Este aumento, que se ha vuelto una constante mes a mes, responde a la actualización del impuesto a los combustibles líquidos (ICL), una medida que el Gobierno nacional implementa desde el inicio del año en curso.
Según lo establecido, el aumento mínimo que debería aplicarse para cumplir con la actualización del tributo es del 8%. Sin embargo, no se descarta que algunas de las principales petroleras del país puedan decidir subas por encima de esa cifra.
El impuesto a los combustibles había permanecido congelado desde mediados de julio, pero ante las necesidades fiscales, el Gobierno de Javier Milei decidió implementar los demorados aumentos en cuatro tramos. Si bien inicialmente se esperaba un incremento del 8% para mayo, algunas negociaciones de último momento podrían llevar a dividir este porcentaje en dos tramos, trasladando parte del aumento para el mes siguiente.
Las empresas petroleras líderes en el mercado argentino, como YPF, Shell, Axion y Puma Energy, aún no informaron cuál será el nivel de aumentos que aplicarán a partir de la medianoche.
Según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), se estima que el impuesto debe subir un 53% a partir de mayo. Este aumento, según el estudio, tiene como objetivo recuperar el valor real atrasado y se llevará a cabo en cuatro etapas, según lo establecido en el decreto N° 107/24. Se espera que, con la actualización de mayo, se incorpore la inflación de 2023, y a principios de julio, el impuesto deberá actualizarse de acuerdo a la inflación IPC del INDEC del primer trimestre de 2024
O.P