La Inseguridad en Esquel

El 14 de marzo, en un local ubicado en la esquina de Sarmiento y Avenida Alvear, rompieron la vidriera, se llevaron prendas y una computadora portátil; pocos días más tarde (el 24) encapuchados -que también portaban un revolver-  ingresaron al kiosco de Chacabuco y 25 de mayo, eran las 15 horas…pleno día de un sábado. A esto se añaden robos de bicicletas, motos y otros hechos que muchas veces conocemos tan solo por las redes sociales.  

Casi con frecuencia semanal, en Esquel tenemos algún hecho de este tipo, inimaginable hace tal solo unos años en nuestra ciudad, donde todavía se dejaban los autos con las puertas sin seguro. Ni pensar que un delincuente se atreviera a entrar a un comercio, mucho menos con armas, encapuchados y a  pleno día.

En el extenso discurso de Sergio Ongarato en la apertura de las Sesiones 2018 del Concejo Deliberante,  no se refirió  a la seguridad, tampoco lo hizo notar la oposición, que criticó y apuntó falencias en  otros ítems, pero sobre este tema, nadie dijo nada.

Alguien que compare a Esquel con el resto de las ciudades más grandes de la provincia, puede decir que la situación es menos grave acá. No es así, si se tiene en cuenta el bajo índice de delitos y la seguridad como elemento de valor agregado, que teníamos los esquelenses. No podemos ni debemos conformarnos con perder esta condición, que nos era inherente.

Necesitamos un plan integral que aborde la inseguridad desde diferentes planos y aristas: desde el enfoque social que incluye la educación,  marginalidad y la prevención como elementos imprescindibles.

Si se quiere llegar a combatir, en serio, este flagelo que dejó hace mucho de ser “una sensación” -como una vez fue calificado desde el anterior gobierno nacional- para convertirse en una certeza, que tampoco ha logrado resolver el macrismo, es imprescindible que se incluya en la agenda, no solo de los que ejercen el poder de turno, sino también de los que les toca estar en la oposición.

Quedan dos años de esta gestión de gobiernos, municipal, provincial y nacional ¿qué cambiará hasta el 2019?, ¿se está trabajando en algunas de las instancias de gobierno para que los argentinos estemos más seguros? En esto tenemos la “sensación” que poco se está haciendo. Necesitamos  políticas públicas de seguridad ciudadana, con metas y estrategias a cumplir a corto, mediano y largo plazo.

En el 2019 tenemos el deber y la oportunidad de que  ninguna opción política que se presente para ser votada, deje de tener un proyecto viable para mostrar cómo va a combatir la inseguridad; no estamos en condiciones de dejar pasar otra oportunidad de que Argentina, Chubut y Esquel tengan  la calidad de vida que merece cada ciudadano para lo cual es imprescindible  el derecho de estar seguro. Pero… hasta esa fecha ¿qué se hace?

Mientras, si por ahora no hay solución, pasemos de la queja al voto consciente, que nos permita evaluar y darle crédito a quiénes presenten el mejor tratamiento a esta problemática.

AGUAFUERTE  ESQUELENSE

ALERO Y QUERENCIA

¡“RESPETEN LA PEÑA MUCHACHOS”! Decía una fuerte voz con claro acento catamarqueño, cada vez que algún grupo de muchachos conversadores no dejaba oír con claridad a los músicos o hacia confundir alguna coreografía al buen número de bailarines que se deslizaban con sapiencia por la pista.

La esdrújula voz, pertenecía a  Don Ramón Rosa Morales, docente, supervisor seccional de escuelas, incansable difusor del folclore en todas sus manifestaciones y factótum de la peña “Alero y Querencia”.

En toda Argentina se vivía el folclore de una manera que hoy perecerá increíble, y si les digo que en Buenos Aires era “Cheto” que la niñas bien se entreveraran con otros niveles sociales bailando  una chacarera y se comieran  una empanada con  buen tinto o un platazo de locro , van a creer que les miento. Pero así era, y transportado en distancia y otras características socio-geográficas, así se vivía también en Esquel, donde lo más granado florecía en “Alero y Querencia”.

Luis Poli Rosales, el negrito Finochietto y Lid Glandei Cassati ,”Los cantores de Pampa y Cordillera” Los Futalaufqueños; las primeras y sensacionales presentaciones de Esquel Cuatro, maestros y gendarmes venidos de otras provincias con sus canciones regionales, tenían escenario y respetuoso silencio en este mágico y acogedor lugar que se murió de a poquito, casi imperceptiblemente, en una época posterior en que se desvalorizó todo lo nacional, a un punto tal, que con letra de Lalo Cassatti hicimos esta zamba que tuvo alguna difusión:

AFUERA ESPERA EL CANTOR

Qué está pasando en mi pago

guitarras que van callando

enmudecen los cantores

las peñas se están cerrando

Qué está pasando en mi pago,

me lo paso preguntando

ha muerto la tradición

o la estamos olvidando

Se murió Alero y Querencia,

y nunca resucitó

siguen cerrando más puertas

pal folclore no hay fogón

Que está pasando en mi pago

y nadie me contesto

seguro que pa estas horas

está llorando el cantor

Que se abran las tranqueras

se los pido por favor

¡Que no se cierren las peñas

afuera espera un cantor!