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25 de Enero de 2022
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Día Nacional del Reportero Gráfico: A todos nos sacó una foto José Bastía

En conmemoración de José Luis Cabezas, es el Día del Reportero Gráfico en Argentina. Hablamos con José, quien nos comenta sobre sus inicios con Juan Carlos Carmona en el Diario El Oeste y sus 30 años sacando fotos en escuelas.

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Por Karim Chelbi Camba

 

Nací 10 días después del asesinato de José Luis Cabezas, hace 25 años. Quién fue Cabezas lo descubrí muchos años después, más que nada cuando comencé a estudiar periodismo y me daba cuenta de lo importante que fue su historia.

 

Su muerte, creo, no fue en vano. Dado que gracias a un grande como él, pese al trágico desenlace, hoy se reconoce a todos los reporteros gráficos de nuestro país. La mano derecha de nosotros, los periodistas. A quienes necesitamos al lado sí o sí, porque por más que compre un celular con buena cámara, jamás voy a tener el ojo de ellos.

 

Recuerdo cuando iba a la Escuela 76, después pasé a la Fundación Educativa y terminé la secundaria en el Salesiano. Por mi, pasaron tres escuelas, varios maestros, compañeros, amigos, directores, padres de amigos, etcétera, pero había una persona que siempre era la misma.

 

También, cuando empecé a trabajar de periodista en Esquel, lo conocí. Su nombre es José Adrián Bastía. El hombre que nos sacó la foto escolar a todos nosotros, en todos nuestros años.

 

 

(Foto Facundo Miranda Justo)

 

 

¿Cómo fue tu inicio con la fotografía?

 

Yo comencé a los 16 años en el Diario El Oeste siendo canillita. Salía a vender diarios todas las mañanas, hasta los 18 que de tanto estar en el diario conozco a Juan Carlos Carmona y por curiosidad le pregunté qué era lo que hacía dentro de un cuarto oscuro que yo veía. Tenía luces rojas. Él me explicó y me invitó a pasar al laboratorio. Me mostró cómo se hacían las fotos y a partir de ese momento quedé enganchado con la fotografía.

 

Él me dio una cámara, me dijo “si querés ser fotógrafo te voy a enseñar, pero te tiene que interesar porque es un trabajo sacrificado, a veces lindo y es una linda profesión. Me dio una camarita y me mandó a sacar fotos de cualquier cosa. Volví al diario y ahí empecé con el revelado, laboratorio, líquido, hacer las fotos artesanalmente. Poco a poco fui comprando libros para leer e ir superándome día a día.

 

Arranqué en el Diario el Oeste hasta que cerró en el 2017, pero continúo con el Diario La Portada. Sigo siendo fotógrafo, haciendo eventos, sacando fotos en las escuelas. Un montón de cosas como hace 35 años atrás cuando arranqué.

 

 

 

¿Desde tu inicio fuiste Reportero Gráfico?

 

Trabajando en el Diario arranqué como reportero gráfico, estuve dos años aprendiendo hasta que me mandaron a la calle a cubrir cosas como espectáculos, marchas, todo lo que había que cubrir en esa época. Después, llegar y revelar todos los rollos, todas las fotos.

 

Es un rol muy importante el del Reportero Gráfico, ¿no?

 

Generalmente, el reportero gráfico depende del periodista que hace la nota. Vos como reportero tenés que ilustrar lo que dice la nota esa. El periodista te dice de qué tema se trata y uno busca la fotografía para ilustrar esa nota. Cuando trabajás en el diario, lo primero que hacés es leer el título, después mirar la foto y luego leer la información. Con la foto tenés que demostrar de qué se trata la nota esa.

 

Generalmente sacás varias fotos. Hoy en día con la cámara digital es más fácil porque sacás varias fotos y vas seleccionando y borrando. Antes tenías que sacar y hasta no llegar al laboratorio y revelar, no sabías qué foto tenías que sacar.

 

 

 

¿Cómo fue la evolución de la fotografía y las cámaras?

 

En algún sentido bien y en otro no tan bien. Porque se perdió toda la fotografía artesanal, el trabajo en laboratorio. Era muy cansador, pero a uno que le gustaba inventar colores, horas y horas de estar adentro, era todo un lujo para uno que le gustaba eso. Tengo recuerdos de la Fiesta del Esquí, que estuve 25 años ininterrumpidos. Generalmente, se sacaban 7 u 8 rollos de 36. Había que revelar los rollos y con la ampliadora mirar cuadrito por cuadrito para mirar qué foto podía ser. Hasta que no revelabas la foto no sabías lo que te había salido. Era más complicado revelar y hacer todas las copias que hoy en día. Hoy cualquiera es fotógrafo porque tenés los celulares y cámaras que te ayudan a que saques una buena foto. Cuando empecé era sacar o sacar y si te salía mal dos veces, no la podías repetir.

 

 

(Foto Facundo Miranda Justo)

 

 

¿Eran las famosas cámaras analógicas?

 

Las analógicas eran de antes, que venían con rollos. Hoy en día, las digitales, rollos no tienen. Los rollos que usábamos se consiguen muy pocos y si los conseguís son caros. Por otro lado, no podés conseguir los líquidos para revelar los rollos. Ya no existen y no te venden. Si te venden, es muy caro hacer la foto que hacíamos antes en papel.

 

¿Tenían mejor calidad?

 

Tienen mejor calidad. Era mucho mejor que una foto digital. Yo prefiero la cámara analógica toda la vida, pero no se puede y hay que ir actualizándose con las digitales. Hoy hay digitales monstruosas y que te sacan fotos que podés hacer murales. Pero el negativo podías hacer lo que quieras de una foto 4x4 hasta de tres metros que no se pixelaban como una foto que sacás con una cámara digital.

 

 

 

¿Qué evento más recordás de todos los que cubriste?

 

En el diario todo, porque te mandan a cubrir cualquier cosa. Recuerdo que me mandaban a las marchas del No A La Mina, terminaba y tenía que ir a los del Sí a la Mina. Después, me encantaba sacar automovilismo en el autódromo. Corría riesgo mi vida, pero me encantaba. Después fútbol, reuniones, conferencias, que es lo que se hace en un diario.

 

 

 

En el Diario del Oeste hacía el rincón de las ánimas y ahí sacaba fotos insólitas con una frase. Me encantaba hacerlo. Andar por la calle descubriendo qué estaba bien y qué estaba mal para hacer eso.

 

¿Alguna vez te impidieron sacar alguna foto?

 

Muy pocas veces. Generalmente sos del diario y no hay drama. Una vez en el aeropuerto no me dejaban sacar fotos, pero no pasó a más de gritos de acá o de allá. Recuerdo que fue una vez que volvía Aerolíneas a Esquel. Recuerdo que me peleé con una de las chicas de la Policía Aeroportuaria, que me ponía la mano adelante de la cámara. Terminé poniendo un zoom y sacando de otro lado, que igual pude sacarla. La idea era sacarla de la tierra y no parado arriba de una escalera. Tenes que rebuscártela.

 

Cuando cubría las marchas del No a la Mina me subía arriba de la Bolsa del Ski en 25 de mayo para sacar una foto. Entraba corriendo y me prestaban una escalera para subir arriba del techo para sacar una foto panorámica. Yo tenia que demostrar la cantidad de gente que había. Tenia que tomar altura para sacar una buena foto.

 

Me acuerdo en Radio Nacional, cuando se hacía la Doble Lago Futalaufquen empecé a subir por un palo de Telefónica hasta arriba del todo para que se vean todos los corredores. Empecé a subir, pero se me complicó para bajar. Siempre encontrás a alguien que te ayuda, que te da una mano y te facilita el trabajo.

 

¿Qué papel cumplió en tu carrera las fotos de las escuelas?

 

He sacado muchas generaciones de escuelas. Hoy en día saco nietos de algunos chicos que saqué cuando empecé a sacar fotos. La mayoría de las escuelas de Esquel tienen fotos de todo el alumnado, porque hace 30 años que saco fotos en las escuelas. Todos los años me ven, salvo los de primero y segundo grado, dicen llegó el fotógrafo y se ponen todos contentos. He sacado muchísimo y tengo muy buena relación con los directivos de las escuelas. Nunca tuve un inconveniente para sacar fotos a los chicos en las escuelas. Hoy en día se acuerdan de mi cuando les saqué fotos y eso es algo que te llena de satisfacción.

 

Una vez fuimos a la escuela de Lago Rosario con mi señora, cuando entramos miro una foto que estaba colgada en la pared arriba y le digo “esa foto es mía”, me dice: “¿por qué sabés?” porque me acuerdo cuando saqué esa foto. La directora me pregunta si soy José Bastía y me dice “esa foto es suya y siempre que veo esa foto quería saber quién era José Bastía. Esa foto tiene años”. Por ahí miro alguna foto en casas y me acuerdo que las saqué yo. Es lindo que tengan un recuerdo tuyo. En 2020 saqué a la Escuela 54, al otro día empezó la pandemia y cerró todo. Fue la única escuela que tiene fotos de toda la escuela completa en 2020.

 

 

(Foto Pablo Bávaro)

 

 

Recuerdo que iba a Fotos Merlín a ver si estaba la foto que nos sacabas en la escuela...

 

Empecé cuando estaba Stuttgart, después en fotos Merlín hasta que cerró y quedé ahí y conocí a Juan Castro. Nos hicimos muy amigos y desde ese momento empecé a vender ahí. Los padres van y retiran ahí o de eventos donde hay mucha gente y quieren fotos. Pueden ir 2 meses después, hay padres que buscan fotos de hace 4 o 5 años y las buscan ahí.

 

¿Siguen imprimiendo fotos en papel?

 

Se sigue. El tema de tener las fotos digitales en el teléfono o en la cámara no es lo mismo que tenerla en papel porque la ves, la tenés ahí arriba. En el teléfono la tenés que estar buscando, tratar de encontrarla. Por ahí te pasa algo y perdiste todas las fotos. Yo las fotos la bajo en la computadora y las paso a un disco externo. Estaba preparando una muestra de fotos en 2010 que había empezado en febrero. Empezamos a seleccionar miles de fotos con Juan Castro, mirando y mirando días entero. En noviembre me levanté un día y no anduvo más. La llevé al técnico porque no prendía y me dijo que se partió el disco. El disco gira y gira y se parte en algún momento. No me pudo recuperar las fotos. Ahí aprendí que hay que sacar las fotos de la computadora porque perdés lo más querido que tenés por no grabarlo en otro disco.

 

¿Cómo fue la vez que fuiste a sacar una foto a una escuela y te pidieron sacarte una foto con vos?

 

Fue en 2015 o 2016. Fui a sacarle la foto a los egresados del Salesiano. Le pedí permiso al rector para sacar la foto a los chicos de sexto año. Los chicos bajan en orden, en silencio, nos ponemos afuera del Salesiano y les saco la foto a ellos. Cuando termino, ellos no querían volver al aula. Le digo “chicos vuelvan porque nos van a retar a todos”. Salta una nena del medio y dice “Don José, todos los que estamos acá, queremos sacarnos una foto con usted. Porque todos tenemos la foto que usted nos sacó en el jardín, durante toda la primaria, toda la secundaria y esta es la última que nos va a sacar a todos. Queremos tener una foto con el fotógrafo que nos sacó fotos en toda la etapa escolar”. Me emocioné mal y casi me largo a llorar en el medio de la calle. Hoy en día, miro a los chicos y de algunas caras me acuerdo que les saqué en el jardín. Es algo gratificante para mí como fotógrafo.

 

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