Estacionamiento y ¿consecuencias medidas?

La generación de empleo debe, necesariamente, ser desvelo de la dirigencia en general, pero tarea cotidiana de la política en particular.

Se buscan métodos y esquemas vinculados al Estado o al gobierno que no llegan a ser del todo precisos y, si bien dan cierta acción de respaldo a los beneficiados, no dejan de ser lazos de una fina tela de araña que finalmente el más mínimo viento echa por los aires.

El Sistema de Estacionamiento Medido, como en toda ciudad de mediano porte del país, ha sido uno de esos métodos que permiten una beca o aporte precario a quien se incorpora, un sistema de recaudación que se incrementa de a poco y poco y nada de servicios, transformando una Tasa en un Impuesto.

Esquel no es ajeno a estas variables y el SEM ha variado su fisonomía y hasta su filosofía, porque lo que antes alguien percibía con una oblea y cobraba de manera directa, ahora se transformó en un esquema de pago y recaudación vía celular, sin ni siquiera contemplar casos específicos de un sector que no accede a la tecnología o, por edad, no incorpora estos conocimientos.

El Concejo Deliberante debe, necesariamente, contemplar estas variables y cuestionarse las razones, valía y función de un sistema impositivo local que no se transforma en servicio hacia el conductor o ciudadano que elije calles céntricas para dejar su vehículo por un tiempo determinado de horas.

Los cambios tecnológicos no solo quitaron a esos servidores públicos de la calle, que a su vez podrían prestar servicios mínimos de información turística o comercial; sino que además permiten establecer un convenio para que una empresa se lleve fondos de la ciudad sin mucho esfuerzo y particularmente el Tribunal de Faltas se convierta en otra boca de recaudación sin destino específico.

La función del SEM debe existir en la medida que haya una contra prestación de un servicio y brindarle al contribuyente un esquema de información, seguridad y control, a sabiendas además que su aporte tiene un destino claramente especificado.

Al no ser justificado el cambio de método y recaudación, hoy es el SEM mañana serán los semáforos la tecnología que reemplace el placer del peatón de que los vehículos frenen en la línea establecida que hoy nos distingue como comunidad ordenada y servicial, para ser una “inversión” recaudatoria de una empresa que se lleva nuestros aportes.