gobierno, en Rawson.
Pero no sólo eso está en juego. También, como lo mencionamos en otras oportunidades, se definirá la distribución de poder por los próximos cuatro u ocho años.
Un triunfo de Luque colocará nuevamente a un dirigente de Comodoro Rivadavia como gobernador. Pero lo cierto es que para lograrlo el intendente de la ciudad petrolera tuvo que cerrar muchos acuerdos políticos que, en principio, parecerían condicionarlo.
Allí están contenidos el PJ, Frente Renovador, arcionismo, Chubut Somos Todos, los gremios de Comercio y Camioneros y la CGT de Comodoro Rivadavia.
Dependerá de Luque, en caso de ganar, administrar esas alianzas para que no se le diluya el poder. Algo que tendrá que demostrar día a día con un pulso casi de cirujano para que no se desbanden las voluntades de los dirigentes políticos que lo acompañan.
Por lo demostrado en su gestión al frente de la Municipalidad de Comodoro Rivadavia parece tener el temple para poder lograrlo, aunque no será una tarea fácil. Una a favor suyo es que el poderoso sindicato petrolero haya decidido jugar con Juntos por el Cambio. En caso de ganar no le deberá nada al gremio que conduce Jorge “Loma” Avila.
Y arriesga todo porque si llegara a perder en la carrera a la Gobernación contra el senador Ignacio Torres querrá decir que también el oficialismo comodorense habrá perdido el manejo del municipio local, casi una provincia dentro de otra provincia.
La otra cara de la moneda
Del otro lado, la situación es diametralmente opuesta. El senador Torres tiene varias cuestiones que le juegan a favor, en los papeles previos, de cara a las elecciones del 30 de julio.
Si bien en 2019 fue electo diputado nacional por la minoría, tras ser derrotada su lista por la de los candidatos del Frente de Todos, Santiago Igón y Estela Hernández, dos años después protagonizó una elección que le sirvió de base para comenzar a construir su candidatura a gobernador.
En esa ocasión Torres se impuso sobre los candidatos a senadores del Frente de Todos, y logró que Juntos por el Cambio por primera vez ganara una elección en Chubut.
Ni siquiera Mauricio Macri, cuando fue electo presidente en 2015, triunfó en esta provincia.
Macri ese año en Chubut perdió en las PASO, las elecciones generales y también la segunda vuelta, que finalmente lo consagró presidente por su victoria en el total país.
Todo parece allanarle el camino al senador nacional, aunque habrá que ver si esta vez los chubutenses deciden acompañarlo mayoritariamente.
Pero en el peor escenario, aún perdiendo, también “Nacho” Torres habrá ganado. Se quedó con la mayor representación de candidatos a legisladores provinciales, ya que ahí tiene dirigentes “propios” y radicales que le responden a él. Y además tiene mandato como senador nacional hasta 2027.
Su potencia electoral la ratificó en las elecciones municipales de Trelew donde apoyó a Gerardo Merino, candidato radical que enfrentó al oficialismo partidario provincial y local.
Con esa victoria consiguió el primer gran triunfo, porque logró desdibujar al radicalismo y sus principales dirigentes que, en Chubut, pasaron a ser socios necesarios pero minoritarios del actual senador nacional.
Salvo en Rawson y Rada Tilly, entre las grandes ciudades, todos los candidatos a intendente de Juntos por el Cambio responden políticamente a Torres.
Por todas las razones descriptas es que el 30 de julio, Luque arriesga todo y necesita ganar en las elecciones provinciales, mientras que Torres aún perdiendo habrá ganado porque quedará como el jefe indiscutido de la oposición.