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06 de Mayo de 2023
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Daniel González, la historia un héroe sobreviviente al terror del hundimiento del Ara Gral. Belgrano

El veterano de guerra cuenta detalles de aquel ataque por parte del Conqueror y cómo logró salvarse. Además, considera que hay que hacer un fuerte hincapié para que los jóvenes conozcan la real historia de Malvinas.

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Por Karim Chelbi Camba

 

Daniel González nació en Luján, provincia de Buenos Aires, pero hace unos 14 años que vive en Esquel. El pasado 2 de mayo fue partícipe de la conmemoración por el aniversario del hundimiento del ARA General Belgrano.

 

En este especial de Red43, Daniel comenta cómo vive esta fecha y qué sucedió aquel día en el que tuvo que tirarse al agua y ser rescatado después de dos noches por el Piedrabuena.

 

Además, remarcó el contexto actual geopolítico y considera que la recuperación de Malvinas podría estar muy acerca. Asimismo, comentó que intentarán presentarle al ministerio de Educación una idea para que los jóvenes puedan aprender la historia real de la gesta.

 

 

 

¿Qué significa para vos el 2 de mayo?

 

Bueno, ante todo gracias por la invitación. Siempre es bueno tener un espacio para poder difundir un poco lo que fue la historia de Malvinas y todas las cuestiones que giran alrededor de Malvinas. En cuanto a eso, todos los 2 de mayo que han pasado nunca son fáciles para mí­. Son esos días como el de un cumpleaños que uno se levanta y dice "hoy es mi cumpleaños". Bueno, esto pasa al revés. Es como que pesa esa fecha, por los recuerdos, por la angustia que genera. Para mí no es un día muy lindo, ni agradable. Es un día que cuesta, pero es parte de lo nuestro.

 


Y ese acto al cual haces referencia, es parte de lo que hay que hacer, aún no estando del mejor ánimo del mundo. Hay que hacer precisamente lo que te decía. Creo que es importante el tema de difundir la cuestión Malvinas para que nuestros jóvenes, fundamentalmente, que fueron los que no vivieron en esa época tengan información y puedan entender un poco mejor el asunto.

 

¿Cómo tomás el reconocimiento y agradecimiento de los vecinos?

Es una caricia al alma. Yo durante muchísimos años no hablé del tema Malvinas. Era un tema sobre el cual no me gustaba conversar. A lo sumo, me preguntaban, decía "si, si, estuve" y y hasta ahí. Y terminaba toda la conversación. Cuando llegué a Esquel hace unos 14 años, la casualidad dio que tomara contacto con el Centro de Veteranos de Esquel. Fue un poco incorporarse al grupo, empezar a conversar con uno, conversar con otro y eso empezó a hacer un cambio que tarda un tiempito, pero hubo un cambio en el cual poder hablar. Siempre hablar de la guerra con otro veterano es mucho más fácil, porque el otro veterano entiende cosas que no hace falta explicarle. Las entiende, entonces comprende ese dolor, esa herida que todos llevamos adentro. Entonces, no hace falta hablar de eso ni dar muchas explicaciones al respecto.

 

Entonces, eso empieza a poder facilitar la cuestión y eso permitió empezar a hablar. Y el empezar a hablar, empecé a traer esa necesidad de transmitir el asunto. Fundamentalmente, cuando uno entra en contacto con jóvenes que ve que a veces falta información, tratar de llenar ese hueco, de ir a la información, de transmitirles. Esto es como si pudieras hablar con uno de los soldados con que San Martín cruzó los Andes. Te transmitiría un montón de vivencias, de cómo fue la cosa o de qué pasó, que sería interesante.

 

Nosotros ya somos gente grande, no sé cuántos años nos quedan, pero no demasiados. Entonces va a llegar un momento en el que esa voz no va a estar más. Entonces, por eso en este último esfuerzo, en esta última arremetida intentamos que sea la forma de darle sentido a todo el asunto. Si uno puede transmitir a las generaciones que vienen los por qué, los cómo, en qué impacta Malvinas a nuestro hoy, en que cosas nos influye la geopolítica. Si todo eso lo podemos transmitir, significa que cada vez cobra más sentido la gesta de Malvinas. Entonces, por eso me parece importante.

 

 

 

¿Se está trabajando para presentar algo a nivel provincial en Educación?

 

No hemos tenido contacto con el ministerio de Educación. Todavía no hemos hecho un decreto formal. El tema es el siguiente, nosotros vamos a las escuelas, damos charlas y todo eso es interesante, pero no somos educadores y tal vez nos faltan las herramientas o el tiempo, porque a veces desarrollar un tema tan complejo en 40 minutos no es tan sencillo. Entonces, no tenemos el tiempo ni las armas como para poder transmitirles a los chicos la idea de Malvinas en general. Entonces creemos que lo más adecuado para eso es tratar de transmitirles esto a los educadores. O sea, transmitirles nuestras vivencias, nuestras experiencias, nuestros conocimientos, tratar de transmitírselo a los educadores para que ellos, a su vez, se lo transmitan a los chicos. Esa es la idea. Esperamos que el ministerio de Educación de la Provincia o de la Nación, pero en principio nosotros como veteranos de Esquel y de la zona, esperamos poder llegar a la provincia y poder armar algo que sirva tanto a los educadores y que a nosotros nos permita el trasladar todo esto que tenemos. Ya no somos chicos, cada vez vamos quedando menos. Entonces es aprovechar ahora que todavía tenemos voz y podemos transmitir todo esto.

 

¿Considerás que no se ha enseñado de manera correcta la historia de Malvinas?

Yo creo que no se ha enseñado de la manera correcta. Hemos pasado por varios periodos. Lo que se llamó la desmalvinización, que fue el periodo que abarcó de nuestro regreso de la guerra hasta los años 2000. Fue un momento en el cual al veterano se lo escondía debajo de la alfombra, cosa de que no se viera. De hecho, vos ibas a pedir un trabajo y no podías decir que eras veterano de guerra, porque si eras veterano de guerra eras un loco, y si eras un loco no podían darte el trabajo. Había que esconderlo. Entonces no había ni reconocimientos, ni actos, ni nada de eso. Es más, te diría que el primer presidente que prestó atención, en serio, a la cuestión de veteranos fue Néstor Kirchner. De hecho, llegamos a que el presidente anterior a este eliminara la secretaría de Malvinas, la eliminó y metió a los veteranos en un freezer. Y la cuestión Malvinas, peor aún, porque dijo que eran unas piedras en el medio del Atlántico, heladas, que no tenían mucha utilidad.

 

Entonces eso implica un desconocimiento tan profundo y tan terrible que hace que uno dice "caramba, si esto, que es la cúpula de mi gobierno, está¡ expresando esto, no quiero pensar el resto". De todos modos, este gobierno actual tampoco hizo demasiado al respecto. Si bien volvieron a restablecer la secretaría de Malvinas y actuaron correctamente cuando hace poco tiempo suspendieron el acuerdo Faradori-Duncan, que fue un acuerdo entre el vicecanciller nuestro y el canciller de Inglaterra, en el cual le dieron todas las ventajas a ellos, ese pacto se suspendió. Eso ha sido un avance positivo, pero no hay mucho más para decir.

 

¿Cómo es la situación actual de Malvinas teniendo en cuenta el contexto geopolítico?

 

Actualmente, el Reino Unido tiene una base militar, una base militar que reemplazó en la época que fue el conflicto de Malvinas. La base militar era Puerto Argentino. Esa base quedó descartada. Hicieron una base nueva, mucho más grande, más poderosa, más equipada. Geopolíticamente hablando, la historia arranca con que las Islas Malvinas pertenecían al Virreinato de España y por derecho nos pertenecieron a nosotros cuando decretamos nuestra libertad en 1810. Argentina nombra un gobernador en las islas y así­ se mantuvo hasta que, en el año 1831, una fragata norteamericana atacó Puerto Argentino, tomó la isla, pero estuvieron un tiempo y después se fueron. Nosotros volvimos otra vez. Cuando ellos se retiran de la isla, volvimos a tomar otra vez el control de la isla y dos años después, en 1833, fue la toma por los ingleses.

 

Pero que quede claro. Había un embajador argentino y la bandera argentina era la que estaba flameando. Fue un ataque, no fue que era una isla vacía, que no había nadie y así llegaron. Fue una isla con un gobernador argentino, parte del territorio argentino. Tengamos en cuenta que Malvinas, en su zona más cerca del continente, está¡ a 360 kilómetros de la costa argentina. O sea, está¡ dentro del Mar Argentino. Entonces, geográficamente hablando, las islas también pertenecen a nosotros. Pero geopolíticamente hablando, cuando se habla de Malvinas, siempre se dice Malvinas e Islas del Atlántico Sur. Eso es importante porque Malvinas tiene al sureste tiene la Islas Georgias y después tiene las Sándwich del Sur. ¿Por qué son importantes para nosotros? Por dos motivos. Primero, porque en la Sándwich del Sur teníamos una base meteorológica desde hacia mucho tiempo, pero el Sándwich del Sur es el extremo oriental de nuestra reclamación de Malvinas de la Antártida argentina. El otro extremo de la reclamación argentina está¡ en la saliente que tiene Santa Cruz. Eso es lo que nos da el triángulo, que es lo que nosotros solicitamos como reclamación que tenemos sobre la Antártida.

 

Nuestra reclamación sale de Sándwich del Sur y va hasta Santa Cruz, pero nuestra e reclamación o nuestra área que pedimos, también está¡ reclamada por Chile y por Inglaterra. Mitad y mitad. Exactamente mitad y mitad. Entonces, ¿por qué es importante? Primero, por nuestra reclamación sobre la Antártida, pero también es importante por las zonas económicas exclusivas. Cuando uno tiene soberanía sobre un territorio, tiene un mar que la rodea, sobre el cual también tiene soberanía y es una zona en la cual decide cómo utilizar los recursos. Obviamente, estamos hablando de recurso pesquero, de petróleo, de varias cuestiones que empiezan a jugarse en esa isla. Entonces, el tema Malvinas es un tema complejo, es un tema que va mucho más allá de que las islas son nuestras.

 

No cabe duda que, algún dí­a van a volver a estar bajo pabellón argentino. Creo que va a ser así y espero que va a ser así­. Hay un montón de motivos que hacen que Malvinas tenga que ver con Argentina. Cuando se habla de geopolítica, tiene cuatro componentes fundamentales. Uno es la historia, otro es la sociedad, otro es la geografía y otro es la economía. Ahora, geopolíticamente a nosotros nos interesa. Nosotros necesitamos tener Malvinas porque es parte de nuestro futuro, de nuestra economía. Pero como hablábamos también en el acto, no solamente nosotros miramos eso. Hay muchas potencias en el Mundo que están mirando exactamente eso y que nos ven simplemente como proveedores de recursos naturales, nada más que eso que ellos quieren. (...) Nuestros muertos son importantes. Malvinas se pagó con sangre. Malvinas es importante para nosotros, pero no es la única razón y no podemos quedarnos ahí­ porque sino les hacemos el juego a muchos nuestros políticos que con poder hablar de nuestros muertos y hablar de la gesta de Malvinas como algo que ocurrió, no vamos más allá de eso. Entonces nuestros chicos tienen que entender que se debe ir más allá y tienen que entender por qué tienen que ir más allá

 

¿Qué nos podés contar sobre lo que ocurrió el 2 de mayo de 1982?

 

Arrancó la noche del 1 de mayo. En la madrugada del 2 de mayo iba a haber un ataque total contra la flota inglesa. Iba a ser toda la flota argentina, contra toda la flota inglesa. Del norte, ingresaban dos grupos, uno era el grupo del portaviones y el otro el grupo de la Santísima Trinidad. La idea era atacar la flota inglesa y todo o nada. Pero esa madrugada, cosa rara en nuestra Patagonia, no hubo viento. Y la pregunta es ¿qué tiene que ver el viento? El viento tiene que ver por el despegue de los aviones. Nuestro portaaviones era de la Segunda Guerra Mundial. En realidad, no estaba diseñado para esa reacción. Entonces, la pista es un poco corta. Cuando el portaaviones va a largar sus aviones, se pone proa al viento, va a toda la velocidad que puede y genera el viento como para que el avión despegue. El problema es que no hubo viento. Entonces, al no haber viento, la carga útil de los aviones se reducía drásticamente. O sea, tendría que salir prácticamente sin armas y sin combustible. No tenía sentido. En la noche/madrugada, fue alrededor de las 5 o 6 de la madrugada, se da la orden de cancelar el ataque. Entonces, nosotros dimos la vuelta y fuimos rumbo a Ushuaia.

 

 

 

A las 16, nos hundía el Conqueror. Estábamos a unos 100 o 150 kilómetros de Isla de los Estados. No estamos hablando de que estábamos a 6000 kilómetros de distancia. El Conqueror dispara tres torpedos, dos al crucero y uno a un escolta que, por ángulo no explotó. Eso fue un ataque de doctrina. Siempre los ataques son cuando son los cambios de guardia a las 16. El primer torpedos pegó en la sala de máquinas de popa.  Inutilizó el barco. Lo mató. El barco quedó en total silencio, sin comunicaciones y sin electricidad. Sin nada. Muerto. Y el segundo torpedo impactó en la proa. Le sacó 15 metros de proa al barco, lo cortó. Yo en ese momento estaba durmiendo porque habíamos estado en puesto de combate toda la noche. Terminó© mi guardia, almorcé© algo y me fui a dormir un rato porque además tenía que seguir. Cuando fue la explosión, me desperté todo a oscuras. No sabía qué había pasado. Fue vestirse a oscuras, pegarle un poco a la puerta porque se había deformado un poco Fui a ver qué había pasado y ahí me enteré que habíamos sido impactados por dos torpedos.

 

Nos organizamos un poco, fuimos a las cubiertas bajas a sacar gente y tratar de guiar a los que estaban abajo para poder llevarlos arriba. Unos 25 minutos después se dio la orden de abandono. (...) Cuando se hace el rol de abandono, sacamos las balsas. (...) El problema que tuvimos fue que mi balsa, la que me tocaba, estaba sobre la banda de estribor, eso es, a la derecha del buque. El barco se escoraba a babor, por lo tanto el ángulo para poder empujar la balsa y tirarse al agua era imposible. No podíamos empujarla. Entonces tuvimos que dejar la balsa, e ir al agua. Yo fui al agua y me rescató una balsa que estaba relativamente cerca. Éramos 13 personas a bordo de esa balsa, que están 25 personas y fue mirar cómo se hundía el barco. Se acostó sobre su lado izquierdo y se fue. Para toda persona que haya navegado, el momento de perder el barco no es un momento fácil. Es un momento difícil, como perder tu casa.

 

 

 

El 2 de mayo fue un día gris. Estaba más o menos bien en el momento que abandonamos. A la noche, se puso terrible un temporal realmente bravo: las de diez o 12 metros, 120 kilómetros por hora de viento y 20 grados bajo cero sensación térmica. Fue una noche muy difícil. El problema es que en ese mar donde la balsa sube a una ola de diez metros y después baja. Entonces en ese momento había que distribuirse en la balsa. Uno engancha los brazos para mantenerse desparramado, para mantener la balsa balanceada y que no se diera vuelta, pero eso te impide que el que está© al lado te de calor. Los cierres que estaban viejos y con el golpe se rompieron, entonces quedaban abierta la ventanita y la puerta y entraba agua. Había que estar sacando agua permanentemente. Fue una noche de terror. 

 

Llegó la mañana, pasó el temporal y no quedó lo que en el mar se llama mar de fondo, que son las las ondas largas y profundas y un viento razonable. Ese día vimos a lo lejos la silueta de algún barco que estaba seguramente rescatando balsas y no nos tocó a nosotros. Vino la segunda noche. El mar estaba más tranquilo, pero de todos modos, también muy fría. Ya estábamos todos sintiendo lo que era el impacto del frío. No podía usar las piernas por el frío y llega nuevamente la mañana. Esa noche vimos un destructor que estaba buscando gente y que iban con el reflector buscando las balsas. La balsa puede parecer muy grande, pero en el mar es una cáscara de nuez. Se pierde muy fácil.

 

Hubo un momento en que nos tuvo en el reflector y giró hacia nosotros. Dijimos "nos rescatan", pero nos perdió y cambió el reflector a otra balsa y se fue para otro lado. Asá­ que esa noche no tuvimos suerte. Esa noche también pasó cerca el Gurruchaga, que tampoco nos vio, y llegó el amanecer del segundo día. (...)  No veíamos ningún barco en el horizonte, no veamos nada y realmente el ánimo estaba muy por el suelo.

 

 

 

A las 14 horas, vimos un Fokker F28 que pasó y empezamos a gritarle al avión. Nos pasó, se dio vuelta, pasó bajito sobre nosotros, saludando con las alas y prendiendo y apagando en un aterrizaje. Te juro que lo veo como si estuviera viendo ahora. Dos horas o tres horas después, nos recogió el Instructor Piedrabuena. Ver el barco que viene a buscarte es maravilloso. Nos subieron a bordo, nos trataron de maravilla. Recuerdo que me dieron una taza de caldo de pollo. Nunca en mi vida he probado algo más rico que esa taza de caldo de pollo. El sentir cuando va caliente va bajando y te va calentando. Nos dirigimos a Ushuaia, nos pusieron en un hangar, nos dieron ropa para cambiarnos. Esa ropa la dejamos toda en Ushuaia y nos dieron un overol verde con unas zapatillas Flecha blancas. Al otro día, un avión Electra de la Armada nos llevó para volver a la base Espora, que es el aeropuerto de Bahía Blanca. El avión hizo una un aterrizaje, una escala en Río Grande para cargar combustible. Ahí estaban todos los pilotos, que nos abrazaban y te decían "bien, loco, bien". Esa camaradería que hay en la guerra hoy la mantenemos con los veteranos. De ahí­ fuimos Espora, nos recibieron, nos hicieron formar, nos hicieron desfilar delante del pabellón y creo que nunca lloré tanto en mi vida como en ese momento.

 

Yo recuerdo, nos dieron creo que diez días libres. Fui a la ciudad para sacar un pasaje de avión a Buenos Aires para ver a mi familia. En Ese momento,  pedí un teléfono para hablar con mis padres. La operadora dijo que había cuatro horas o seis horas de demora. Le dije "mire, señora, vengo de tal cosa, así, así, asá, quería hablar con mi familia" y me dijo "quédese en el teléfono" y me consiguió la llamada en diez minutos. Nunca conocí a esa señora y es uno de los agradecimientos pendientes. Como mi balsa fue la última en ser rescatada, aparecía como desaparecido todavía en el pizarrón. Cuando llamé fue "guau" y fui a Buenos Aires a estar con mi familia.

 

¿Quién eras antes de Malvinas, a qué te dedicabas?

 

Yo era marino mercante. Yo soy como título original maquinista naval. Navegaba en la Marina mercante. En aquel momento navegaba en barcos de vela.

 

¿Y quién sos hoy?

 

Cursé ingeniería y me recibí como ingeniero en Mantenimiento Industrial y después hice un postgrado en Seguridad, Higiene y Medio Ambiente, y hoy fundamentalmente trabajo en eso, trabajo en seguridad, higiene. Se fue un poco todo el devenir, como se fueron dando las cosas, como me fue llevando el viento. Así que hay trabajo en eso.

 

 

 

¿Cómo fue el recibimiento y reconocimiento de la gente de Esquel?

 

Yo siempre tengo para Esquel, solamente palabras de agradecimiento. Cuando yo vine acá, vine sin trabajo. A los 15 días estaba trabajando en el viejo frigorífico y desde ese momento sigo trabajando en Esquel. La gente de Esquel me ha tratado muy bien. El tema del reconocimiento a mí me da vergüenza. No es reconocimiento, sino conmemoración de una fecha a la que yo estaba vinculado. La gente del Esquel ha sido muy cálida con los veteranos de guerra. Lo que pasa es que siempre estuve convencido que se vivieron dos guerras distintas del Ro Colorado para arriba. y para abajo. La persona que vivía en la Patagonia sabe lo que son los apagones a la noche para mantener oscuridad. Sabe lo que es pensar de amenazas, sabe lo que es vivir el frí­o. En Buenos Aires se vivió como un Mundial, por televisión.

 

¿Es posible que la bandera argentina vuelva a ondear en Malvinas?

 

No lo espero, estoy seguro. O sea, creo que debe ser asá­ por un montón de razones que hemos hablado. Hoy hay una posibilidad histórica muy importante por el cambio del mundo. Hoy ese mundo ha cambiado. Hoy tenemos una potencia como es China, una potencia como es Rusia y una potencia declinante como es Estados Unidos. Se dan las condiciones, creo, de necesidad en el mundo, guerra en Ucrania, falta de alimentos, falta de combustibles. O sea, se da una situación en el mundo en la cual las condiciones en las cuales negociamos son diferentes y hoy tenemos recursos. Por ejemplo, el litio, el agua dulce. Tenemos recursos que son propios, son nuestros, tenemos que cuidarlos y sin ninguna duda, ante todo tenemos que cuidarlos, pero son nuestros los que hay en este mundo, que en este mundo cambiante, en este mundo multipolar que se da hoy.

 

Creo que las condiciones de recuperación de Malvinas nunca han estado más cerca. Si el gobierno que tenemos tiene la habilidad y el coraje, porque este no es solamente un problema, hoy es un problema de coraje poner lo que hay que poner, de ir adelante. Creo que es un momento en el cual la recuperación de Malvinas está muy cerca.
 

 


 

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