Hoy, 25 de mayo, se cumplen 160 años del fallecimiento de Juana Azurduy, una de las guerreras revolucionarias que se alzó en armas con fervor y convicción libertaria contra el colonialismo.
Juana Azurduy nació el 12 de julio de 1780 en Chuquisaca, Bolivia. Fue hija de Eulalia Bermúdez y de Matías Azurduy, quienes la criaron con una libertad que no era característica para las niñas de aquella época. Creció realizando tareas rurales junto a su padre, donde tomó contacto con los pobladores originarios que eran peones y labriegos, y con ellos aprendió a hablar el quechua y el aymara.
En 1809, con 22 años y junto con su marido, Manuel Ascencio Padilla, se sumó a la lucha revolucionaria cuando se produjeron los levantamientos independentistas de Chuquisaca, La Paz y Cochabamba. Ambos organizaron el escuadrón “Los leales” y se incorporó al Ejército del Norte, liderado en ese momento por Manuel Belgrano, quien le entregó su sable a Juana como símbolo de reconocimiento y admiración.
En 1816 obtuvo el rango de teniente coronel de las milicias criollas que peleaban en el Alto Perú, la región defendida con más decisión por los realistas que habían levantado con sus fuerzas una barrera infranqueable para los independentistas.
Vinieron luego los años en que Juana peleó junto a la guerrilla de Güemes, el hombre que defendió la región de Salta y Jujuy y enfrentó con escasos recursos a los españoles, impidiendo su avance, hasta que lo mataron en 1821 y sus fuerzas quedaron dispersas y vencidas.
Es en ese momento cuando esta revolucionaria, que supo poner a la mujer en la primera fila del combate, se quedó sin rumbo, sin recursos y sin reconocimiento, aunque Simón Bolivar habría dicho en 1825, durante su visita a Bolivia, que ese país debería llamarse “Padilla o Azurduy, porque son ellos los que lo hicieron libre”.
El 25 de mayo de 1862, Juana Azurduy de Padilla falleció en Sucre a los 81 años. Fue enterrada en una fosa común y cien años después sus restos fueron exhumados y depositados en un mausoleo que se construyó en su homenaje en la ciudad de Sucre.