En exclusiva con Red43, Panchi Fiori, el dueño de la Cochería Esquel, contó cómo fue trabajar en el pico de la pandemia de Covid-19 y los estrictos protocolos para cumplir con su trabajo, cuidando la salud del personal, los familiares y la comunidad en general. Además, destacó el trabajo en el Hospital y en el "Depósito Covid" que se creó en el Cementerio local.
-¿Cómo son las estadísticas en cuanto al aumento de la pandemia?
Efectivamente, la pandemia en este año fue bastante dura para el personal que tuvo que trabajar y mantener con los equipos que se usaban continuamente. La cantidad en este año, se registraron 178 personas por COVID. En su totalidad fueron retiradas de Esquel, en el hospital y en algunos geriátricos que tuvieron una baja total de la gente.
-¿Cómo se trabaja acá con los equipos?
Son especiales. Lo traíamos de Buenos Aires y son importados de un costo bastante elevado. El trabajo nuestro es retirarlos del hospital, clínica o sanatorio directamente con el ataúd. El Hospital de Esquel provee una bolsa roja para los de COVID, que sale sellada directamente desde la cama donde fallece la persona. Tenemos unos líquidos especiales que se los rociaba y se ponían en el ataúd dentro de la misma sala del fallecido. No lo sacaban más allá de la cama. Ahí se los sellaba, se les ponía un litro de formol y se lo llevaba al depósito que teníamos en el Cementerio. El Parque habilitó un lugar para depósito de COVID, nada más y a cualquier hora. A la hora que sea, desde donde nos llamaban durante la noche, a la madrugada, se lo llevaba al cementerio y se lo ponía en ese depósito con las medidas de seguridad y los requisitos que nos pedían a nosotros. El cementerio se ocupaba también de desinfectarlo para entrar a esa habitación para poderlos sepultar. De ahí en más, el Cementerio se ocupaba de todo, nosotros no interveníamos para la sepultura.
-¿Por ejemplo, a las 3 de la madrugada si una persona fallecía a esa hora?
A las tres, a las dos, a la una. Hubo noches que hubo 3 veces en la misma noche y no daba tiempo a venir a sacarse los equipos porque no lo usaban dos veces. Venían, se cambiaban el equipo y volvían a hacer el trabajo como correspondía. Siempre tuvo el cementerio la disposición y el depósito de COVID abierto. Las 24 horas, sea lo que pasara, lloviera o no. Porque no podíamos traerlo a la funeraria para vestirlos porque salían sellados de ese lugar.
-¿No hubo velorios?
No, no se podía y estaba prohibido, inclusive ahora. Cuando llega uno de COVID hace el mismo trayecto. Acá hubo muchos fallecidos por COVID, muchos de la zona. En Esquel hubo, pero de la zona hubo mucho de Gualjaina, de Cholila, Epuyén, Gobernador Costa, Tecka, Corcovado. Se llevaban todos los de COVID después de estar tres días en el cementerio para la desinfección correspondiente.
-¿Cómo es la relación de trabajo con los empleados del cementerio?
Muy buena. Los muchachos trabajan muy bien. Siempre han sido predispuestos cuando necesitamos algo. Siempre, desde los años que están trabajando, antes de la pandemia. Siempre se preocuparon en hacer las cosas y darnos los turnos que corresponden para la sepultura. Nunca hubo quejas de parte nuestra, inclusive nos prestamos a ayudarlos a ellos cuando tenían mucho trabajo. Los chicos de acá ayudaban porque a veces se desbordaba todo el sistema. Para mí, el cementerio tiene que seguir de la forma que está porque es una cosa que está bien ahora.
-¿Hubo días muy complicados con el COVID y los fallecimientos?
Sí, tuvimos días de cuatro y cinco fallecidos. El máximo que se registró en Esquel en un día fueron nueve fallecidos. Sacamos 5 de un geriátrico y 4 del Hospital ese día. No se había cómo hacer porque no tenemos equipos. Tengo tres vehículos y uno solo se puso exclusivo para lo de COVID, que no se usaba para otra cosa porque le pusieron un desinfectante muy especial y está dividida la cabina con la parte de atrás y ese desinfectante era tan fuerte que no lo aguantaba nadie. La gente muchas veces no sabe lo que pasa acá adentro. Se maneja con el mayor respeto de años, porque mi padre estaba en este gremio y madre también, ambos eran hijos de funebreros y sabíamos cómo es prestar un servicio de este tipo y la gente lo necesita.