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28 de Agosto de 2022
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Lelia Castro

Del Líbano a Esquel por amor: La historia de Souad Ghadban y Daud Mustafa Kerbage

Souad Ghadban llegó hace 65 años a Esquel en donde se casó y formó una familia que trabaja para sostener viva la cultura árabe en la ciudad. 

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Hace 65 años Souad Ghadban dejó su Líbano natal para radicarse en Argentina, de manera particular en Esquel donde se casó con Daud Mustafa Kerbage y apostaron a la construcción de una familia sosteniendo las raíces árabes. 

 

 

Hoy, Souad tiene 89 años; hija de chacareros libaneses, ama de casa, excelente madre y esposa y muy querible persona; nos relató la historia de amor que la trajo a la Patagonia y la hizo elegir a Esquel como su hogar, "antes no había más que cartas, yo estaba en el Líbano y mi suegro tenía un negocio en Tecka".

 

 

 

Cuando se enfermó "le escribió a mi novio para que lo busque porque no podía trabajar. Cuando vino vio que el padre tenía campo y decidió quedarse".

 

 

Por aquellos años, "me envió una carta invitándome a que venga a Argentina y me vine con unos tíos que regresaban a Argentina. Llegamos a Buenos Aires en el año 1957, allí estuve un mes porque tenía familia y luego vine a Esquel". 

 

 

"Luego nos casamos, fuimos a Bariloche, después a Tecka y allí estuvimos cerca de 20 años. Regresamos a Esquel y abrimos el Supermercado Splendit, cuando las cosas comenzaron a andar mal cerramos el negocio y volvimos a Tecka", recordó Souad.

 

 

 

La pareja tuvo dos hijos que criaron en Tecka por el trabajo comercial que tenían en la localidad, sin embargo, su hijo falleció y decidieron regresar a Esquel. Al poco tiempo su marido también murió en un accidente y "ahí se terminó la vida buena", expresa Souad. 

 

 

Actualmente Souad acompaña a su hija Adel Kerbage en las actividades de la Colectividad Árabe en Esquel "estoy acompañada de mi hija, mi yerno y mis nietos, asique estoy muy agradecida". 

 

 

 

 

 

 

 

El trabajo para sostener la cultura árabe

 

 

Por su parte, Adel Kerbage, la hija de Souad, recuerda que su papá tenía una de las casas más grandes de Ramos Generales en Tecka "y nos criamos allá hasta los seis años. Luego y por el trabajo de ellos, durante la época de clases estábamos en Esquel".

 

 

 

"De chiquitos mi mamá nos hacía juegos para que aprendamos a hablar en árabe y nos premiaba cuando lo hacíamos, por eso hablé de forma paralela al castellano". 

 

 

Por eso, Adel expresa que "es lindo tener este sentimiento tan arraigado en uno y compartirlo con la gente de la colectividad". 

 

 

 

Al ser consultada por su actividad laboral, Adel indicó que está jubilada como docente de música, "estudié piano 11 años hasta que me recibí de profesora, lo que me habilitó a ejercer la actividad escolar". 

 

 

Y afirma: "Me tocó pasar momentos críticos, tuve un accidente en el año 1987 y otro en 1993, fueron muy graves y estuve inhabilitada por mucho tiempo, por lo que no pude regresar a la escuela durante muchos años". 

 

 

 

Por esto, Adel aseguró que esto le hizo armar nuevos núcleos de trabajo "y me cambió un poco la vida. Fue una etapa muy complicada. Hoy la situación social es compleja, pero deseamos que las cosas vayan mejorando para que retomemos la vida con más tranquilidad". 

 

 

Desde lo institucional con la Asociación Sirio Libanesa, "estamos permanentemente en contacto con la comunidad compartiendo el espacio para que la gente se acerque".

 

 

 

Y aseveró que: "Tener a mi mamá a sus 89 años es lo mejor que le puede pasar a un hijo, es la que dirige la batuta. Compartimos el almuerzo y la cena siempre juntas".

 

 

 

Por último, Souad deja un mensaje a la juventud "quiero decir que sean trabajadores, que traten bien a su familia, que no fumen ni roben. Sean decentes, gente buena porque están pasando cosas que antes no sucedían y eso no me gusta, por eso, respeten a sus padres y no hagan cosas malas. Sean buena gente".

 

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