Diez años después, un municipio tendrá que pagar 22 millones por la muerte de una joven

Fue durante un fuerte temporal de viento y lluvia que azotó la ciudad de Bariloche en enero de 2014, cuando un enorme ciprés ubicado en la vía pública cedió y se desmoronó sobre un automóvil, en el que murió aplastada una adolescente: Ludmila Bejarano. El Municipio ya había sido condenado y ahora la condena fue confirmada.

La Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Bariloche desestimó la apelación del Municipio y confirmó la sentencia de primera instancia en la que se impuso el pago de una indemnización millonaria para resarcir a la madre de la víctima. Así, el fallo que había dictado el juez Mariano Castro fue confirmado y la Municipalidad deberá responder por los daños y perjuicios sufridos por la familia de la víctima fatal. De todos modos, aún quedan instancias recursivas posibles, por lo que no sorprendería que el Municipio vuelva a insistir con un recurso ante el Superior Tribunal de Justicia. El fallo provocó la reacción en las redes sociales con duras críticas hacia la justicia por la demora en la sentencia.

La sentencia original estipuló un resarcimiento cercano a los cuatro millones de pesos, pero contando el tiempo transcurrido en el proceso de apelación y que los intereses siguen corriendo hasta el efectivo pago, la indemnización rondaría actualmente los 22 millones de pesos.

Según determina el fallo, el Municipio es responsable del fatal accidente por no haber cumplido adecuadamente las funciones de supervisión y control de los árboles ubicados en la vía pública, como lo ordena la normativa vigente. De hecho, en el fallo se recordó que la Carta Orgánica Municipal impone “como mandato para la Municipalidad el cuidado, mejoramiento y promoción del arbolado urbano” y lo considera “patrimonio de la comunidad de San Carlos de Bariloche”

Además, se subrayó que en la previa al fatal suceso existió un informe municipal en el que se hacía mención al peligro en el área y si bien se realizaron trabajos, no se advirtió que el ejemplar que provocó la muerte de Ludmila padeciera el mal del ciprés, que más tarde motivaría su caída.

Fuente: El Cordillerano.