El 2 de mayo es el Día Mundial contra el Bullying, una fecha establecida en 2013 por más de 3.000 asociaciones de padres y diversas organizaciones no gubernamentales de todo el mundo, con el fin de concientizar sobre los riesgos del acoso escolar y los métodos para evitar la violencia en los centros educativos.
La coordinadora pedagógica en la Dirección General de Niñez y Adolescencia de CABA, Soledad Fuster, expresó: "Cuando hablamos de bullying nos estamos refiriendo a una agresión sistemática, sostenida en el tiempo, de una misma persona agresora o grupo hacia una misma víctima” y destacó: “En general comienza con una violencia psicológica, en apariencia sutil, a través humillaciones, burlas, insultos, amenazas, que se va complementando con actos de violencia física como por ejemplo, hacer tropezar a la víctima cuando pasa, pegarle o empujarlo; colocar pegamento en el banco, esconderle los útiles, romper sus pertenencias, reírse ante sus preguntas o participación en clase, entre otros”.
En el último tiempo, en la Argentina los casos de bullying pasaron de 6.200 antes de la pandemia a 12.300 casos, entre noviembre de 2020 y 2021 y según la última encuesta de la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras, realizada en colegios primarios y secundarios públicos y privados y publicada a fines de 2021.
En este sentido, Fuster señaló algunos indicadores que pueden manifestar las víctimas de bullying:
- No quiere ir al colegio o se empieza a sentir mal antes de ir
- Vuelve del colegio con hambre (porque le sacaron la comida)
- Vuelve del colegio con golpes o cosas rotas
- Empieza a perder la concentración en el colegio, baja sus calificaciones
- Empieza a estar desganado, pierde interés por actividades de las que antes disfrutaba
- Se muestra más angustiado, sensible o enojado
- Se aísla
- Evidencia alteraciones en el sueño o la alimentación
- Tiene pesadillas
Es importante remarcar que para poder detectar el bullying es fundamental que haya comunicación afectiva y efectiva con una escucha respetuosa y empática.