- Por Lelia Castro -
Médico muy querido en la ciudad de Esquel, el 20 de junio, Carlos Raúl Cavallo cumplirá 93 años. Nació en Villa María, Córdoba, pero hace muchos años decidió que Esquel era su lugar en el mundo. Aún hoy podemos encontrarlo con su sonrisa característica en el consultorio llevando calma a sus pacientes.
“Tuvimos la posibilidad con mi señora de vivir con una familia hermosa”.
Padre de 3 mujeres y 1 varón, hoy también es un querido abuelo. Su familia, desperdigada por el mundo, ha logrado triunfar en muchos ámbitos y el Doctor Cavallo lo cuenta orgulloso.
“Vine para trabajar en el Hospital y terminé haciéndome cargo de la parte infecciosa”.
De su juventud, Carlos recuerda especialmente a su madre, una maestra que gracias a su esfuerzo llegó a convertirse en directora de una institución. Su padre, por otro lado, era contador, carrera que ni él ni sus hermanos decidieron seguir. En cambio, su familia se caracteriza por priorizar la medicina.
“Hacíamos cirugía experimental y ganamos un concurso de toda Latinoamérica en cirugía de trasplantes”.
Sus primeros años como profesional de la medicina transcurrieron en Córdoba, sin embargo, en un momento dado le surgió la posibilidad de venir al sur y sus impecables antecedentes le aseguraron un lugar. La primera posibilidad era quedarse a trabajar en Rawson, pero Carlos quería venir a Esquel, aún sin siquiera saber con qué se iba a encontrar.
“La verdad es que no me arrepiento”.
Todavía hoy, el Doctor Cavallo considera que tomó una buena decisión. En Esquel sus hijos se criaron y, según sus palabras, tuvieron “una juventud hermosa”. En verano, nuestra ciudad les proporcionaba lugares para pescar y nadar, mientras que en invierno disfrutaban de esquiar en la montaña.
“Siempre me he sentido bien, y a esta altura todavía sigo trabajando porque realmente me gusta Esquel y haber podido trabajar acá”.
El Doctor Cavallo trabajó muchos años en el servicio de enfermedades infecciosas, y triunfó tanto en su especialidad que incluso fue invitado a formar parte de equipos alrededor del mundo. Sin embargo, él se enamoró de las montañas y nunca quiso irse de Esquel. Junto a su esposa se convirtieron en dos reconocidas figuras de la medicina en nuestra ciudad.
“Cuando vinimos justo hubo un censo y tenía 13.000 habitantes Esquel”.
De sus primeros años en Esquel recuerda un censo que arrojó como dato anecdótico una población de 13.000 habitantes. Además, comenta que todavía había muy pocas calles pavimentadas. Carlos Cavallo no sólo es un gran profesional, sino también un agradecido con la ciudad y su gente que le permitió progresar.
“No nos podemos quejar, todo ha salido muy bien”.
El amor que el Doctor Cavallo le profesa a la ciudad, le es correspondido por todos los esquelenses que ven en él una figura de confianza después de tanto tiempo. Hoy, en el Día del Padre, elige reflexionar acerca de este rol: “Ser padre es lo más hermoso que puede ocurrir”. Además, nos remarca la importancia de una buena crianza para ver con orgullo a los hijos progresar.
“A todos mis pacientes les deseo felicidades y suerte con sus hijos, que ande todo bien”.
Agradecemos y felicitamos al Doctor Carlos Cavallo por su excepcional trayectoria, y le deseamos a él y a todos los padres lectores que pasen un hermoso día junto a sus seres queridos.