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16 de Mayo de 2021
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"Hotel Bar Argentino", más de cien años de historia

La historia de este lugar emblemático data desde el año 1912. Durante décadas el hotel recibía a cientos de visitantes de otras ciudades y gente de Esquel, cambiando de dueños a medida que pasó el tiempo. Hoy en día es un Bar que cuenta con mesas de pool, pista de baile, barra, patio y muchas cosas más, verdaderamente un lugar intacto en el tiempo.

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Por Donato del Blanco

 

 

En Esquel hay lugares que entrás e inmediatamente podés notar la historia y la antigüedad del interior, como si fuera una máquina que está intacta en el tiempo. Uno de esos lugares que genera ese sentimiento, es el "Hotel Bar Argentino", que aún hasta el día de hoy cuenta con cientos de elementos antiguos.

 

Corría el año 1912. El Dr. Hugo Roggero instala el “Hotel 16 de octubre”.

 

 

 

Reuniones y actos de todo tipo se realizaban en ese entonces, más que nada en fechas patrias. Era un lugar donde se juntaba todo el ámbito político, discutían sobre temas sociales que ocurrían, del campo, la cosecha, el transporte... Cuestiones que eran de suma preocupación para ese entonces.

 


Años más tarde el hotel es comprado por Don Vicente Ayestarán, el cual se lo vende a Manuel Lostra. Siempre la aclaración del momento era que el lugar contaba con la "comodidad para caballos", algo importante en esos tiempos ya que era el medio de transporte típico, con los famosos "sulky".

 

 

En las próximas décadas, será atendido y manejado por Juan Ayestarán y Felipe Arratibel. 

 

 

Una de las publicidades de la época, era la siguiente:

 

 

- Hotel 16 de Octubre de Felipe Arratibel -

 

 

“Grandes comodidades para familias y pasajeros. Piezas de baño, agua caliente y fría; Grandes galpones para automóviles y carruajes”

 

 

Calle 25 de Mayo- Esquel.

 

 

Un largo tiempo estuvo cerrado, pero luego abrió sus puertas con Don Manuel Echeverría.

 

 

 


Este último falleció, por lo cual es comprado por Don Lorenzo de La Vega, quien se encargó de edificar y modernizar las instalaciones, definiendo el nombre de “Hotel Argentino”.

 

 

 

Lorenzo de la Vega y Pilar Iriarte, encargados del hotel.

 

 

Para esos tiempos, existían distintos hoteles, como el Vascongada, Europa, Zacarías, Esquel Palace Hotel. La mayoría de los visitantes, eran de Comodoro Rivadavia, turistas históricos de la ciudad que vienen a disfrutar del paisaje desde hace mucho tiempo.

 

 

 

"Hotel Zacarias", muy conocido en ese entonces.

 

 

Charlando con Luis Ripa, me transmitió las vivencias que pasaban en ese entonces. Su familia tenía una excelente relación con los De la Vega.

 

 

¿Qué recordás de la historia?

 

 

"El hotel fue comprado por Don Lorenzo de La Vega, en el año 1935, después de un remate que se realizó en Esquel"

 

 

 

Tuvieron una época buena porque les sirvió para reforzar el hotel. El alma del lugar era Doña Pilar, la esposa de Lorenzo.

 

 

"Era una vasca trabajadora, muy buena persona. Conocí el hotel de grande, daban de comer y tenía habitaciones nuevas, que integraban la parte “antigua”. Estaba reformado completamente"

 

 

 

 

Recuerdo que muchas veces íbamos a comer con mi mamá y mi papá, era tradición ir al restaurante.

 


Anécdotas

 

 

Una vez una familia de Esquel fue a cenar en el hotel a las 11 de la noche.

 

 

Cuando abrieron la puerta, comentaron que querían cenar pollo....

 

 

A pesar del horario y de que ya habían cocinado otras cosas, Doña Pilar se encargó de hacerlo, nunca decía que "no". El lugar tenía un gallinero que quedaba justo atrás.

 

 

“Atendía el hotel ,criaba a los hijos, era muy trabajadora”

 

 

También recuerdo cuando llegaban los grupos de turistas, a Pilar siempre le gustaba ser una excelente anfitriona y dejar bien ubicado al hotel... Un día preparó una "raviolada" para que disfruten todos los turistas que iban a llegar ese día.

 

 

¡Justo ese día no llegó nadie. Sólo una persona y no comía ravioles!

 

 

Terminaron disfrutando de la comida toda la familia.

 


Clientes

 


El Hotel tenía muchos clientes; tanto para alojarse como para comer y era un lugar en el que se hacían fiestas. Por ejemplo si algún Club necesitaba un lugar de reunión o de fiesta, se usaba el Hotel Argentino. El nieto de Pilar, Bill Gough, me explicó que su abuela , cuando llegaba una pareja, le pedía la libreta de matrimonio.

 

 

Era uno de los requisitos, si no estaban casados, no los alojaba. 

 

 

"Era otra época, muy distinta"

 

 

 

El hotel contaba con algunas habitaciones, el baño tenía duchas con agua caliente, muy importante para aquel momento. Los pisos de arriba eran de madera.

 

 

 

"El ruido de caminar por el piso de madera, se puede sentir en la cabeza hasta el día de hoy"

 

 

Los de La Vega era una familia muy nombrada en el Esquel de aquellos años, particularmente su casa era una de las más "renombradas" en diarios y registros históricos.

 

 

 

 

Lorenzo falleció en el año 1957, casi a los 60 años. Pilar falleció a los 84 años, ya habían vendido el hotel. 

 

 

Una de las trabajadoras del lugar era Mirna Lavados. Ella trabajaba como mucama del hotel, en esa época se trabajaba mucho porque venían viajantes de otras localidades. En la parte del salón grande, se daban solamente desayunos, todavía no habían restaurantes. 

 

 

"Todo se hacía en el hotel: había una lavandería, con lavarropas industriales grandes, también un secarropas inmenso donde se secaba la ropa"

 

 

A su vez también contaban con planchadoras y mozas por la mañana. Se pagaba la noche con el desayuno incluido.

 

 

"Las medialunas que traían eran de Quique, un señor muy conocido que hacía las mejores facturas"

 

 

Luis Ripa también me explicó que años después, tenían una amiga de la familia que ya se había jubilado pero quería seguir trabajando.  Para ese entonces los dueños del Argentino le ofrecieron la conserjería del hotel. Desde ese momento, esa amiga, le dio al lugar un ambiente distinto, con su propia impronta. La mujer se llamaba Elda Hintermeister y su esposo era Marcelo Duflós, juntos formaron un excelente equipo.

 

 

 

Elda en el año 1990.

 

 

Decidí comunicarme con Damián Duflós y Eddie Wester, sus nietos, para saber un poco más lo vivido en aquel entonces...

 

 

Eddie me transmitió que recuerda pasar fines de semana el el Hotel, y veía a su abuela Elda sumamente trabajadora. 

 

 

 

Año 1964 - Elda sosteniendo a Eddie.

 

 

 

"Con mi mamá, llegamos del campo a vivir en Esquel en el año 1969. Veníamos de ahí y parábamos en el Hotel"

 

 

El hotel, con más nivel

 

 

Después de algunas transformaciones, detalles y retoques, el lugar contaba con otro estilo.

 

Recibían viajantes de varias partes del país, pero la mejor época fue cuando se construyó la "Represa Futaleufú", siendo un lugar típico para alojarse. Muy cerca estaba el "Hotel Huemul", en la esquina del Argentino, el cual concentraba mucha gente.

 

 

 

Eddie también tiene pantallazos en su memoria del patio que estaba al lado, era "su lugar de juego".

 

 

 

Elda acompañó a su esposo Marcelo, que se desempeñaba como docente. Se ocupaba de los chicos, les cocinaba, y cortaba el pelo...  Si bien no era maestra, "tenía vocación". Realmente hacían un muy buen equipo.

 

Iban a distintas localidades a ayudar y aportar su solidaridad.

 

 

 

Damián Duflós era solo un bebé cuando lo llevaban al hotel, pero su mamá le comentó anécdotas muy importantes para su familia que sucedieron en ese lugar:

 

En el año 1974 su madre se casa dentro del hotel, bajo un momento de celebración. Un año después nació Damián y pasaba varios momentos junto a su abuela Elda.

 

 

"Cuando yo nací. Mi mamá estuvo unos cuantos días en el Hotel Argentino; desde que nací Elda me llevaba ahí, era el nene mimado"

 

 

Elda fue administradora del hotel, mientras lo tenía Pilar Iriarte. Lorenzo de la Vega ya había fallecido.

 

 

 

"Fue la época del auge económico de la represa"

 

 

 

Hasta el día de hoy Damián tiene una cicatriz en su mano, la cual me explicó que se la hizo por una estufa octogonal usando el andador dentro del hotel.

 

 

Indudablemente para ese entonces el "Argentino" ya contaba con cientos de anécdotas, historias y diferentes dueños.

 

 

El comedor del Hotel, que después se transformó en Bar, lo tenía la familia Ferretti. Para ello me comunique con "Tito", que me comentó sus vivencias con sus padres y su hermana, los cuatro trabajadores del Restaurante:

 

 

"Estuvimos cinco años.  Desde el año 1968 hasta el 1973"

 

 

 

Alquilamos la parte de abajo, y sumamos una puerta adelante para que se pueda entrar directamente al restaurante desde la vereda, para así evitar pasar por el hotel.

 

 

 

Para ese entonces Elda era la gerente del hotel y tenía una amistad con toda la familia, era buena y trabajadora. 

 

 

"Era el restaurante más grande que había, 120 personas entraban"

 


Hacíamos casamientos y fiestas. Recuerdo que tuvimos dos o tres inauguraciones de empresas que hacían los caminos en la zona,  fiestas de la asociación italiana… de todo.

 

 

La cocinera era mi mamá,  Elda Carazzai de Ferreti, también contaba con ayudantes de cocina y lava copas. Para los eventos más grandes, contrataban a más gente.

 

 

“Trabajábamos con viajantes. Venían de Buenos Aires, Bahía Blanca, Neuquén… la mayoría paraba ahí. Se corría la bola de que eran comidas caseras y frescas"

 

 


El 70% de los viajantes llegaba el Hotel Argentino. Me quedaron muchos amigos de esa época.

 

 

Anécdotas

 

 

Teníamos un comensal que se llamaba José Alaiza y venía todo el año… Un señor que andaba mucho en los campos que se hizo muy amigo de mi papá y se encontraban en los boliches, además de jugar al truco. 

 

 

"Tanto José como muchos otros clientes fijos, comían directamente en la cocina del restaurante y se les cobraba muy poco por la confianza que tenían"

 

 

 

Otro día emblemático fue cuando se filmó El Profesor Patagónico en Esquel, recuerdo que hicieron la despedida de la ciudad en nuestro restaurante, vino todo el equipo.

 

 

Cierre

 

En esa época era el doble de trabajo que ahora; Había que hacer pollo para 120 personas, mi papá salía a comprar los pollos a las chacras desde el lado de Trevelin. Una vez que llegaba los carneábamos, los pelábamos y los limpiábamos… A mi mamá le pedían alguna pasta y también estaba con todo.  Era difícil conseguir elementos en esa época, muy distinto a lo de ahora. 

 

 

"Nos fuimos cansando; era salir a hacer las compras, correr por todos lados para conseguir lo que se necesitaba, en invierno se cortaban los caminos"

 

 

 

Rutina

 

Empezábamos a las ocho de la mañana.

 

Mi hermana estudiaba, iba temprano a preparar el desayuno a los clientes del hotel, después llegaba mi papá e iba a hacer las compras, llegaba yo y me ponía a limpiar además de preparar las mesas y mi mamá cocinaba…

 

Día a día. En los eventos  arrancábamos y terminábamos a las cuatro de la mañana.

 

 

"Llegó un momento en que vimos que no había descanso. Era impresionante la cantidad de gente que venía por mes, ¡abríamos hasta los feriados!"

 

 

Éramos los cuatro, un equipo. Pese a todo eso, pasamos muchos momentos lindos y nos llevamos amistades hasta el día de hoy.

 

 

Después de que el restaurante sea manejado por la familia Ferretti, lo compró Cacho Poblete, en febrero de 1972. Estuvo dos años, hasta fines del año 1974.

 

Hablando con su hijo, Diego Poblete, me transmitió para tomar dimensión del lugar, que era un punto de encuentro de varios personajes de aquel entonces que se juntaban a tomar el café. En el año 1973 llegó a Esquel, directo al Hotel Bar Argentino, el entonces presidente de las nación, Alejandro Agustín Lanusse, con su comitiva a almorzar.

 

Tiempo después, se hizo cargo del restaurante la familia Frers. Para entrar en contexto, pude hablar con una de las trabajadoras de ese momento, Iris Lavados, quien me habló sobre sus vivencias en el lugar.

 

"En ese tiempo la familia Frers tenía "Esquel Tour", de la mano de Graciela y Gustavo, don "Fito". 

 

"La pasábamos muy bien, mi compañera era Mabel Supervielle. De mozo estaba "Narciso". En ese entonces ya se daba almuerzo y cena, trabajábamos un montón.

 

 

 

"La moda del lugar, eran las pastas. La gente venía a montones"

 

 

Recuerdo que vino Verónica Castro, que en ese entonces ya era una artista muy conocida, llegó a probar las pastas de "Don Fito".

 

"El ambiente era muy lindo. Nos reíamos mucho porque con Mabel hacíamos chistes"

 

 

 

Narciso llevaba una bandeja con los tallarines, y a veces les quedaban colgando del plato. Recuerdo que le cortábamos los tallarines para que no queden así y puedan estar presentables. Con Mabel hacíamos el tuco y los tallarines, que parecían como "cabellos de ángel".

 

Éramos conocidos en el restaurante por los ravioles, sorrentinos, tallarines de todo tipo... Con esa pastalinda que se ve en la foto, hacíamos todo. Hasta las dos de la mañana preparábamos viandas para las excursiones que hacían los clientes del hotel al otro día.

 




Su compañera, Mabel Supervielle, también me transmitió sus vivencias por el lugar en donde trabajó durante tres años.

 

"Fue una época hermosa la del Hotel Argentino . Se hacían empanadas caseras, sorrentinos, canelones,  tallarines cortados a cuchillo, bife de chorizo , pollos rellenos con ensaladas mixtas. La entrada era sopa y era la más pedida por los clientes, como los asados con papas fritas...

 

 

"No te das una idea la cantidad de bolsas de papas que pelábamos"

 

 

¿El postre más pedido? : "El huevo frito", se hacía con ananá, durazno y crema, una maravilla.

 

Habían días que estábamos hasta las cuatro de la mañana. Se trabajaba mucho pero el compañerismo fue muy importante, ya que estábamos unidos y jamás nos peleamos.

 

 

"Risas, charlas y grandes momentos pasamos dentro del lugar"  

 

 

Después de que el hotel y restaurante sea manejado por diferentes dueños, el Bar lo compró Juan Seddon en el año 1991.

 

 

 

Un año después, en 1992, lo inauguraron. En un principio, abrieron una temporada el hotel, y tiempo después, el Bar.

 

 

 

Los adornos y elementos que se ven en el lugar actualmente, vienen de Buenos Aires ya que sus abuelos tenían una casa de antigüedades. Realzar y volver a equipar y refaccionar el lugar, llevó de mucho esfuerzo y dedicación.

 

 

 

Melisa Seddon, hija de Juan, me mostró fotos y comentó historias de lo que conllevó realizar el trabajo que da sus frutos hasta el día de hoy, en la foto se la puede ver cuando era muy chica. Su familia se encargaba de recordar al menos con un registro fotográfico, cómo era el lugar por dentro y posteriormente el proceso de cambio. De todas formas, la estructura y la mayoría de las cosas se mantienen intactas hasta el día de hoy.

 

 

 

 

 La pista de baile se abrió alrededor del año 2000, dejando atrás el hotel cinco años después, en el 2005. 

 

 

 

¿El pool? Emblema y característica del Argentino, desde antes y ahora.

 

 

 

Jerónimo Seddon, también hijo de Juan, es el encargado actual del Bar y me explicó que un principio, por los años 90, sus padres atendían en el hotel más que nada a mochileros. Tenían la información en turismo y enviaban a muchas personas; por la cercanía, era muy demandado.

 

 

Juan, también tiene el bar "Seddon", en Buenos Aires, otro lugar muy histórico que fue utilizado  para realizar películas de taquilla y es considerado como patrimonio histórico.

 

 

Familia fanática de las antigüedades

 

 

"Mi abuelo siempre fue fanático de las antigüedades, las renovaba, compraba, iba a remates...  Mi papá toda su vida tuvo la costumbre de ir a conteiners y ver qué puede encontrar, por eso también es el estilo de nuestro lugar, lleno de objetos de antaño o renovados"

 

 

Su madre, Adriana Lang, conoció a Juan Seddon en Buenos Aires. Después de un tiempo, vinieron juntos a Esquel y abrieron el Bar Argentino.

 

 

 

Personal 

 

 

Los trabajadores  también son los que ayudan a levantar y darle vida al local.

 

Cuando le pregunté a Jerónimo a quién tiene que destacar, me nombró a José y otros albañiles, quienes trabajaron con ellos desde hace muchísimo tiempo y les dieron una gran mano con los arreglos.

 

 

 

"Sin él, no sé que habríamos hecho"

 

 

Empezó como ayudante de albañil, y luego se quedó hasta el día de hoy. Siempre nos dio una mano, actualmente me ayudó a hacer el patio cervecero, construimos juntos algunas mesas, bancos, de todo.

 

 

"Mi papá era de la vieja escuela: trabajar muchas horas, hacer el mantenimiento, todo"

 

 

 

Tiempo después, comenzaron a tener mozas y mozos. 

 

 

"El estilo del bar es depende de quién esté a cargo, en un principio venía gente más grande, generalmente del círculo. En los 90, por ejemplo, venía gente desde los 40 en adelante, siempre fue variando"

 

 

 

Algunos objetos antiguos son traídos desde Buenos Aires y otros buscados por ellos en Esquel y la zona: remates, conteiners y ventas. Hay un ancla, botellas antiguas, luminaria, marcos, cuadros, de todo. 

 

 

 

Jerónimo recuerda toda su infancia en el bar, ya que con su familia vivieron un largo tiempo en el costado, la parte donde ahora se encuentran mesas de pool. Anteriormente era una habitación de hotel, y la hicieron su casa.

 

 

"Hacía mis cumpleaños de primaria, festejos, navidades"

 

 

Su idea es seguir con su propia impronta.

 

 

 

 

 

"Quiero que se mantenga antiguo, con este estilo, pero me gustaría que sea un lugar para venir a comer también, no solo que sea visto como un boliche. Queremos que se mantenga, nos parece muy importante ponerlo en valor"

 

 

 

Indudablemente el hotel "Bar Argentino" es uno de los lugares más antiguos de Esquel. Es un lugar al que todo turista quiere visitar y cuenta con restaurante, pool, música y también un patio nuevo, con ambientación musical por parte de DJS. Además, sumaron la parte de arriba, que intenta ser un lugar independiente y distinto del argentino. Se llama "El Barquito" y es un lugar donde tocan artistas, hay exposiciones, hubo ciclos de cine, talleres, ferias, pool. Es considerado como centro cultural-bar y ya empezó a funcionar hace dos años y medio.

 

 

 

Es importante poner en valor un lugar que tiene décadas de historia, y que funciona hasta el día de hoy.

 

 

Agradecimientos a Luis Ripa, Bill Gough, Eddie Wester, Iris Lavados, Tito Ferretti, Diego Poblete, Damián Duflós, Mabel Supervielle, la familia Frers, Melisa Seddon, Jerónimo Seddon  y al museo- archivo histórico de Esquel por las entrevistas, relatos, vivencias, e imágenes que pudieron darme y por la buena predisposición.

 

Fotografías del Bar en la actualidad: Gal Bujer.

 

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