Ante la creciente presión sobre el tipo de cambio y la elevada liquidez en el mercado, el Gobierno Nacional, a través del Banco Central , ejecutó hoy una intervención coordinada en el mercado de dólar futuro. La medida busca principalmente absorber el excedente de pesos y estabilizar la cotización de la divisa estadounidense.
La estrategia desplegada implicó varios frentes: por un lado, se realizó la venta de contratos de dólar futuro, una acción que busca influir directamente en las expectativas sobre el precio de la moneda a futuro. Paralelamente, el Banco Central recurrió al uso de pases pasivos para retirar liquidez del sistema, mientras que el Tesoro complementó la operación con una licitación de títulos de deuda, reforzando la absorción de pesos.
Esta intervención se produce en un contexto de particular sensibilidad, donde el dólar había tocado máximos de $1.300 en las primeras horas de la jornada. La situación se veía exacerbada por el desarmado de instrumentos como las LEFI (Letras Fiscales de Liquidez) y una posterior caída en las tasas de interés a corto plazo, factores que podían incentivar la demanda de dólares en el mercado. La tensión también se reflejaba en los mercados paralelos, con movimientos significativos en el "contado con liquidación" y el dólar blue.
La reacción inicial del mercado fue favorable. Las medidas lograron revertir la tendencia alcista observada. El dólar minorista en el Banco Nación retrocedió a $1.280 para la venta, lo que representa una baja de 15 pesos (1,2%) tras haber alcanzado los $1.300. En el mercado mayorista, el dólar cedió 20 pesos (1,6%), cerrando en $1.260. Incluso los contratos de dólar futuro, que habían mostrado leves aumentos, registraron caídas de hasta el 1% en las posiciones más cortas. Los dólares financieros (CCL y MEP) también experimentaron descensos, y el dólar blue, que llegó a $1.350 intradiario, finalizó en $1.330, interrumpiendo una racha alcista de cinco días.
F.P