Emanuel Gómez, una historia de sueños y éxito: Viñas de Nant y Fall y un cambio radical en Trevelin

En esta edición de "Firma y Aclaración", Ricardo Bustos conversa con Emanuel Gómez, uno de los protagonistas de una historia que podría catalogarse como un cambio radical y una apuesta por los sueños en el hermoso rincón de Trevelin. Junto a su padre, Emanuel decidió a sus 19 años abandonar la bulliciosa Mar del Plata en busca de una vida más tranquila y significativa.

"Mi padre y yo decidimos salir de una gran ciudad, de Mar del Plata, para vivir en un lugar mucho más tranquilo, ya conocíamos. Pero no vinimos con la idea de hacer un viñedo, sino con la idea de hacer un cambio radical de vida”.

 

Fue a fines del 2009 cuando llegaron a Trevelin con una camioneta y una casa rodante, cargados de esperanza y la voluntad de encontrar un nuevo rumbo. Trevelin no les era ajeno, habían visitado la localidad en repetidas ocasiones y contaban con una red de amistades que los recibieron con los brazos abiertos.

La historia da un giro inesperado cuando, mientras limpiaban una chacra y luchaban contra las plagas invasoras de rosa mosqueta y sauce, nace la idea de establecer un viñedo. La semilla de esta idea fue plantada por el padre de Emanuel, y a pesar de su inicial escepticismo, decidió sumarse a la aventura.

“Yo soy muy conservador, muy tradicional y no soy mucho de innovar, pero siempre tuve una frase ‘donde manda capitán, no manda marinero’. Entonces dijo, ¿por qué no hacer un viñedo? Yo no sé si estoy de acuerdo o no, pero te acompaño, si vos querés, vamos”.

 

La falta de experiencia en la vitivinicultura no detuvo su determinación. Con una profunda voluntad de aprender y una perseverancia incansable, comenzaron a investigar sobre variedades de uva, tipos de suelo y climatología. Fue una época de obstáculos, de toparse con piedras en el camino, pero también de aprendizaje constante.

Emanuel nos relata: "Para que una variedad o un vino tome carácter necesitan años las plantas básicamente. Yo calculo que para diez años más vamos a estar hablando de otro tipo de vino muy diferente, de otro pinot noir con más cuerpo, con más presencia que el que estamos elaborando hoy."

Los primeros años fueron desafiantes, pero también reveladores. La constancia y la pasión que Emanuel y su familia pusieron en su proyecto comenzaron a dar frutos. En el 2016, finalmente realizaron su primera vendimia, un logro que marcó un hito en la región y un símbolo de que el esfuerzo y la dedicación daban sus frutos.

Las variedades que cultivan, como el emblemático pinot noir, Gewürztraminer, Riesling y Chardonnay, han comenzado a establecerse en la región y a ganar reconocimiento. El crítico inglés Tim Atkin otorgó 90 puntos a su vino pinot noir, un hito que marcó la calidad y el potencial de sus productos.

Hoy, Viñas de Nant y Fall es mucho más que un proyecto familiar. Se ha convertido en un referente en la región de Trevelin, no solo por su producción de vinos de alta gama, sino también por su enfoque en el enoturismo y su capacidad para atraer a miles de visitantes cada año. Abriendo el paso como pioneros para el desarrollo de otros emprendimientos vitivinícolas en la zona.

Emanuel concluye con humildad y determinación: "Estamos a mitad de camino en la capacidad y no sabemos hasta dónde vamos a llegar, porque si partimos de que eran vinos para amigos y hoy es un emprendimiento enoturístico que recibe más de 20 mil turistas al año, que logra vender el 100% de su producción y tiene más demanda de lo que produce, que tiene un estacionamiento para motorhome, un camping, no tiene techo."

La historia de Viñas de Nant y Fall es un recordatorio inspirador de cómo la valentía de perseguir sueños puede transformar realidades y dejar una huella perdurable en una comunidad. Con dedicación y pasión, Emanuel y su familia han demostrado que los cambios radicales pueden llevar a resultados asombrosos, y que los sueños pueden convertirse en una realidad más rica y satisfactoria de lo que uno podría imaginar.