RED43 destacados Luisa Jaramillo
13 de Julio de 2021
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Día de la Tejedora: Homenaje a Luisa Jaramillo

Luisa fue una artesana que dejó una huella indudable en la ciudad de Esquel, con numerosos trabajos gracias al trabajo de sus manos.

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Luisa Jaramillo se dedicó toda su vida al mundo de las artesanías, fue una artesana de excelencia y tuvimos la dicha de tenerla en Esquel.

 

 

Historia de vida

 

Ella nació en Cushamen y llegó a la ciudad para innovar con lo mejor que supo hacer: Tejer

 

 

Foto: Marcelo Cettón

 

 

Luisa supo hacer tejidos especiales con gran vocación. Gracias a esto, fue premiada varias veces, con diplomas y distinciones a lo largo de todo el país.

 

Gracias a su tía aprendió a realizar sus obras: A los 4 años comenzó a torcer hilo, hilar y telar. A lo largo de su vida hizo trabajos como fajas, ponchos, alfombras, matices.

 

Luisa comentó por el año 2013 a Páginas del Sur, los recuerdos de su infancia en Cushamen, en donde vivió en el campo con su tía, quien la recibió a los dos años y la crio. La zona en aquella época era muy distintas: no había tecnología, ni radio, teléfonos, nada. Su tía tejía e hilaba lana, y Luisa la ayudaba a sobar el cuero. 

 

 

"Era muy dificil la vida de antes. No había nada: sólo animales y lana de oveja para trabajarla"

 

 

 

Cuando se casó se fue a vivir al campo y a otros lugares, pero cuando tuvieron hijos pensaron en que era importante que vayan a la escuela para que aprendan a leer y escribir. Su marido llegó a Esquel y encontró un trabajo, mientras tanto Luisa estuvo sola un tiempo cuidando a los chicos. Llegó el día en que consiguieron alquilar una casa en Esquel y se juntó la familia. Para ese entonces la ciudad era chica y habían pocos comercios y muchos terrenos baldíos. 

 

En aquellas fechas y hasta su fallecimiento, siempre luchó para que la lengua mapuche se recupere.

 

 

 

La idea de dedicarse a la artesanía la llevaba desde sus raíces, porque su familia trabajó en eso. Se dedicaban a la artesanía hilando la lana de ovejas y chulengos.

 

"Mi tía siempre dijo que no debíamos dejar de trabajar porque la plata se tiene en la mano", recordó en aquel entonces.

 

 

 

A la vez, también dio clases en el área de cultura de Esquel y sus productos siempre estuvieron presentes en cada feria. La primera la realizó en la 25 de mayo para la fiesta del Esquí.

 

Además, trabajó con distintas casas comerciales.

 

Luisa nombró que hubo muchas veces en las que sufrió  y pasó tristezas, como cuando fallecieron dos de sus hijos. Pese a estas caídas, su trabajo la ayudaba a seguir adelante.

 

 

"Me han pasado muchas cosas tristes, pero cuando me siento al telar me olvido de todo, es como una terapia."

 

 

 

Indudablemente dejó una inolvidable huella en la cultura local, con sus inmensas obras que aún están presentes para recordarla.

 

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