El estudio, liderado por Pedro Bekinschtein y Mariano Belluscio, investigadores del Conicet en el Instituto de Neurociencia Cognitiva y Traslacional (INCyT) y el Instituto de Fisiología y Biofísica (IFIBIO), respectivamente, fue publicado en PLoS Biology. Según Bekinschtein, el foco del trabajo fue explorar cómo se recuperan las memorias una vez almacenadas, específicamente la memoria de reconocimiento que permite distinguir si un lugar nos resulta familiar o no.
Utilizando modelos preclínicos, particularmente ratas, el equipo observó cómo estos animales reconocían espacios previamente visitados, incluso cuando ciertos detalles del entorno habían cambiado con el tiempo. Un hallazgo importante fue el papel del glutamato, un neurotransmisor clave en el hipocampo, región del cerebro fundamental para la formación de memorias.
Según Magdalena Miranda, una de las autoras principales del estudio, la inhibición del glutamato afectaba negativamente la capacidad de las ratas para reconocer los espacios, mientras que su activación mejoraba significativamente este proceso.
El estudio también se enfocó en las células del lugar, conocidas como "place cells", cuya función en la representación espacial del cerebro fue reconocida con el Premio Nobel de Medicina en 2014. Estas células desempeñan un papel fundamental en la memoria espacial y fueron determinantes en la investigación del equipo.
Desde una perspectiva aplicada, Mariano Belluscio destacó la relevancia de estos hallazgos para comprender mejor las deficiencias de memoria en enfermedades neurodegenerativas y otros trastornos relacionados con el envejecimiento. Según Belluscio, entender los mecanismos de recuperación de la memoria podría abrir nuevas vías para el desarrollo de tratamientos que modulen la función del glutamato u otros procesos biológicos implicados en la evocación de recuerdos.
El trabajo también contó con la participación de otros investigadores destacados como Facundo Morici y Marcos Antonio Coletti.
O.P