Sonia Baliente es una de las gestoras del Centro Cultural Independiente La Casa del Piano. El espacio está ubicado en la calle Conesa 1075, en el barrio Malvinas Argentinas, entre Alsina y Roggero.
La última semana de mayo recibieron la gran noticia de tener la habilitación de la Municipalidad: "A partir de una nueva ordenanza que se trabajó en el año 2024, donde se habilita con una categoría específica a los espacios culturales independientes".
El trabajo en la ordenanza fue colectivo y acorde a las capacidades de distintos espacios locales: "Eso surgió porque en el año 2024, en el verano hicimos algunas asambleas entre algunos referentes culturales de la ciudad y trabajamos en esta ordenanza. La presentamos en la Banca del Vecino y se estuvo trabajando con el Concejo Deliberante. Se llegó a un acuerdo en un texto común que realmente propicia y facilita la apertura de los centros culturales, sobre todo desde lo económico, desde la habilitación, del tipo de habilitación y exigencias".
Una de las características principales es la escala del espacio y sus usos: "Hasta 50 personas que pueden ingresar, estuvimos todo el verano con estos trámites, presentando papeles, teniendo que hacer planos de emergencia, teniendo inspecciones y después de un tiempo y de trabajar en este proyecto, quedamos habilitados formalmente".
El legado familiar de La Casa del Piano
Baliente es parte de una familia ligada a la cultura local y esta gestión es parte de ese legado, llevado adelante hoy junto a Liber Baliente, Inés Irigoyen y Ana Silva: "Yo volví a vivir a Esquel, estuve viviendo 20 años en Gaiman y en Trelew y 15 años atrás diría, Pedro y Susy Silva y sus hijas que son muy amigas mías me dejaron en herencia un piano de cola Steinway de media cola que está en la casa".
Sonia aprendió a tocar el piano desde chica en ese mismo piano: "Pedro y Susy fueron mis profesores, pero ellos se dedicaban a otras cosas, Pedro era psiquiatra, fue conocido por eso en la ciudad de Esquel y me dejaron ese piano y yo quedé con esa idea de que bueno, algún día, cuando vuelva a Esquel, cuando me jubile, cuando sea, tendré un centro cultural con un piano. Bueno, volví hace tres años y medio a vivir a Esquel, Pedro falleció hace casi dos años y llegó el momento de bueno, de ver qué hacíamos con el piano".
Junto a las hijas de Silva, Alejandra, Natalia y Anita tomaron la decisión: "Yo tengo este proyecto, no esperaba que iba a ser ya. Les presenté el proyecto a las chicas, les encantó porque la casa no solamente tiene el piano, tiene una cantidad de patrimonio cultural muy interesante, desde las artes visuales, la fotografía, la literatura, hay discos, hay cassettes, hay cds, hay equipos que están funcionando, hay cine, tiene un parque hermoso que se pueden hacer actividades y la casa es muy bella, tiene una arquitectura muy interesante".
El grupo Melipal y la historia esquelense que continúa
Tanto la familia como esos momentos formaciones estaban atravesados por un grupo de acción cultural de los años setenta en Esquel y la región: "Se llamaba Melipal, donde hacían actividades culturales, se juntaban a mirar cine y discutían, a escuchar música, de ahí el nombre (del centro cultural) Melipal, toda esa historia está relacionada".
El proyecto tiene un eje de compromiso y memoria familiar: "Esto tiene su parte muy emocional, muy sentimental, muy fuerte para nosotros, porque es resguardar y transformar una situación familiar compleja, difícil, triste, en este centro cultural, que para nosotros es una bendición, una maravilla y tiene que ver con la generosidad de Susi y de Pedro".
¿Cómo llegó el piano a Esquel?
"La casa del piano" no es un nombre artístico, efectivamente hay un piano que es el eje del trabajo que continua: "Es un piano de 1904, o sea, es un piano centenario, ha venido como regalo de cumpleaños de 15 a Susi del Teatro Colón. Ese piano entonces tiene una historia estuvo mantenido mucho tiempo, los últimos años quizás no, entonces ahora lo estamos arreglando y tratando de dejarlo bien en forma para que se pueda seguir usando con mucha más regularidad, lo usamos para ensayos, para algunos conciertos, pero arreglar un piano de cola es un trabajo, además de costoso.
Acercarse a La Casa
La agenda de actividades está nutrida y variada desde el verano: "Hay talleres de violín y violonchelo que los profesores de Arcos al sur, una especie de subsede", cuenta Sonia, directora de coro y por tanto también hay coros que ensayan allí, así como clases de guitarra y trabajos de técnica vocal, repertorio: "Como hacían mis padres en el coro de Cámara de Esquel, y yo iba cuando era chiquita y escuchaba esos ensayos, de ahí soy director de coros".
Las posibilidades del espacio incluyen charlas, presentaciones de libros, conciertos, muestras fotográficas: "En verano fue increíble festivales en el patio y que la gente pueda ir con su reposera, su mate, sentarse y escuchar música en los días lindos, y la verdad que fue maravilloso y ahí vamos avanzando".
S.L.