El Horcón: ¡Demasiado quilombo!

El vocablo “quilombo”, ingresado a nuestro lunfardo con origen foráneo para nombrar un lupanar, en realidad es más usado hoy en día para designar lío, o como sinónimo lunfa de “despelote”.

En la semana que acaba de fenecer, recibí la visita de mi amigo Don Washington Piltriquitrón (oriundo de Esquel) quien venía de una gira por Comodoro y el Valle y con su proverbial poder de síntesis, me la resumió: ”demasiado quilombo”.

Pensé que se refería a la movilidad social que disminuyó la pobreza (menos pobres y más indigentes) o la desesperante desocupación, de cuyo hilito se sigue tirando como si en el otro extremo no estuviera un peligroso estallido social… 

Don Washington se refería a noticias policiales que había advertido más que nunca en Chubut. Pretendí mencionarle que había observado una mayor presencia policial y un rápido accionar de los agentes del orden, al menos en Esquel, donde es de destacar como acuden a los llamados de la población con rapidez y como ponen a disposición de la justicias los delincuentes, dando así por finalizado su trabajo, para que luego sea la justicia quien actúe. Con menos velocidad.

Dice que la inseguridad no se nota tanto en los diarios, porque muchos de los afectados no denuncian los hechos, para no meterse en trámites donde pasa más trabajo el denunciante que el denunciado, por lo que no merma la existencia del infractor, violador, cara dura, estafador y toda la caterva descripta por el siempre vigente tango “Cambalache”.

La política y la Hoya

Y así las cosas nos metimos en temas de política, como no falta por estos días en cualquier conversación de café… el veterano trajo a colación el tema adjudicación de La Hoya que tanto nos preocupa a los esquelenses , ya sean los que disfrutan del importante complejo turístico, como todo el comercio de la ciudad donde el recurso es vital en la temporada invernal también para los que prestan servicios en el lugar y los trabajadores que por años se han desempeñado en el cerro.

La adjudicación y la definición de privatizarla o no -a casi un año de la peor temporada que se recuerde del centro invernal-  no solo se ha demorado demasiado, sino que, dado el corto tiempo que queda para que se diera apertura al cerro, es a todas luces insuficiente el análisis que lleva tomar una decisión (más si es a 30 años) así estuviera del todo clara y fuera altamente beneficiosa la privatización directa, algo que está más en lo oscuro que en la transparencia que amerita el manejo de un recurso tan especial y único tanto para la provincia como para la ciudad.

Parece que quedó  atrás el necesario esclarecimiento del incendio  y también el por qué se esperó estar en una situación límite para que este año funcionara el centro invernal, a sabiendas que tal como quedó el año anterior era imposible que abriera este invierno. Con tanta desidia, no podía suceder otra cosa que el escenario que hoy tenemos, sin plan A, B o C que pueda dar una respuesta a la demanda de todo Esquel.

“Pero Don Washington… le dije, usted vive en una zona de quilombos más grandes y en una provincia de dudoso destino… mientras aquí todos los políticos aseguran que jamás permitirían la mega minería,  -¡¡ustedes andan pensando en qué van a invertir las millonadas del litio, el feldespato, el uranio, la plata el caolín y la diatomita!!”

Sonrió con cara de misterio y sentenció dando fin a la charla: “sabés, vamos a ver, EN ESTE MOMENTO, TODO ES DEMASIADO QUILOMBO”…

AGUAFUERTES PATAGÓNICOS

El Hércules Fantasma

Durante la Guerra de Malvinas, y mucho tiempo después, se habló de los bombarderos A 4, sacados de su vejez por la mundialmente reconocida capacidad de los pilotos de nuestro país que, junto a los pocos Super Ethendart, Mirages y Dagger argentinos y peruanos, averiaron y hundieron naves inglesas de gran valor monetario y estratégico. 

Nada de eso hubiera sido posible sin la participación del “Hércules Fantasma”, encargados de abastecer en vuelo a los cazabombarderos, que no tenían capacidad de combustible para llegar al teatro de guerra, disparar y regresar a sus bases, ubicadas en ciudades patagónicas donde mecánicos y técnicos de toda clase miraban ansiosos el cielo esperando ver aparecer a los aviones, privados de usar la radio para no delatar su ubicación. Increíblemente, nunca pudieron detectar adónde estaban los abastecedores, alguna vez derribaron uno, porque salió a esperar un cazabombardero averiado y retrasado que tampoco regresó a suelo argentino.

Como con todo fantasma, se tejen y destejen sobre ellos muchísimas historias, algunas posteriormente demostradas y muchas que no, como que existió un Hércules muy artillado que llevó a cabo algún derribo importante o atacó blancos de tierra en San Carlos, habiéndole quitado los tanques auxiliares para cargar bombas y lanza cohetes, atribuyéndosele el derribo de un avión con tropas aerotransportadas , y un presunto bombardeo al cuartel general inglés ya instalado en Malvinas…¿cómo escapaba de allí el C 130 argentino entre una nube de artillería antiaérea inglesa?…varios ex combatientes sobrevivientes, abonan la tesis que por su condición de fantasma…

¡Cuántas cruces menos arrebataron los Hércules al cementerio de Malvinas!... pero no todo termina allí:

En los poco aprovechados talleres de la ex fabrica militar de aviones, yacen numerosas osamentas de Hércules 130 que quizás se restauren alguna vez, a lo mejor como aviones bomberos, según prometió Macri en un excelente proyecto incumplido.

Un excombatiente que trabaja de sereno allí, asegura que desde ese sector, algunas noches escucha arrancar un c130, y otro, afecto al “Facundo“clarete, que lo ha visto despegar y salir volando….¿hacia dónde?, es un fantasma, nadie lo sabe, pero el ex soldado asegura que le pareció verlo rumbear hacia nuestras islas…