El fuero de Familia de Cipolletti autorizó esta semana a una adolescente mapuche de 16 años a modificar el nombre que figura en su documentación oficial, luego de que se comprobara que al momento de su inscripción en el Registro Civil fue asentado un nombre distinto al elegido por su madre. El fallo reconoce el derecho a la identidad personal y cultural, y se basa en informes técnicos, testimonios y antecedentes legales.
Error en la inscripción y solicitud judicial
Según se desprende del expediente, fue el padre de la menor quien realizó el trámite de inscripción en el Registro Civil. De acuerdo con los testimonios posteriores, la persona encargada de tomar los datos no comprendió con claridad el nombre que el padre intentó registrar, o bien este no logró explicarlo correctamente. Como resultado, se asentó un nombre distinto al elegido por la madre, sin relación lingüística ni cultural con el que efectivamente acompañó a la niña desde el nacimiento.
El nombre registrado oficialmente no coincidía con el nombre en mapuzungun que la joven usó desde pequeña en su entorno familiar, escolar y social, generando con el paso del tiempo una diferencia identitaria que fue percibida como ajena por la adolescente.
A los 16 años, solicitó formalmente el cambio ante el juzgado de Familia, exponiendo las razones culturales, afectivas y personales detrás de su pedido.
Evaluación interdisciplinaria y fundamentos del fallo
La joven fue entrevistada por un equipo técnico que elaboró un informe donde se destacó su madurez y comprensión sobre el proceso, así como el impacto emocional generado por el uso de un nombre que no sentía como propio. También se presentó una nota de la institución educativa donde cursa sus estudios, en la que se confirmó que la comunidad escolar la conoce y se dirige a ella por el nombre elegido originalmente por su madre.
El juez interviniente resolvió autorizar el cambio solicitado, considerando tanto la historia del caso como los marcos normativos vigentes que protegen el derecho a la identidad, especialmente en el caso de personas menores de edad y de integrantes de pueblos originarios.
Marco legal
La decisión se apoya en la Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, así como en tratados internacionales con jerarquía constitucional, que reconocen el derecho de toda persona a preservar su identidad, su nombre y su pertenencia cultural.
El fallo permite que, a partir de ahora, el nombre que figura en los documentos oficiales coincida con el utilizado históricamente por la adolescente, garantizando su derecho a ser reconocida de acuerdo a su trayectoria personal, social y cultural.
O.P