En un conmovedor anuncio realizado este domingo, la Diócesis de Neuquén informó con profundo pesar el fallecimiento del padre Carlos Alberto Calzado, a la edad de 76 años. Este destacado sacerdote será recordado por su incansable labor pastoral que ha dejado una impronta indeleble en la comunidad de la Catedral María Auxiliadora, donde sirvió con devoción por décadas. La noticia resonó con fuerza entre los fieles que consideran su partida como una profunda pérdida para la comunidad, en tanto que un acto conmovedor no fue pasado por alto: su mascota lo acompañó en el velorio.
Durante su trayectoria, el padre Calzado fue un faro de orientación y calidez para aquellos que buscaron su consejo y apoyo espiritual. "Accedemos humildemente a la voluntad divina, agradecidos por su notable vida y la dedicación pastoral que siempre desplegó con amor hacia la Iglesia y su incansable entrega a la evangelización", señala el comunicado del Obispado de Neuquén compartido en nombre del obispo Fernando Martín Croxatto y otros miembros del clero y de laicos comprometidos que conforman la diócesis.
El reconocido sacerdote fue una figura cercana y cálida para con todos los fieles, lo cual hizo que su partida dejara un vacío emocional difícil de llenar. Desde la diócesis, se elevaron oraciones en su nombre añorando que el padre Carlos encontrara la paz eterna en la presencia del Padre y que además, otorgara fortaleza a su familia y comunidad cercana que siempre lo apoyó a lo largo de su vida ministerial. Un emotivo momento durante las ceremonias de despedida fue protagonizado por su fiel compañero felino, Pascual, quien en un acto simbólico y lleno de sentimiento estuvo presente junto al féretro de su dueño.
Se espera que el legado del padre Carlos Alberto inspire a cada miembro de la comunidad eclesial con su ejemplo de humildad, servicio y bienvenida. "Que su espíritu de entrega silenciosa dé fruto en vocaciones renovadas y en un reconfortante apoyo espiritual para nuestros hermanos", expresó el comunicado. El padre Calzado dejó una marcada guía con su vida, que seguirá vigente en cada corazón tocado por su ejemplo al servicio del Señor.
Se recuerda con cariño a Carlos Alberto Calzado, quien nació el 14 de junio de 1949 y cuya jornada pastoral comenzó oficialmente el 13 de noviembre de 1976, momento desde el cual formó parte activa del presbiterio diocesano. Su rol fue crucial desde los inicios de la Diócesis de Neuquén, aportando no solo como un guía espiritual sino también como un confidente y pilar inquebrantable para la comunidad católica neuquina.