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12 de Abril de 2022
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El Gobierno espera un número de inflación de marzo que podría superar el 6%

La inflación de marzo será la más alta desde que comenzó el mandato de Alberto Fernández. Ayer el ministro Guzmán, anticipo esa cifra y lo atribuyo a las internas del gobierno nacional. 

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Este miércoles el INDEC dará a conocer un número de inflación que estará entre los índices mensuales más elevados de los últimos años.

 

 

Se dará a conocer el dato de inflación de marzo, que mostrará una aceleración de precios respecto al 4,7% que reflejó febrero. Para las estimaciones privadas, estará bien por encima del 5% y podría superar el 6%, lo que implicaría un aumento mensual con pocos antecedentes en los últimos años. El más fresco es el 6,5% de septiembre de 2018, tras uno de los episodios de fuerte devaluación del peso durante el gobierno de Mauricio Macri.

 

 

En el Gobierno hay diagnósticos y lecturas distintas sobre por qué aceleró la inflación en los últimos meses y, por este motivo, difieren las salidas hacia adelante que plantean en cada sector.

 

 

El ministro de Economía, Martín Guzmán, hace énfasis en la presión que significó para el mercado doméstico el salto de los commodities a nivel internacional e identifica a marzo como el peor mes en décadas para todo el planeta en términos de inflación. El país, en esa lógica, no tendría razones para no mostrar también una cifra récord de suba de precios. Para Guzmán, la guerra en Ucrania impactó en tres precios en particular que son decisivos para las cadenas de producción globales: metales, alimentos y energía. Y para demostrar que la tendencia global es la que va a determinar el alto nivel de inflación enumera otros casos de índices de marzo: Holanda (14,7% mensual), España (3,9%), Italia y Portugal (2,6%) o Alemania (2,2 por ciento). Más cerca, en Brasil, hubo un 1,62% de inflación mensual y la interanual llegó a su nivel más alto desde 1994.

 

 

El ministro de Economía defiende su versión de una inflación multicausal, ligada a cuatro motivos: monetarios, fiscales, de reservas y de expectativas. Guzmán defendió en las últimas horas los dos primeros aspectos de ese plan. En primer lugar, aseguró que la financiación del déficit por la vía de la emisión monetaria tuvo un fuerte recorte en lo que va del año, en línea con la meta acordada con el FMI.

 

 

En reuniones privadas de los últimos días, el jefe del Palacio de Hacienda aseguró que la monetización del déficit fiscal está actualmente en niveles de 0,15% del PBI, mientras la meta para todo el año consensuada con el Fondo Monetario Internacional es de 1% del Producto. Además, dijo que la reducción del déficit deberá continuar porque “fortalece la moneda” y anticipó nuevos ajustes en la tasa de interés: “Es importante para la estabilidad cambiaria porque incentiva la demanda de activos en pesos”. Además, confió en que las reservas se incrementarán por los giros desde Washington y un esperado incremento de las exportaciones.

 

 

La cuarta pata de la visión multicausal es la de fijación de expectativas, dentro de lo que se inscriben medidas microeconómicas que el Gobierno, principalmente Comercio Interior, viene ensayando en el marco de la declarada “guerra” contra la inflación. Algunas de esas medidas, a casi un mes de su inicio poco después del IPC de 4,7% de febrero, todavía no fueron concretadas.

 

 

Las dos más resonantes todavía no fueron completadas. Son la retracción de precios de unos 1.700 productos que, según Comercio Interior, tuvieron subas injustificadas. Según los últimos números que manejan cerca de Feletti, faltarían anularse aumentos de unos 600 bienes en las góndolas. Feletti tiene, en ese sentido, una visión distinta a la de Guzmán y a la de su superior inmediato, el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, por la cual una parte de la inflación está explicada por la concentración que existen en determinados mercados, como el de los alimentos.

 

 

La segunda medida que todavía no se cristalizó fue el fideicomiso del trigo. Es el fondeo que provendrá del ingreso extra que tendrá el fisco por el aumento de derechos de exportación para harina y aceite de soja. Con ese subsidio, el Gobierno intentará retrotraer precios de los productos que insumen harina en su fabricación a un nivel previo a la escalada de commodities tras el inicio de la guerra en el este europeo.

 

 

Por otro lado, otras medidas fueron más raudas. La semana pasada quedó establecida la nueva etapa de Precios Cuidados, con más de 1.700 productos y aumentos mensuales autorizados de 3%; nuevas canastas de carnes y verduras con precios de referencia y un “mini Precios Cuidados” para comercios de cercanía con 60 productos con valor acordado.

 

 

En relación a esto, parte de la ecuación incluye, también, impulsar las negociaciones paritarias para evitar que la aceleración de precios traiga aparejada, además, un retroceso inmediato en el poder de compra de los salarios, después de que el 2021 terminó con un resultado levemente positivo para los empleados privados formales y para los públicos, pero muy desfavorable para los no registrados, según datos oficiales.

 

 

En medio de los trascendidos de un recambio de gabinete y siendo uno de los principales apuntados por el sector del Frente de Todos que responde a Cristina Kirchner, Guzmán cambió su agenda tras el acuerdo con el FMI y se concentró en buscar una mayor provisión de energía para el invierno. Incluso este lunes por la tarde eligió bajar al territorio y se acercó a Ituzaingó para un acto en una fábrica. Es en medio de ese terreno pantanoso que el Gobierno buscará construir el dique de contención para la inflación, para que al menos no tenga un salto que la haga superar el 60% anual este año.

 

 

 

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