El Ministerio de Salud provincial informó que hasta el momento se aplicaron un total de 230.466 dosis de la vacuna contra el Covid-19 a personas.
El ministro Fabián Puratich resaltó que “en las últimas semanas hemos logrado incrementar el ritmo de vacunación, gracias, por un lado, a un mayor flujo de vacunas provenientes de Nación, y, por el otro, debido al enorme esfuerzo de los equipos de salud abocados a la vacunación, de los voluntarios y del trabajo articulado que día a día se realiza entre las autoridades nacionales, provincia y los distintos municipios”.
“Estamos muy satisfechos porque conseguimos avanzar en la vacunación de los distintos grupos prioritarios, apuntando siempre a proteger a todos los chubutenses”, sostuvo Puratich quien indicó que “nuestro próximo objetivo es poder completar los esquemas de vacunación, de forma tal que todos los vacunados reciban la segunda dosis de su vacuna correspondiente”. Y agregó que “hoy por hoy más de 180.000 chubutenses están vacunados ya al menos con la primera dosis, y estamos recibiendo las segundas dosis necesarias de las vacunas AstraZeneca y Sinopharm para completar los esquemas pendientes de quienes hayan recibido esas vacunas”.
En Chubut, al igual que en otros distritos de Argentina, la campaña se aceleró durante este mes de junio con la aplicación de miles de dosis de la vacuna AstraZeneka. Mientras tanto, se aguarda completar la vacunación de quienes desde el inicio de la campaña de vacunación se aplicaron la vacuna rusa Sputnik V, la primera en comenzar a inmunizar a los argentinos.
Sputnik, ¿y la segunda dosis?
Al tiempo que avanza la fabricación del primer componente en el laboratorio Richmond de nuestro país (en breve se distribuirán las primeras 450 dosis), se espera la llegada de la demorada segunda dosis.
Hasta ahora sólo había estudios clínicos, pero por primera vez fuera de Rusia, una investigación realizada por la Provincia de Buenos Aires demuestra el impacto en la vida real de la primera dosis de la vacuna Sputnik-V. El estudio indica una efectividad del 78,6% para evitar casos de COVID-19, del 84,7% para evitar las muertes y del 87,6% para reducir hospitalizaciones en personas de 60 a 79 años.
Estos resultados apoyan la estrategia de diferir las segundas dosis, con la garantía de tener estos altos porcentajes de efectividad que demuestran la capacidad de la vacuna para proteger a la población con esa primera dosis. Fortalecer los esquemas de primeras dosis permite alcanzar un número mayor de personas vacunadas a corto plazo, con un beneficio individual y un efecto a nivel poblacional, que indefectiblemente va a impactar sobre los contagios, hospitalizaciones y muertes por Covid-19.
De todos modos, no son pocos los referentes sanitarios que observan con alerta la demora en la aplicación de la segunda dosis que en miles de casos de pacientes argentinos ya difiere en más de tres meses luego de la aplicación de la primera.
En ese sentido, según consigna el diario La Nación este domingo, la dependencia de las importaciones y la falta de inversión y tecnologización en el sector son dos de los motivos que están detrás de la demora del segundo componente de la Sputnik V: el logro científico del Instituto Gamaleya no tuvo una matriz de producción que lo acompañara.
“No hay ninguna razón científica para la demora del ad5 [el adenovirus de la segunda dosis] porque éste se viene estudiando desde hace 30 años”, dijo al matutino porteño un virólogo argentino que trabaja en Estados Unidos.
A esa necesidad de tiempo se le agrega también la de grandes plantas para cumplir con los contratos por 800 millones de dosis que con los que se comprometió Rusia, según el Kremlin. A fines del año pasado, Biocad, R-Pharma, Generium, los mayores laboratorios rusos, tuvieron que construir, vertiginosamente, nuevas plantas y comprar decenas de biorreactores. Pero el proceso no fue ni es fácil. Los inconvenientes surgieron uno tras otro, desde falta de insumos a ausencia de personal competente.
A las limitaciones propias se le sumó otra complicación: India, el país que iba a producir una buena porción de la Sputnik V, cerró la exportación de vacunas por la aguda crisis de contagios y muertes que vive.
Con todos estos problemas encima, Rusia entregó a otros países, hasta el 15 de mayo, solo 65 millones de cientos de millones de dosis comprometidas, de acuerdo con un conteo de Reuters.
Recordemos que Argentina fue el primer país de la región en recibir la Sputnik y también el primero en sufrir sus problemas. El gobierno argentino anunció que 22 millones de dosis de la vacuna rusa llegarían en el trimestre inicial del año. A junio arribaron 9.415.754 dosis, menos de la mitad.
El siguiente problema es la segunda dosis: de las que ya llegaron, solo el 16% corresponde al segundo componente. Y el tiempo pasa y millones de los vacunados ya están por superar o sobrepasaron los tres meses aconsejados entre dosis y dosis.
Desde Rusia, algunos especialistas especulan con que podría extenderse el plazo, pero sus pares argentinos advierten que, por la falta de estudios, no se sabe qué sucede con la inmunidad más allá de los tres meses.
A todo esto, las autoridades sanitarias informaron que la semana próxima habrá un nuevo vuelo a Moscú y el Gobierno espera que arribe un cargamento con el segundo componente de Sputnik V para poder completar a tiempo los esquemas de vacunación de las personas que fueron inoculadas con el producto ruso entre marzo y abril. No se informó qué cantidad traerá desde la capital rusa.
Solo se indicó que en los próximos días se esperan 2 millones de dosis de Sinopharm, que llegarán desde Beijing en tres vuelos (dos de Aerolíneas Argentinas y uno de una línea privada) y 1.139.000 dosis de AstraZeneca desde los Estados Unidos (llegarían el lunes).
Aproximadamente el 1% de las dosis que aterrizan en Argentina son las que le corresponden a nuestra provincia.