Se fugó, pero una mujer pudo más: la historia del delincuente que cayó por amor

Hay amores que matan, otros que traicionan y otros que llevan a caer en desgracia. Rogelio Rojas Cisterna , no es la excepción de la regla y cayó durante un encuentro amoroso con Romina Maza, la estafadora más prolífica de Neuquén, su socia y amante.

Un dato que exime a Rojas Cisterna es que la estadística marca que la mayor parte de los prófugos caen por el apego a los afectos: hijos, madres, padres o parejas.

Solo basta con recordar que Héctor Montecino, el capo narco más importante de la región, fue atrapado en Catriel cuando concretaba un encuentro con su pareja. Y San La Muerte Godoy también corrió con la misma suerte y la lista continúa. “El amor es más fuerte”, cantaba Tanguito.

También hay que dar la derecha a los efectivos de la policía neuquina ya que las recapturas son laburos de largo aliento, mucha paciencia y templanza. Un paso en falso obliga puede obligar a volver a cero y eso significa meses de trabajo.

Rogelio Rojas Cisterna estaba tras las rejas de la cárcel de Roca donde cumplía una condena de 3 años por un robo doblemente calificado en poblado y en banda De Roca se fugó el pasado 14 de setiembre cuando concurrió al hospital de dicha localidad a un turno médico programado. Al salir del centro asistencial, el policía que lo custodiaba y lo llevaba esposado fue abordado por tres hombres que comenzaron a golpearlo ante la mirada atónita de peatones que no reaccionaron.

El policía se aferró a Rojas Cisterna para que no se escapara, pero cayeron ambos al suelo mientras los atacantes golpeaban al penitenciario y jalaban con fuerza al delincuente para liberarlo.

La tensa escena que duró entre minuto y minuto y medio concluyó cuando Rojas Cistera mordió la mano del policía que a la vez recibió una patada en las costillas. Eso golpes fueron claves para que cediera la resistencia por completo.

Así se concretó la fuga de Rojas Cisterna que huyó a toda carrera y se subió a una moto que lo aguardaba a unos pocos metros del lugar donde concretaron la extracción. En el suelo quedó tirado el policía que debió ser atendido en el mismo hospital.

Esa fuga de manual fue ocultada por la Policía rionegrina para evitar el ridículo. Diez días después se logró confirmar el dato surgido en una charla de café.

Los pesquisas de la Policía neuquina nunca frenaron en sus tareas de búsqueda y captura de Rogelio Rojas Cisterna. Hubo una coordinación operativa muy interesante que no se puede revelar, que les permitió atender los distintos flancos.

Tal vez no fue el más revelador de todos los datos, pero sí fue muy importante advertir los movimientos que realizó Romina Maza, conocida en el mundillo criminal por ser la estafadora más prolífera de Neuquén.

Maza, a sus 33 años, tienen más de 10 causas por estafa y desde el Ministerio Público Fiscal solicitaran una pena de prisión efectiva porque hasta intentó engañar a la justicia.

Para quienes no conocen, Romina Maza y Rogelio Rojas Cisterna, fueron pareja y socios criminales. Juntos concretaron varias estafas, durante la pandemia, bajo la modalidad de offline cuando nadie la había ejecutado aún en Neuquén.

Fueron delincuentes vanguardistas y ella muy astuta. De hecho, concretó varias estafas por su cuenta, aunque hay que admitir que fue descuidada y quedó evidencia firme que ahora le juega en su contra.

El bajo perfil que había mantenido la estafadora durante años concluyó cuando LMN reveló sus tropelías y difundió su imagen. Incluso, Maza ofuscada se comunicó con el diario y estaba molesta no por su prontuario sino por la foto. La explicación que dio la mujer era entendible, ahora la reconocerían y se le podrían sumar nuevas denuncias. Lo cierto que el vínculo de Maza con Rojas Cisterna se sostuvo incluso cuando él estaba detenido en Roca y ella lo iba a visitar al penal. Por lo que, cuando surgió el dato de Maza por las inmediaciones de la calle San Martín al 600, los pesquisas comenzaron a considerar los movimientos de la reconocida estafadora.

Hay otros detalles investigativos que se sumaron a la cacería y que permitieron establecer una custodia permanente en hotel de calle San Martín 644 donde se la observó entrar y salir a Romina Maza en varias oportunidades.

Rogelio Rojas Cisterna era de esperar que la vida de prófugo, muy complicada por todo el apoyo externo que se necesita, terminara recayendo en Neuquén. Y la zona del bajo neuquino es lo suficientemente transita como para intentar pasar inadvertido.

Finalmente, a los investigadores del Departamento de Delitos de la Policía el largo trabajo trajo sus frutos la noche del miércoles cuando apareció en escena Rojas Cisterna y procedieron a demorarlo. Estaban en dicho operativo cuando surgió de las sombras Romina Maza que no pudo hacer nada para evitar que se llevaran detenido a su socio y amante.

Este jueves se allanó el hotel a primera hora y Criminalística de la Policía realizó un registro de la habitación en busca de elementos que puedan vincularlo con nuevas causas porque al parecer en sus días de prófugos participó en algunos hechos. Por ese motivo, es que podría ser acusado en Neuquén.

No obstante, la justicia rionegrina ya manifestó que solicitaran la extradición del delincuente a quien le iniciaron una causa por la agresión al penitenciario que atacaron para concretar la fuga. Por ese hecho, estiman que la pena de prisión efectiva podría escalar unos meses más. En el penal de Roca ya tienen previsto un lugar en el pabellón de máxima seguridad.

En definitiva, Romina Maza se transformó en el talón de Aquiles de Rojas Cisterna. Las historias de amor no siempre terminan bien. Y menos para un delincuente.

Texto y fotos: LMN