Amparo Cataldi, docente jubilada de la Provincia de Buenos Aires, donó el 10 de febrero de 2016 al pueblo de Esquel, a los amigos de La Trochita y a sus autoridades, un viejo cajón de dinamita que su padre Mariano usaba como mesa de luz en los campamentos de obra durante la construcción del ramal ferroviario Ing. Jacobacci-Esquel, entre 1932 y 1945.
El cajón -lógicamente vacío- guarda otra historia fascinante que «explotará» este 12 de octubre, en coincidencia con el centenario de la primera asunción presidencial de Hipólito Yrigoyen, quien firmó el Decreto de creación del histórico tren de trocha económica el 7 de octubre de 1922, días antes de finalizar dicho período.
“Todos los trenes transportan historias, pero La Trochita es directamente historia en movimiento”, aseguran los que saben.