01 de Febrero de 2016
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Día Mundial Contra el Cáncer: “Nosotros podemos. Yo puedo” el lema del 2016

"Nosotros podemos. Yo puedo"

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Como cada 4 de febrero, la iniciativa, promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC), busca reducir el número de muertes que se pueden prevenir creando una mayor conciencia sobre la enfermedad. El lema del 2016 es: “Nosotros podemos. Yo puedo”.
El Día Mundial contra el Cáncer ofrece una oportunidad para reflexionar y pensar en lo que queremos hacer, para comprometernos y para actuar.
El cáncer es un proceso de crecimiento y diseminación incontrolados de células. Puede aparecer prácticamente en cualquier lugar del cuerpo. El tumor suele invadir el tejido circundante y puede provocar metástasis en puntos distantes del organismo. Muchos tipos de cáncer se podrían prevenir evitando la exposición a factores de riesgo comunes como el humo de tabaco. Además, un porcentaje importante de cánceres pueden curarse mediante cirugía, radioterapia o quimioterapia, especialmente si se detectan en una fase temprana.
La prevención y la detección temprana son fundamentales para detener el alarmante aumento de la incidencia de esta enfermedad. Más del 60 por ciento de los casos se concentran en África, Asia, América Central y del Sur. Esas regiones registran el 70 por ciento de las muertes a nivel global, principalmente por la falta de detección temprana de la enfermedad y el acceso a tratamientos.

 

Para fomentar medidas destinadas a reducir la carga mundial de esta enfermedad, la OMS, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) eligen el 4 de febrero de cada año como el Día Mundial contra el Cáncer.
Los cánceres más mortíferos son los de pulmón, estómago, hígado, colon y mama, aunque detectados a tiempo, todos son prevenibles o curables.
El cáncer se trata de un grupo de enfermedades que pueden afectar a cualquier parte del cuerpo, que comienzan con la modificación de una sola célula, generada de manera espontánea –sin causa– por un agente externo o por factores genéticos hereditarios, y se manifiesta a través del desarrollo de un tumor. Los tumores se generan cuando el crecimiento de las células se produce de manera descontrolada. Pero no todo tumor es canceroso.
En los tumores benignos, no cancerosos, las células que los forman no se expanden a otras partes del cuerpo, lo que permite extirparlos y, en la mayoría de los casos, no vuelven a generarse. En los tumores malignos, o cancerosos, las células que los forman se comportan de manera anormal, se dividen sin control u orden, pudiendo invadir y destruir el tejido que se encuentra a su alrededor y/o ingresar al torrente sanguíneo o al sistema linfático. Muchas veces es posible detectarlos de forma temprana y tratarlos.
Los tipos de cáncer más frecuentes son diferentes en el hombre y en la mujer.
Aproximadamente un 30 por ciento de las muertes se deben a cinco factores de riesgo conductuales y dietéticos: índice de masa corporal elevado, ingesta reducida de frutas y verduras, falta de actividad física, consumo de tabaco y consumo de alcohol.
Fumar es el factor de riesgo más importante y la causa del 22 por ciento de las muertes mundiales por cáncer y el 71 por ciento por cáncer de pulmón.
Los cánceres causados por las infecciones por virus, como las hepatitis B (VHB) y C (VHC) o los papilomavirus humanos (PVH), son responsables de hasta un 20 por ciento de las muertes en los países de ingresos bajos y medios.

Estadísticas del Cáncer en Argentina. LALCEC
El Cáncer de mama, si bien es el cáncer más frecuente en la mujer, no deja de lado a los hombres, afectando a uno de cada 100.
Los tres tipos de cáncer que afectan a los argentinos:
El cáncer está considerado como una verdadera epidemia mundial. Es responsable de 8,2 millones de fallecimientos cada año, la mitad de los cuales (4 millones) corresponden a ‘muertes prematuras’ ya que son aquellas que involucran a personas comprendidas entre los 30 y los 69 años de edad.
Se estima que un 17,8% del total de la incidencia de cáncer en el país responde al cáncer de mama. Esta patología, si bien es el cáncer más frecuente en la mujer, no deja de lado a los hombres, afectando a uno de cada 100.
Mientras la mamografía continúa siendo la herramienta más efectiva a la hora de detectar el cáncer de mama en sus estadios iniciales, los avances científicos han logrado diversificar las estrategias de tratamiento para adaptarlas a las particularidades de cada paciente.
En Argentina, un gran avance en el tratamiento integral del cáncer de mama fue la sanción en 2013 de la Ley 26.872 de Cobertura de Cirugía Reconstructiva como consecuencia de Mastectomía por Patología Mamaria, que otorga el derecho a las mujeres que se hayan realizado una mastectomía (entre el 20 y el 30% de los casos diagnosticados) a realizarse una cirugía de reconstrucción mamaria.
El cáncer de cólon es el segundo más común en el país, además uno de los más fáciles de prevenir. Progresa tan lentamente que, si se realizan controles periódicos, es posible detectarlo a tiempo.
El cáncer de colon es uno de los más fáciles de prevenir pero, a su vez, uno de los más frecuentes, sobre todo entre los mayores de 50 años. Y aunque popularmente se cree que afecta más a hombres que a mujeres, se desarrolla casi con el mismo nivel de prevalencia en ambos sexos.
Por el contrario, si no se detecta y trata a tiempo, el tumor puede diseminarse hacia ganglios linfáticos u otros órganos, provocando metástasis.
Este tipo en particular de cáncer se desarrolla por factores hereditarios y ambientales. Por eso, se recomienda mantener hábitos de vida saludables, como la actividad física y la alimentación adecuada, que disminuyen el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
El primer estudio que deben hacerse aquellos que tienen predisposición hereditaria a sufrir este cáncer o más de 50 años es muy simple e indoloro. Consiste en un test de sangre oculta en materia fecal, que permite detectar muy pequeñas cantidades de sangre no observables a simple vista, y descubrir si existen pólipos o adenomas, que luego puedan derivar en células malignas.
Otra prueba para diagnosticar la enfermedad es la colonoscopía, un método a través del cual se puede ver el interior del intestino y verificar si existe o no alguna anomalía.
Algunos hábitos para prevenirlo
-Alimentarse con gran variedad de frutas y verduras
-Disminuir la ingesta de carnes rojas y grasas de origen animal
-Mantener un peso corporal adecuado
-Hacer ejercicio físico regular
-Evitar el tabaco
-No consumir bebidas alcohólicas en exceso
-A partir de los 50 años, realizar un chequeo con un gastroenterólogo
-En caso de presentar antecedentes familiares de cáncer de colon o pólipos, conviene consultar con un médico debido a que puede ser necesaria la realización de exámenes a más temprana edad.
El cáncer de pulmón es el número 1 en hombres y el 3 en mujeres, según estadísticas de LALCEC y en ambos sexos, constituye el tercero en Argentina.
El cáncer de pulmón está comúnmente asociado con el hábito de fumar; no obstante, entre el 10 y el 15% de las personas con esta enfermedad nunca han fumado.
Las últimas investigaciones han demostrado que hay varios subtipos de cáncer de pulmón; y aproximadamente el 60% de los casos de cáncer de pulmón de células no pequeñas (NSCLC), la forma más común de la enfermedad, están provocadas por alteraciones genéticas.
Más del cincuenta por ciento de los casos de cáncer de pulmón se siguen detectando en un estadio avanzado de la enfermedad, cuando ya se registran metástasis en otras regiones del cuerpo (con frecuencia, en el cerebro, los huesos, la glándula suprarrenal o la pleura).
Es importante destacar que la supervivencia promedio ha venido aumentado sensiblemente gracias a la implementación de terapias dirigidas mediante tratamientos moleculares, así como por el uso de nuevas drogas que permiten identificar al tumor.
Si bien el cáncer de pulmón suele no dar síntomas hasta llegar a estadios avanzados, entre los principales signos a prestar atención se destacan: tos persistente o que tiende a empeorar; dolor de pecho que suele agudizarse al respirar profundo; voz ronca; pérdida de peso y pérdida de apetito; esputo (flema) con sangre o color rojizo; falta de aire; sensación de cansancio o debilidad; infecciones persistentes o recurrentes como bronquiolitis y neumonía y silbidos al respirar (sibilancias).
Por su parte las terapias personalizadas en cáncer de pulmón avanzado con metástasis han revolucionado a la enfermedad en los últimos años. Estas permiten detectar en un grupo de pacientes, cuál es la vía que conduce al tumor, y así comenzar a trabajar con el objetivo de cronificarlo.
Los tratamientos dirigidos contra estos blancos moleculares transforman en muchos casos a una enfermedad con pronóstico negativo a corto plazo, en una en la que la supervivencia puede llegar a triplicarse o multiplicarse por cuatro.
Si bien en muchos tumores aún no se logran detectar los trastornos moleculares, o bien no hay una terapia dirigida para ellos, diversas investigaciones continúan adelante intentando ser capaces de accionar mecanismos antitumorales.
Se trata de nuevas esperanzas que permiten desterrar el concepto de que el cáncer de pulmón es igual a muerte; algo que en la actualidad ya no es así.

 

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