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Sepia: La historia de la sede Esquel de la UNPSJB

Te contamos sobre la importancia y la cronología del nacimiento de la Universidad, sus personajes y los sucesos que la atravesaron.

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En plena cuarentena por la pandemia, retomamos algunas historias de la ciudad, en el ciclo de Sepia, la historia de Esquel, junto al profesor Jorge Oriola.

 

En esta ocasión, el tema es uno de gran importancia para nuestra comunidad: la sede local de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Te contamos la historia, la importancia y la cronología de la universidad para la provincia y la región, pero, en particular, para Esquel.

 

Generalmente, se dice que las ciudades o comunidades adquieren relevancia cultural y educativa cuando, en ellas, funciona la educación superior, es decir, una universidad, sea privada o sea estatal. En nuestro país, la universidad data de la época de la colonia, con la Universidad de Córdoba, fundada por jesuitas. En 1821, a instancias de Rivadavia, se crea la Universidad de Buenos Aires.

 

Otro de los hitos importantes de la universidad en la argentina es de 1918, cuando se produjo la Reforma Universitaria. Esta fue una especie de “rebelión” de universitarios, junto con trabajadores, para lograr que la universidad se democratizara, que sirviera a los intereses comunitarios y que, en sus reglas internas, hubiera más libre acceso y ascenso en las distintas jerarquías, en lugar de ser una universidad cerrada, para la élite gobernante. En la década del 40, con el primer gobierno peronista, se eliminaron los aranceles y la universidad pasó a ser gratuita: a partir del siglo XX, se crearon numerosas universidades, inclusive privadas, y, en los últimos tiempos del siglo XXI, se crearon más universidades en las zonas más densamente pobladas.

 

La Universidad Nacional de la Patagonia comenzó como una semilla, cuando las autoridades de Buenos Aires repararon en la posibilidad y la necesidad de crear una universidad que sirviera a los intereses, culturales y profesionales, de la región patagónica. En la cámara de senadores, en 1949, un primer proyecto, que creaba esta universidad con sede en Comodoro y subsedes en Trelew, Esquel y Ushuaia, no llegó a prosperar.

 

Durante mucho tiempo, solo quedó el anhelo. Mientras tanto, por su parte, la comunidad salesiana había fundado una universidad de la Patagonia, privada y con formación católica, con sede en Trelew. En 1972, durante la dictadura de Lanusse, en el proceso, se volvió a estudiar el proyecto de una universidad para la Patagonia, pero con sede en Chubut. Finalmente, Lanusse, poco antes de terminar su gobierno de facto, fue quien creó la Universidad Nacional de la Patagonia. Recién en mayo de 1974, en un país convulsionado, se realizó el acto oficial de inauguración.

 

Esta universidad, creada el 23 de abril, tuvo, entonces, su punto de partida. En 1981, durante otro gobierno militar, poco antes de la guerra de Malvinas, se decidió “recrear” esta universidad, asimilando la universidad salesiana. A partir de allí, nació esta nueva entidad que hoy tenemos, que pasó a llamarse Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.

 

Hoy en día, la universidad no tiene solamente, como objetivo, formar profesionales para trabajar en la docencia o en la docencia universitaria, sino que, además, el objetivo fundamental del mundo universitario es generar conocimientos nuevos. Esto se logra a través de la investigación y de los investigadores, con fondos propios de la institución.

 

En Esquel, la universidad estuvo mucho tiempo en edificios ajenos, fundamentalmente, en las instalaciones de la anteriormente llamada Escuela Normal. Comenzó ofreciendo las carreras de Ciencias Económicas, Ciencias Exactas y Naturales, y ciclo básico de Humanidades.

 

Tuvo, como todas las universidades de la época, los problemas arrastrados durante las distintas épocas, en particular, de la última dictadura cívico-militar, que significó el cierre total de las actividades.

 

También tuvo aspectos positivos, como la posibilidad de que egresaran, con su correspondiente título, las primeras profesoras con título universitario en Literatura, muchas de las cuales, de inmediato, comenzaron a trabajar en las escuelas secundarias de nuestra ciudad.

 

Con la restauración democrática, el gobierno de Alfonsín decidió realizar mejoras en toda la educación del país y, en el ámbito de las universidades, dispuso la presencia de “delegados normalizadores”, para mejorar el servicio y ponerlo a la altura de los tiempos. La UNP tuvo como rector, o normalizador, a una persona que resultó ser muy querida, antes y después de la democracia en Esquel: el ingeniero Aldo López Guidi.

 

Cuando se crearon la presa y el complejo Futaleufú, junto al embalse, frente a la pérdida irreparable de miles de especies vegetales y de bosque nativo sumergido, el ingeniero, en plena dictadura, se quejó públicamente de que Argentina y nuestra zona tenían el triste ejemplo de contar con el bosque sumergido, quizá, más grande del planeta. Este ingeniero fue el mismo que creó la Carrera de ingeniero forestal.

 

Muchas carreras, facultades y escuelas permitieron que, en nuestra zona, se desarrollen muchos profesionales. En los últimos tiempos, se abrió, nuevamente, a través de algunas carreras, una parte de la Facultad de Humanidades.

 

Con una gran cantidad de estudiantes de Esquel y toda la comarca, la universidad ofrece muchas posibilidades. También cuenta con una gran biblioteca y, en su edificio propio, un albergue para estudiantes.

 

La universidad es importante para nuestra comunidad, para nuestros estudiantes que terminan la escuela secundaria, para numerosos profesores que pueden tener la experiencia de trabajar en el ámbito universitario y por los investigadores que ayudan a los intereses de los distintos sectores. Es importante saber que la universidad está ahí y nos sirve, y la tenemos que aprovechar.

 

No te pierdas esta nueva edición de Sepia, la historia de Esquel.

 

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