Ningún encuentro: una gran obra que se usa poco

Pensados como obras estratégicas, que brindarían un espacio de integración social,  para realizar actividades deportivas, culturales y de formación, con el objetivo de mejorar las condiciones de seguridad urbana, a través de una reconstrucción del tejido social y la recuperación de espacios mediante la creación de alternativas positivas para los vecinos en barrios periféricos, todo conjugando educación, cultura y deporte a partir de la construcción de espacios culturales y formativos, micro cines, skatepark y pileta de natación.

En marzo del 2014, en el marco de la licitación de las obras, el entonces Gobernador Buzzi anticipó que los centros de encuentro serían “gran incubadora de proyectos sociales para darle vida al deporte, a la cultura, al arte, a la expresión y al talento”. Destacó la importancia de que “los jóvenes se sientan convocados a ser parte, y para eso se necesita de la construcción del Estado, política y abarcadora y convocar a todos a que se puedan sentir parte de esto que estamos haciendo”.

“Los Centros están para que la diversidad se pueda expresar, para que las formas de pensamiento y talento tengan un lugar donde canalizarse”, afirmó. “Esto es claramente una responsabilidad de la construcción política. Tenemos que hacer que el talento, la actitud y las ganas se puedan expresar”.

Cuatro años después, la obra finalizada, no ofrece ni cerca de las oportunidades previstas.

Huérfano de administradores, la municipalidad no quiso hacerse cargo de su uso, y la provincia finalmente lo cedió para que funcionen allí las carreras de la Universidad de Chubut.

El Centro de Encuentro está en 95% terminado, la falta de servicios completa hace imposible algunos usos, pero mientras tanto un natatorio hermoso y un auditorio de primer nivel esperan vacíos no convertirse en un gran elefante blanco.

Mirá como está: