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15 de Octubre de 2020
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Hoy es el Día Internacional de la Mujer Rural

En la ruralidad existe una diversidad de actores y es necesario identificar, conocer y reconocer que varones y mujeres participan activamente de la vida social y productiva.

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En el “Día Internacional de la Mujer Rural” la Asociación de Magistrados y Funcionarios Judiciales de Chubut saluda y reconoce el esfuerzo que día a día realizan las mujeres rurales. En la ruralidad existe una diversidad de actores y es necesario identificar, conocer y reconocer que varones y mujeres participan activamente de la vida social y productiva.

 

 

Este reconocimiento tiene que visibilizar la marcada asimetría que existe en las relaciones de poder que atraviesa a toda la estructura agraria, que a su vez establece las brechas de género en el acceso, uso y control de los recursos y de los bienes, en las oportunidades, en la participación y en la toma de decisiones. Estas desigualdades se traducen en importantes inequidades en desmedro de las mujeres, que son identificadas en su exclusivo rol reproductivo doméstico otorgado y asumido por pautas culturales construidas a lo largo del tiempo y que debemos erradicar.

 

 

Las entrevistas de siete mujeres rurales de Chubut exhiben claramente las mayores dificultades que deben o debieron superar para poder ejercer sus derechos a la educación, a la salud, al trabajo, entre otros, aun cuando eligen la ruralidad como su modo y su medio de vida.

 

Tres de ellas pudieron estudiar una carrera profesional y ejercerla exitosamente enalteciendo la docencia, la judicatura y el trabajo legislativo, sin que ello haya significado que debieran abandonar la vida rural.

 

Otras tres defienden y eligen la vida en el campo, pero reconocen que hubieran querido estudiar y no pudieron hacerlo. Sólo una reconoce haber podido estudiar pero eligió la vida en el campo y el trabajo rural.

 

Es necesario que nuestras decisiones sean adoptadas con perspectiva de género, cualquiera sea el ámbito social o laboral en el que tengamos que atender una situación que las involucre. No podemos exigir que cada una de ellas nos explique los numerosos obstáculos cotidianos que deben afrontar, toda vez que integran las máximas de la experiencia humana.

 

 

El sentido común impone que las tengamos en cuenta sin desconocer el contexto en que viven y se desarrollan como seres humanos. Debemos ofrecerles las mismas prerrogativas que a los hombres toda vez que es clave para proteger sus derechos, ayudándoles a superar las desventajas que sufren y reconociendo su potencial como agentes de cambio para sus hogares y comunidades.

 

 

 

MARIA ESTHER EVANS:

 

Descendiente de inmigrantes galeses, nacida en el Valle 16 de Octubre de Trevelin Chubut. De niña vivió en el campo y tiene muy presente los obstáculos que se presentaban para poder estudiar, sea la enseñanza básica u otras actividades artísticas como la música. Por esa razón cursó la primaria en diversas escuelas rurales. Algunos cursos debió rendirlos libre. La Escuela Secundaria la hizo en Esquel y obtuvo el título de Perito Mercantil. No pudo seguir estudiando por una imposibilidad económica. “Había que Trabajar” Comenzó muy joven en el Banco Chubut y luego en el Municipio de Trevelin. Se casó con un agricultor y tuvo tres hijos. Apostaron a la vida en la chacra aun cuando no tenían luz y no pudieron tenerla durante diez años. La educación de sus hijos le preocupaba sobre manera, por su historia y por el deterioro de la educación pública con el plan “Puede”, razón por la cual se propuso fundar una escuela y mientras sus hijos comenzaban la escolaridad primaria hizo el “Profesorado de Enseñanza Primaria”.

 

Se recibió a los 38 años. Así fue que en el año 1987, junto a un grupo de padres fundaron la Escuela Bilingüe “Puertas del Sol”. Fue su directora durante 27 años. Estudió la Licenciatura en Gestión de Calidad Educativa y se recibió a los 53 años. La Escuela se inició con 13 alumnos/as en grados integrados y hoy llegan a 280 y le faltan vacantes. También fue concejal del Partido Justicialista en Trevelin durante los períodos 2003-2007 y 2007-2011 y Directora de Cultura de Trevelin. Siempre ha trabajado por la preservación de la cultura galesa. A los 21 años ganó una beca para viajar a Gales y allí estudió el idioma y aprendió a “organizar un Esteiddfod”. Al regresar, también con un grupo de personas jóvenes, menores de cuarenta año organizaron el Primer Esteiddfod de Trevelin. Actualmente está jubilada y continúa investigando la historia del Valle 16 de Octubre.

 

 

DANIELA FRITZ, es una mujer de 38 años nacida en Lago Rosario, Chubut. Cursó la Escuela Primaria en el Lago. Se fue a Esquel a trabajar de niñera y ayudante de cocina. Al mismo tiempo cursó la secundaria en el horario nocturno hasta cuarto año. Luego formó pareja y quedó embarazada de Melina. Se fue a vivir a Aldea Epulef y no pudo seguir estudiando. Reconoce que le hubiera gustado estudiar Economía. Al poco tiempo regresó a Lago Rosario y desde entonces vive con su pequeña hija Melina con capacidades especiales. Trabaja en una panadería de Lago Rosario y en la Feria de Artesanas promoviendo la participación de otras artesanas. Es diabética e insulina dependiente, circunstancia que también influye en su desarrollo por las dificultades que se presentan a quienes viven en el campo para acceder al sistema de salud. Cuenta que en esta pandemia estuvo quince días sin insulina.

 

 

ROSA CHIQUICHANO, 73 años, es descendiente del Pueblo Tehuelche, nacida en Yala Laubat – Chubut. Se tuvieron que mudar a una chacra en las cercanías de Trelew porque las tierras ya no alcanzaban para todos, cada vez eran más integrantes de la familia y les corrían los alambrados un poco más adentro. Curso su educación primaria en Trelew y con mucho esfuerzo cursó el magisterio y se pudo recibir de maestra. Se casó y tuvo un hijo. Estudió derecho en la sede Esquel de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco durante poco más de tres años, graduándose en 1999 a los 52 años. Así se convirtió en la primera abogada de origen tehuelche.

 

En el año 1983, con el regreso de la democracia comenzó su militancia política en el partido justicialista. Fue concejal en Trelew y se desempeñó como legisladora provincial desde 2003, hasta que en las elecciones legislativas de 2007 fue elegida diputada nacional al ocupar el segundo lugar en la lista del Frente para la Victoria. En el cargo también fue diputada al Parlamento Latinoamericano. Se autodefine como una amante a la naturaleza, en contra de la megaminería. En 2009 siendo diputada nacional justicialista por Chubut, presentó un proyecto para proteger y además endurecer las sanciones contra aquellos que atenten contra los glaciares en la República Argentina incluyó en su proyecto “la creación de una autoridad de aplicación de la ley, que armonizará y concertará con las autoridades provinciales competentes en la materia las responsabilidades” para su aplicación y Presupuestos Mínimos para la preservación de los glaciares y del ambiente periglacial. Es profesora en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco de las materias de Derecho a la Sustentabilidad Ambiental y Derecho Aeronáutico.

 

 

SONIA AYLLAPAN, es una joven de 27 años, nacida en Lago Rosario – Chubut, descendiente del Pueblo Mapuche. Siempre vivió en el Lago y allí cursó sus estudios primarios pero luego no pudo seguir estudiando por falta de recursos. Le hubiera gustado ser maestra jardinera. Está en pareja y tiene una hija de 7 años y un hijo de 4 años. Relata que en el “Lago no se consigue trabajo” y que concurre a un taller de costura en el que aprendieron el oficio y realizan arreglos para la familia.

 

 

GLORIA ISABEL ROWLANDS, tiene 48 años, nació en Esquel y se crio en la Chacra 13, Legua 13. La primaria la cursó como pupila en un colegio internado. No terminó la secundaria. Desde muy niña colaboró con las tareas del campo, de manera muy rudimentaria, que llevaban adelante sus padres. Se casó con un chacarero y tuvo un hijo y una hija. Durante un largo tiempo debió ayudar a su madre, ya viuda, con las tareas del campo, atendiendo dos casas a la misma vez. Reconoce que le hubiera gustado ser enfermera, pero llegado el momento no quiso mudarse a la ciudad de Esquel. Le gusta el campo, las actividades rurales, los caballos. “Ellos también me aportan”. Con motivo de la educación de los hijos adquirieron una casa en el pueblo. Alternan su estadía en el pueblo con la del campo y también alterna el trabajo de cobradora del cable de televisión con el trabajo en la chacra: quinta, gallinas, corderos, etc. Mira hacia el pasado y “no se arrepiente de la elección”.

 

 

CLAUDINA OPAZO, 66 años, nacida en Valle Frío, Chubut. La escolaridad primaria la hizo en la Escuela de Cerro Centinela, que quedaba a dos horas a caballo de su casa. Solo concurrían los días lindos. Apenas pudo terminar tercer grado porque ya en cuarto su padre no les permitió continuar, debían estar en la casa y ayudar con las tareas rurales. A los doce años salió a trabajar como empleada doméstica, cama adentro y a los 16 años se fue a Bs.As. Formó pareja con un hombre “muy malo” con quien a los 20 años tuvo su primer hijo. Finalmente se volvió a Valle Frío al domicilio de sus padres que, a pesar de sus temores, la recibieron sin cuestionamientos. Se volvió a casar, tuvo dos hijos más y cuando tuvieron edad escolar se fueron a Trevelin durante los días de semana. Se dedicó a ser ama de casa, hacer tejidos, hilados y lavado para afuera. No le gusta la vida en el pueblo, por ello cuando los hijos crecieron volvió al campo en forma permanente. Reconoce que elige el campo porque al igual que las tareas rurales”.

 

 

NELLY GARCIA, 64 años. Cuando nació sus padres vivían en el campo. Su padre se dedicaba a las tareas rurales, hacia fletes y su madre antes de casarse era modista pero abandonó su oficio cuando se casó ya que debió mudarse al campo. Consumían la verdura y fruta de la quinta y ordeñaban para tener la leche y la manteca. Acarreaban el agua con baldes desde la vertiente y nunca tuvieron luz. Actualmente tienen un grupo electrógeno que encienden algunas horas al día. Hizo la primaria en la escuela N° 20, hoy N° 76. Las clases eran de septiembre a mayo.

 

Recuerda que el primer año se enfermaba seguido de gripe, varicela, paperas, sarampión. Al venir del campo no había tenido contacto con otros chicos. Cuando tenía 8 años su mamá falleció de cáncer y junto a su hermano de seis años y su hermana de dos años quedó al cuidado de su papá. Su padre se volvió a casar y tuvo otro hijo, su hermano menor. Cursó el secundaria en la Escuela Normal Nacional República de Costa Rica y se recibió de Bachiller en Letras. Siempre quiso continuar los estudios y recuerda que sus tíos intercedían ante su padre para que acepte.

 

Así fue que en marzo de 1978 rindió bien ingreso de abogacía en la UBA. Continuó viviendo en el campo, estudiaba a la luz del día o del farol a kerosene, viajaba a Buenos Aires una o dos veces por año a rendir de forma libre todas las materias. En septiembre de 1986 se recibió de abogada. Debió esperar un año para que su padre acepte que ella ejercería la profesión de forma liberal. Luego de cuatro años ingresó al Poder Judicial e hizo toda la carrera judicial que culminó como Jueza de Cámara en lo Penal y elegida como representante en el Consejo de la Magistratura. Estuvo en la Escuela Judicial, en la Comisión de la AMFJCh y actualmente es socia de AMJA. Es profesora adjunta en las cátedras de Derecho Comercial en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNSJB desde 1986 y fue profesora de Derecho Penal II en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la UNSJB durante quince años. “ Estudiar derecho era una buena herramienta para ejercer mi defensa, yo estaba aquí, era yo, pero no me veían ni me escuchaban. ¿Dónde estaban mis derechos?” Tener derechos, siempre fue cosa seria, hay que conquistarlos palmo a palmo, no existen las concesiones gratuitas. Siempre comparas injusticia/justicia, las injusticias se sienten, te duelen. Reparar es hacer justicia”. “Mi otra pasión es la docencia, enseñar no sólo contenido, ser curiosa/o, idealista, comprometida/o con tu comunidad. Aceptar una pequeña responsabilidad, una frase de la profe te puede cambiar la vida” . “El problema no es la ruralidad, para las que somos del campo es nuestro entorno, nuestro mundo. El problema es que no es igual para todas las niñas campesinas. En mi época a los trece o catorce años ya estaban en edad de “merecer”, había que buscarles un marido, un hombre que se haga cargo de ellas, así hay una boca menos para mantener. Las posibilidades de trabajar eran pocas, y terminabas viendo a la ciudad a trabajar de domésticas. Ahora, algo cambió, pero no es historia pasada y terminada”. “Hay mucho talento en el campo, pero cómo haces para soñar en grande si siempre escuchaste que no servís para nada, que cuando nace una nena se lamentan, diciendo: ¡pucha, una chancleta más!” “Hacen falta políticas públicas eficaces para garantizar la educación para todas/os y que la igualdad de oportunidades sea real”.

 

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