26 de Octubre de 2020
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Docentes chubutenses y la virtualidad: "La Secundaria es tierra de nadie"

Juan Pablo Simonetti, docente de matemáticas y representante gremial, nos cuenta de la situación actual de la educación en virtualidad y los desafíos que presenta.

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La virtualidad ha estado presente durante mucho tiempo en la vida cotidiana de los habitantes chubutenses, pero la llegada de la pandemia obligó a una nueva adaptación en muchos ámbitos. Las personas comenzaron a trabajar y estudiar desde sus hogares, muchas sin el adecuado acceso a soluciones informáticas que permitieran ajustarse a la nueva normalidad.

 

En muchos casos, la adaptación fue compleja, especialmente para los docentes, que, además de tener que manejar nuevas herramientas y espacios muy distintos, debieron encontrar nuevas maneras de interactuar con sus alumnos. Es el caso de Juan Pablo Simonetti, docente de matemáticas que trabaja en escuelas secundarias públicas y en la Universidad de la Patagonia San Juan Bosco, que nos cuenta sobre su experiencia con la virtualidad. Además, es representante sindical de los docentes, y recibe pedidos y comentarios diarios de sus colegas sobre la situación.

 

Abandono de estudiantes

 

Entre todas las dificultades que enfrenta actualmente la educación, una de las más complejas es el abandono de los estudiantes. Más de la mitad de los estudiantes universitarios a quienes enseña Simonetti dejaron de estudiar durante la pandemia: de por sí, en matemáticas, hay pocos estudiantes, pero este año el abandono fue extraordinario.

 

Además, se deberá considerar el hecho de que muchos de los estudiantes que ingresen el próximo año a la universidad habrán tenido una cursada sumamente irregular en la provincia y no contarán, quizá, con las mismas herramientas que quienes ingresaron en años anteriores.

 

“La secundaria es tierra de nadie”.

 

Simonetti explica que, en este momento, las normativas provinciales a nivel de secundario no son posibles de cumplir y que las herramientas necesarias no fueron dadas. El motivo principal del abandono continúa siendo que muchos estudiantes no tienen el acceso adecuado al material o a los medios para adaptarse a la modalidad a distancia.

 

Los docentes, según Simonetti, toman acciones para mejorar la situación, desde donar sus fotocopias hasta comprar tarjetas de carga telefónica para los alumnos: la ayuda del gremio se ha usado para comprar auriculares, micrófonos, cámaras y libros.

 

La digitalización del material también es un desafío: la mayoría de los docentes no tenían impresoras ni escáneres adecuados para enviar la información a los estudiantes, así que esta es también una de las tantas solicitudes pendientes de resolución.

 

Medidas para mejorar el paso a la virtualidad

 

En su momento, explica Simonetti, hubo una resistencia a pasar a la virtualidad bruscamente: el problema fue que, como el cambio se realizó de inmediato, no hubo tiempo para planear las adaptaciones a la modalidad virtual, y los métodos de enseñanza no estaban ajustados, ni los maestros capacitados. Por más que la situación fue acuciante y el encierro fue repentino, el representante gremial considera que se debería haber dado un mes a las jurisdicciones para reorganizarse.

 

“Uno dice: ‘un mes era mucho tiempo’. ¿Cuánto llevamos ya con este traqueteo? Y las cosas no mejoraron”.

 

Los aspectos positivos de la virtualidad

 

Pese a todos los problemas que planteó la pandemia, quedaron algunos aspectos positivos.

 

“En virtualidad aprendemos todo el tiempo. Estamos todo el tiempo haciendo cursitos, mirando videos, aprendiendo tutoriales. Es una pavada decir que no se aprende así”.

 

El potencial se encuentra en saber utilizar los amplísimos recursos disponibles en Internet para realizar una selección curada y transmitir, así, aún más conocimientos y posibilidades a los alumnos. Algunos docentes, en particular, tienen problemas con la creación de contenido escolar virtual: “En general, la presencialidad aprovecha mucho de lo no dicho. Aprovecha mucho de la consulta en el momento, aprovecha mucho de la aclaración”.

 

Las horas para pensar la clase se extienden mucho más: anteriormente, se podían dar fotocopias para ejercitar, pero ahora eso no es posible. Para Simonetti, en el aula virtual se debe cambiar completamente la modalidad, para que no ocurran incidentes de falta de comprensión. El docente, según explica, hace lo que sabe hacer, y casi ninguno está suficientemente preparado para enfrentar los nuevos desafíos.

 

Todo esto y mucho más, en una nueva edición de Primera mano, con la conducción de Martín Berrade. ¡No te lo pierdas!

 

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