En pleno frío invernal, el Hospital Rural de Cushamen atravesó una situación crítica durante la tarde del sábado: la sala de internación se quedó sin gas y fue necesario activar una respuesta de emergencia para garantizar el suministro de calefacción a los pacientes. El incidente volvió a poner en evidencia las condiciones estructurales que enfrenta el sistema de salud en zonas rurales del noroeste de Chubut.
El corte se produjo durante la jornada del sábado 5 de julio, cuando personal del hospital se comunicó directamente con un trabajador de la empresa Coopetel Energía, que desde hace más de un mes realiza el abastecimiento mediante garrafones, ante la falta de un tanque de almacenamiento propio en la institución.
El traslado de los nuevos garrafones se hizo de forma inmediata. A las 20 hs, una camioneta partió con el cargamento desde El Bolsón y llegó al hospital cerca de la medianoche, con temperaturas bajo cero. El operativo fue gestionado por Coopetel, que actualmente cubre la zona tras la interrupción del servicio por parte de la empresa anterior, que aún mantiene los tanques instalados pero ya no realiza entregas de gas.
Solución provisoria
Según explicó Martín Morrás, jefe operativo del área de energía, “hace más de un mes que abastecemos al hospital con garrafones porque no tienen tanque. La empresa anterior no entrega más gas, pero tampoco retiró sus tanques. Lo ideal sería que podamos instalar un nuevo equipo de almacenamiento, porque el sistema actual no alcanza para cubrir la demanda de un hospital”.
Desde Coopetel reconocen que la medida es una solución provisoria, y que el riesgo de nuevos cortes existe si no se avanza con una infraestructura adecuada. La situación no solo pone en tensión los recursos logísticos, sino que afecta de forma directa el funcionamiento de un servicio esencial como la salud pública.
Un caso que se repite en otras localidades
El caso de Cushamen no es aislado. En las últimas semanas, otras instituciones públicas del noroeste de Chubut, como el Hospital de Paso de Indios y varias escuelas rurales (entre ellas las de Costa de Lepá, Nahuelpan y Carril Leufú), también quedaron sin gas tras el retiro de la empresa privada anterior.
En todos los casos, la respuesta fue similar: soluciones de emergencia a través de cooperativas o gestiones locales para evitar que la falta de energía impacte aún más en comunidades ya expuestas al aislamiento y las bajas temperaturas.
O.P