Aprendió mucho en Chile, está más formada. Más completa como jugadora. Va por el camino correcto.
Quiso quedarse en Santiago Wanderers pero al haber estado a préstamo desde Boca Juniors, tuvo que regresar a Buenos Aires, “al mejor club del país”, según lo señaló Valentina Leguiza, quien espera su oportunidad en jugar en primera.
Claro que sigue en la Reserva, apenas un escalón abajo del equipo de la primera división. Solo entrena, porque sabe que su oportunidad llegará en cualquier momento.
Valentina es, sin dudas, la mejor jugadora de fútbol que dio la ciudad de Esquel. Fue pupila de María Laura Hernández, en tanto su estado físico lo logró gracias al trabajo realizado con el profesor Víctor Álvarez.
Con Belgrano de Esquel logró algunas vueltas olímpicas, al igual que con la selección de Chubut donde por primera vez en la historia la provincia lograba el título en los Juegos de la Araucanía.
Su destino es el futbol profesional y sueña con lograrlo.
“El año pasado en Chile fue de un gran aprendizaje, la verdad es que necesitaba un cambio como para volver mejor y me sirvió de mucho lo que hice allá, donde aprendí otras cosas, con otro tipo de intensidad, otro tipo de nivel” destacó Valentina a este medio.
En Boca hay chicas nuevas, otro tipo de entrenamiento, todo muy diferente a lo que es en Chile. Igual el cuerpo técnico en boca es el mismo de cuando ella se fue.
Valentina destacó que depende solo de ella para jugar en la primera de Boca. “depende solo de mí y entreno para lograrlo”.
“Me fui un año para sumar otras cosas y volví con más energía, y eso es como un plus para lo que se viene”. Recordemos que en las próximas semanas cumplirá 19 años. Es muy joven, tiene mucho para aprender.
La familia está muy contenta con su regreso a Buenos Aires. “Mis padres están muy contentos porque me tienen más cerca y también porque es Boca, porque es el mejor club de la Argentina”, sentenció además.
Por el momento entrena todos los días por la mañana, aunque ella le agrega por la tarde un segundo turno.
“A las 7.15 horas tenemos el desayuno y a las 8 ya vamos al gimnasio. Ahí entrenamos hasta las 9.30 horas”.
“Claro que cambian las rutinas, a veces hacemos pierna, a veces hacemos tren superior. Y después pasamos a la cancha y ahí estamos hasta las 10.30 horas”.
Claro que “no se duerme en los laureles”. “A la tarde llego a casa, me tomo unos mates y salgo a hacer un doble turno”.
“Yo lo hago de manera particular, pero calculo que ya la semana que viene haremos doble turno con Boca”, remarcando que el torneo de la Reserva comenzará a mediados del mes de marzo.