Los incendios en la provincia de Río Negro están dejando una huella imborrable en la comunidad y el medio ambiente.
El gobernador Alberto Weretilneck destacó la valentía y dedicación de quienes enfrentaron las llamas, subrayando que "el daño no fue mayor a lo que es, porque hubo un enorme trabajo, un gran sacrificio".
Reconocimiento
Weretilneck remarcó el papel del Servicio Provincial de Lucha contra Incendios Forestales (SPLIF), una institución con más de 35 años de trayectoria, describiendo su desempeño como "admirable". Además, agradeció al Servicio Nacional de Manejo del Fuego, al Ministerio de Defensa, y la colaboración del Ejército Argentino.
El gobernador también reconoció la labor de las más de 19 asociaciones de Bomberos Voluntarios.
Impacto ambiental y humano
El incendio de El Bolsón tiene consecuencias devastadoras. Se cobró una víctima fatal: Don Reyes, un antiguo poblador de Mallín Ahogado. Además, más de 600 personas fueron afectadas directamente, con al menos 140 casos de pérdidas totales.
El Área Natural Protegida Río Azul-Lago Escondido (ANPRALE), reconocida como reserva de la UNESCO, sufrió la pérdida de aproximadamente el 40% de su superficie. Árboles centenarios, como coihues de 600 años y lengas de 300, fueron consumidos por las llamas, afectando uno de los ecosistemas más valiosos de la región y del país.
A pesar de la magnitud del desastre, se logró evacuar más de 1000 turistas en menos de 48 horas, sin registrar heridos.
La infraestructura eléctrica también resultó gravemente dañada, con costos estimados entre 2.200 y 2.500 millones de pesos para reconstruir 8 kilómetros de red de media tensión, 4 kilómetros de baja tensión, 30 transformadores y 120 postes.
Solidaridad de la comunidad
Hasta el día de hoy se observan vehículos, desde camionetas hasta pequeñas motos, transportando agua y suministros para combatir el fuego.
O.P