RED43 red43-canal Red43CanalEspeciales RED43
30 de Abril de 2023
red43-canal |

Un legado y una familia de fierro

La historia de la familia González-Loyd y su legado en el mundo de los repuestos y la mecánica es una muestra de la importancia de la cultura del trabajo y el esfuerzo en la vida de las personas. Todo comenzó con su bisabuelo y su taller.

Escuchar esta nota

-Por Lelia Castro-

 

En el marco del día del trabajador, hoy tenemos una charla muy especial con dos mujeres que le hacen honor al día: María Belén San Román y Marlene Lloyd, nieta y viuda de Manuel González, que nos cuentan un poco de su historia y el trabajo incansable en el taller y la casa de repuestos, así como su legado en el mundo automovilístico.

 

 

Desde su infancia, Manuel “El Negro” González se vio rodeado por la pasión por las motos y los autos que se respiraba en su familia. Su padre, Don Manuel, había fundado el negocio de repuestos “Don Manuel”, que posteriormente daría nombre al autódromo local. A lo largo de su vida, Manuel estuvo vinculado al automovilismo en múltiples roles: como corredor, comisario deportivo y miembro de la AVOCh (Asociación de Volantes del Oeste del Chubut).

 

 

A pesar de su fuerte carácter, Manuel era reconocido por su gran corazón y su vocación de colaborar con el deporte que tanto amaba. Hasta su último momento, estuvo involucrado en el mundo del automovilismo. Su esposa, familia y amigos lamentan su pérdida, pero saben que su legado en la historia de la ciudad es imborrable.

 

“Don Manuel era muy querido, su padre también. Él estaba mucho en deportes, de joven corría en moto, trabajaba en el AVOCh, en las carreras, era comisario de carreras. Era muy querido”

 

 

Su nieta María Belén, nos cuenta que esta historia comenzó con su bisabuelo, quien tenía un taller mecánico y una casa de repuestos en la Avenida Fontana hace años. Recuerda ir a visitarlo al local y estar un rato juntos, todos los nietos y sobrinos detrás de Manuel para todos lados, una tradición que se sigue manteniendo hasta el día de hoy, donde ahora son los hijos de María Belén quienes van a visitarlas a ellas al trabajo.

 

“Siempre, todos los nietos y los sobrinos siempre fuimos parte, toda la familia siempre fuimos parte de la casa de repuestos. Mis primos, mis hijos el día de hoy, todos somos parte, porque todos venimos a tomar un mate con la abuela o a visitarlos, siempre estamos. Siempre veníamos y estábamos, pero nunca le dí interés a las cosas, porque veníamos a estar con los abuelos más que nada”.

 

A su sucesión, el negocio se vendió y el abuelo, Manuel González, abrió la Casa de Repuestos ‘Don Manuel’, la cual siempre estuvo ligada al automovilismo y los fierros. Con el tiempo, compraron una esquina en Sarmiento y Ameghino y abrieron allí su taller mecánico hace aproximadamente 28 años.

 

“Nosotros cuando éramos chicos siempre veníamos de la escuela, siempre estaban los dos abuelos y nos íbamos a comer con ellos, siempre los dos juntos, apostando por esto, por el negocio, por su proyecto. Esto también viene de mi bisabuelo, una familia que ya viene de larga data”.

 

 

Cuando el abuelo se enfermó de Parkinson, su nieta, Belén, decidió dejar su trabajo y ayudarlo en el negocio familiar. Al principio, ella no sabía nada sobre repuestos, pero su abuelo le enseñó todo lo que necesitaba saber. Con el tiempo, ella aprendió a reconocer cada repuesto y a llevar adelante el negocio. El último tiempo, el abuelo seguía yendo, pero le costaba caminar, entonces la iba guiando.

 

“Yo trabajaba en otra cosa, de repuestos nada, más que ponerle el aceite a mi auto y darle el agua, cambiar la cubierta, más que eso no sabía. Yo trabajaba de otra cosa y llega un momento que mi abuelo se enferma de Parkinson, con el tiempo fue avanzando su enfermedad y ya le costaba caminar, tenía mucho temblequeo en las manos y esas cosas, entonces decidí venir a trabajar con él, ayudarlo”.

 

 

Cuenta que cuando era chica ya ayudaba a su abuelo haciéndole de cadete o yendo al banco. Luego, de más grande, decidió ayudarlo y fue ahí cuando le empezó a enseñar cosas relacionadas al mundo de los repuestos de autos, con los libros ya que en ese momento no existía Internet, entonces le fue enseñando lo que es un retén, una junta, una homocinética y todo lo que pudiese de este extenso rubro.

 

“Él me fue enseñando, yo fui viendo los libros, iba poniendo en la estantería y ponía un cartelito que iba ‘juntas’, en el otro ponía ‘retenes’, en la otra ‘bomba de agua’, ‘bujes’, yo le iba poniendo todo cartelitos. Él atendía y yo iba siempre atrás y miraba qué repuesto era y esas cosas, así fui aprendiendo”.

 

 

Comenta que muchas veces es subestimada por el hecho de ser mujer, que muchos clientes piensan que no sabe nada, por ser un trabajo que siempre estuvo ligado a los hombres, “y a veces a más de uno le he tapado la boca, porque piensa que no sé nada y sí sé, por eso estoy acá”. Sin embargo, ella se preocupa cada día por aprender, instruirse y saber un poquito más. Antes con su abuelo y los libros, hoy en día con ayuda de la tecnología, la curiosidad e ir preguntando a proveedores y mecánicos.

 

“Me pasa que por ser yo mujer, piensan que no sé. A veces sé un poquito más de los que vienen y a veces no sé, pero aprendo de los que vienen. Hay miles de anécdotas, a veces vienen y te dicen: quiero una homocinética para un gol de tres puertas, rojo. Y yo me digo ¡ah, bueno! ¿y qué motor tiene su auto? ¿qué año es? O una junta o un rulemán, vienen y te dicen un auto rojo, y a mi me da risa porque con eso yo no hago nada, necesito más información”.

 

 

La abuela, Marlene Loyd, también cumplió un rol importante en la empresa, ya que se encargaba de la parte contable y administrativa. Su esposo, Manuel, siempre se dedicó al taller y a la venta de repuestos. Juntos, trabajaron duro para mantener la empresa y la familia a flote.

 

“58 años de casados. Yo trabajé muchos años en el banco y después de años de trabajar, con tres hijas mujeres y con mi marido almorzaban solos y llegó un momento que se cansaron de estar solos y dejé el banco. Porque el Banco Central cerró el Manhattan Bank, quisieron que entrara al Banco Provincia, pero mi familia decidió que no, que siguiera en la casa con ellos. Después comencé a ayudarlo a él, porque tenía taller mecánico y casa de repuestos, el tiempo libre yo iba y le ayudaba en la parte contable”.

 

 

La familia González-Loyd ha demostrado que el trabajo en equipo y el esfuerzo son fundamentales para lograr el éxito. Hoy en día, Marlene a sus 86 años, sigue llevando adelante la parte contable del negocio. Siempre mantuvieron una hermosa relación tanto en el trabajo como en la casa con sus hijas, disfrutando cada momento que pasaban juntos y compartían.

 

“Se extraña un montón, por supuesto. Es muy feo llegar a casa y estar sola, aunque tengo a mi nieto que me hace compañía, pero no es lo mismo. Llegar a la casa y estar sola, hay que acostumbrarse, pero no es fácil. 58 años de casados, toda una vida juntos, sin problemas de nada”.

 

 

María Belén siente un amor incondicional por sus abuelos, con profunda emoción y al borde de las lágrimas, los define como sus papás, son todo para ella. Siente que le tocó seguir con el legado familiar y continuar con su negocio, pero recalca y aconseja a los jóvenes que estudien para ser algo en la vida, que hay muchas chances, muchas puertas que se abren, insiste en que no pierdan la oportunidad de estudiar.

 

“Que todos los chicos estudien, cualquier carrera, pero que estudien, yo no tuve la posibilidad esa. A los adolescentes que estudien, de lo que sea, porque hoy sino no sos nada y que le hagan caso a los más grandes. Si un grande les dice un consejo es para su bien, que los escuchen”.

 

La familia González-Loyd es una muestra de la cultura del trabajo y el esfuerzo que se vive en Esquel y en el autódromo, donde la pasión por los autos y la mecánica son una parte importante de la vida de las personas. Su legado continuará inspirando a generaciones futuras y demostrando que con trabajo y dedicación, se pueden alcanzar grandes logros.

 

Marlene recalca y repite el eterno agradecimiento a toda la gente que los apoya y está a su lado en todo momento, a quienes recuerdan con mucho cariño a toda su familia, sobre todo a su marido, a quien recuerdan con mucho afecto y miles de anécdotas. Ambas les desean un muy feliz día del trabajador a todos “desde el recolector de basura, el señor que nos viene a barrer la esquina, a los colegas, a toda la gente, feliz día del trabajador. Y gracias a toda la gente que viene al negocio y que apuesta por nosotros, y a Red43 por habernos visitado en este día”.

 

¿QUÉ TE PARECIÓ LA NOTA?
Ocurrió un error