Con la llegada de las low cost y de nuevas aerolíneas a las rutas del país, Aerolíneas Argentinas anunció nuevas medidas para ganar competitividad y continuar siendo la líder del cabotaje con el presupuesto que tendrán del Gobierno el año que viene (168 millones de dólares). Las decisiones surgieron de un “exhaustivo análisis comparativo” con las líneas aéreas líderes de la región y del mundo.
Por un lado, la competencia obliga a la aerolínea a ahorrar costos, pero por el otro la impronta que llega desde la Casa Rosada y que dice claramente que tiene que bajar la dependencia de los fondos públicos.
En 2017 ya no habrá más comida a bordo en los vuelos de menos de dos horas que realice Aerolíneas Argentinas y Austral. Aquella cajita con un alfajor y un par de snacks, acompañada por un vaso de bebida será parte de la historia. “Será a partir de enero cuando venzan los contratos que tenemos con las empresas proveedoras”, indicó Diego García, director Comercial de la empresa.
Tampoco se venderá a bordo comida para el pasajero que quiera comprar, ya que los convenios colectivos que la compañía tiene firmado con los gremios que tienen personal a bordo, no tienen tipificado este servicio.
Aerolíneas Argentinas, la líder, por lejos, del cabotaje en el país, empezó a prepararse para la competencia más importante de los últimos años. Además de quitar la comida, habrá modificaciones en la comercialización, e incluyen la eliminación de las comisiones que cobran actualmente las agencias de viajes.
Además de las modificaciones en la dieta del pasajero, en la empresa consideran que la relación con sus usuarios ha mejorado. Pero ahí apuntan varios de los cambios que se vienen. “La aplicación de Aerolíneas.com va a renovarse totalmente; por caso, se podrá comprar un pasaje con un solo clic y desde el teléfono, un servicio que tienen la mayoría de las líneas aéreas, pero que Aerolíneas aún no ofrece”, comentó el ejecutivo.
“Bajamos la cantidad de pasos para comprar un pasaje. Antes había que hacer 11 clics, ahora seis”, comentó la directora de Relaciones Institucionales, Felicitas Castrillón. Pero las novedades digitales no se quedan ahí.
Desde marzo del año próximo, la empresa pondrá a remate varios servicios 48 horas antes de cada vuelo. Un pasajero, por ejemplo, podrá ofrecer un precio para subir su billete de categoría económica a primera. Si es la mejor oferta, se llevará el beneficio.
La innovación tiene una intención solapada. O no tanto, en realidad. En la empresa tienen conciencia de que gran parte de los asientos de la clase ejecutiva se llenan con favores de empleados jerárquicos de la empresa. Dicho de otra forma, por pasajeros que en definitiva no pagan su boleto.
Ofrecerlos al mejor postor, entonces, es una forma de ocuparlos a cambio de dinero. Además, se podrán comprar los asientos de filas de emergencia, que tienen más espacio, y hasta poner algunos dólares para que el asiento vecino esté vacío. “Entre los ahorros y los ingresos por este tipo de cosas tendremos una mejora de alrededor de 12 millones de dólares”, comentó García. (La Nación)
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