El Intendente Sergio Ongarato encabezó este domingo el acto central en conmemoración del Día del Inmigrante, acompañando a las diferentes colectividades de Esquel. La ceremonia tuvo lugar en horas del mediodía en el Monumento a los Inmigrantes, ubicado en las Avenidas Fontana y Ameghino.
El Himno Nacional Argentino fue interpretado por la Banda “Malvinas Argentinas” del Regimiento de Caballería de Exploración 3 “Coraceros General Pacheco”. Seguidamente se realizó un minuto de silencio en recuerdo a Bernardette Metalyer, integrante de la colectividad francesa, viuda de Pellerin, fallecida el día sábado. Y en conmemoración también a todos los inmigrantes que le dieron su vida a la comunidad de Esquel.
VECINO EJEMPLAR
En el marco del acto se dio lectura a la resolución N° 1840/16 mediante la cual se declara Vecino Ejemplar al señor Bruno Lukosevicius, hijo de inmigrantes de la República de Lituania, “quien reside en nuestra ciudad desde el año 1985, abocándose desde esa fecha a realzar la cultura del país de sus ancestros a través de la creación del Museo Lituano. Reconociendo así a todos los inmigrantes de ese origen que poblaron nuestro territorio”.
En la oportunidad el Intendente Sergio Ongarato, junto a la concejal María Eugenia Estefanía, hizo entrega del diploma de reconocimiento al vecino homenajeado.
“PATAGÓNICOS DESDE EL PRIMER ALIENTO”
Posteriormente y para referirse a la celebración hizo uso de la palabra Gustavo De Vera, integrante de la Colectividad Uruguaya. “Esta es una fecha que conmemora a todos aquellos que en diferentes etapas de la historia regional fuimos llegando y contribuyendo al crecimiento de esta querida ciudad de Esquel; y también a nuestros descendientes, en su mayoría hijos nacidos en esta tierra, patagónicos desde el primer aliento”.
Los inmigrantes llegados a Esquel “podemos sentirnos afortunados. En parte porque, como en el caso de los uruguayos, encontramos no sólo una hermosa ciudad, sino también una empatía cultural que nos facilitó la convivencia casi inmediata. Y todos los inmigrantes, hemos aportado algo de nuestras culturas y nuestras historias a esta comunidad que, en definitiva tiene por característica enriquecedora, esta enorme diversidad cultural con la que nos encontramos a diario en nuestras comidas y espectáculos, en nuestro carácter y expresiones, en nuestros gestos”.
“Migrantes aquí hemos sido casi todos. Con excepción de quienes descienden de los pueblos originarios, el resto llegamos de otros países, y también de otras regiones porque, hay que admitirlo también: aún cuando los cobije una misma bandera y las leyes de una misma nación, quienes llegaron desde el litoral entrerriano o correntino; desde el noroeste salteño, catamarqueño o tucumano; los que llegaron desde la pampa húmeda, o desde Cuyo, también llegaron a este “otro país”, a esta “otra cultura”, y también trajeron consigo una porción de la suya para compartir”.
Todos, “inmigrantes extranjeros, o inmigrantes de otras provincias, hemos tenido algo en común. Todos en definitiva, buscamos aquí lo mismo: un lugar en el mundo donde el simple acto de vivir sea digno, y donde nuestros hijos puedan –por sobre todo- alimentarse en esa dignidad”, señaló De Vera en su discurso.
BAJO UNA MISMA BANDERA
En representación de la Municipalidad se refirió a la fecha el Pte. del Concejo Deliberante, Lic. Jorge Junyent: “Venimos a celebrar el Día del Inmigrante en esta esquina emblemática de nuestra ciudad, que alguna vez fue casi el límite de su casco urbano. Coronada por este monolito que ya tiene 80 años de existencia. Homenaje al Coronel Fontana, que contribuyó a poblar los territorios de Formosa, Chaco y Chubut, antes de retirarse a San Juan. El homenaje a este militar y naturalista aficionado se cruza en esta esquina con el de otro gran hombre de ciencia como fue Florentino Ameghino”.
“Reflejos de una Argentina que les abrió los brazos a todos los hombres de mundo que quisieran habitar la Nación Argentina y que eran recibidos en la entrada al valle de Esquel, donde tuvieron un paradero. El Viejo Paradero Tehuelche, ubicado junto a las lagunas glaciarias de nuestro Aeropuerto. Que fue siempre un punto de encuentro, un espacio que albergó la diversidad y la camaradería entre nativos y viajeros que aquí llegaban, entre ellos Francisco Pascasio Moreno que, en 1879 acampo y predijo: Más allá del abra fértil donde hoy se extiende el paradero del indio nómada, se levantará algún día una gran ciudad argentina”, agregó.
Asimismo expresó el edil, “somos entonces el resultado de esa visión colonizadora, de ese sueño de convivencia pacífica que mantuvimos durante 110 años contados desde 1906. Cuando Esquel le dijo al mundo a través del telégrafo, que había gente en el abrojal. Y el abrojal se pobló de voces y sonidos distintos, y de gentes diferentes, todos bajo una misma bandera, la de la Nación Argentina”.
“Aquí hay lugar para todos, dijo alguna vez Foyel. Pero no para los violentos decimos nosotros. Los toldos de Inacayal, fueron toldos de paz. Y aunque nuestra historia contenga páginas que no nos gustan, el mensaje de los inmigrantes nos sigue invitando a abrir los brazos y tender la mano, antes que a cerrar los puños”, resaltó Junyent.
“Vecinos de Esquel, que así sea! Nuestro profundo agradecimiento a todos quienes aquí llegaron, siguiendo su propia utopía, serena y pacífica. A todos los que vinieron con ese espíritu y colmaron de vida este Valle y esta ciudad”, concluyó.
Seguidamente el Intendente Ongarato, acompañado por un integrante de la Colectividad Uruguaya y Bruno Lukosevicius, colocó una ofrenda floral al pié del Monumento a los Inmigrantes. Finalmente, las colectividades desfilaron por la Avenida Ameghino hasta la sede de la Asociación Sirio Libanesa donde se realizó una degustación de comidas típicas, con bailes tradicionales y exposición de las artes.