05 de Noviembre de 2020
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El Horcón

Estados Unidos: apuntes de lejos de una elección con consecuencias cercanas

Nueva columna de opinión de El Horcón.

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El respeto por las instituciones y la valorización de la democracia ha sido de esas banderas que Estados Unidos ha enarbolado por tanto tiempo, que muchos le creen sin dudar, lo que les ha propiciado el lujo de erigirse como árbitro en los procesos electorales del mundo.

 

Las sanciones a aquellos países que no consideren democráticos, el cuidado de las elecciones ante posibles fraudes y la crítica permanente al deterioro institucional ha caracterizado la política exterior estadounidense de un periodo electoral a otro, sea liberal o demócrata.

 

Lo que hoy está sucediendo en las elecciones de Estado Unidos, con Donald Trump denunciando fraude, si bien era previsible, no puede ser -como mínimo- desconcertante y peligroso para los principios democráticos -tal como los conocemos- de todo el planeta. No olvidemos el afán de ese país enviando observadores a cada elección que se realiza, fundamentalmente en América Latina, criticando con fuerza aquellos que según su percepción están dispuestos al fraude o a manipular las elecciones. Paradójicamente es lo que, precisamente, está denunciando Trump quién, según analistas, no está acostumbrado a perder y ante esa posibilidad es capaz de negar lo evidente.

 

Si bien Estados Unidos a lo largo de la historia apoyó dictaduras y condenó a otras -todo bajo el tamiz de sus intereses económicos, pero aludiendo en su discurso al fortalecimiento de la democracia- lo cierto es que lo devastador de esta contienda es que ya está dejando su saldo negativo de credibilidad hacia dentro del país y por supuesto, el mundo no es ajeno -mal que nos pese- a lo que ocurre en territorio estadounidense. 

 

En un mundo que tiende, en su mayoría, a reconocer los derechos negados a la mujeres y minorías, tiene en Trump la versión más retrograda sobre este tema, pero también tiene a uno de los peores presidentes que ha manejado la crisis emanada por el Covid. Lamentablemente esto no hace que el mandatario reconozca que el daño a la nación está ´por encima de sus intereses privados. Nada detiene a un presidente que seguramente tiene mucho para perder si deja la Casa Blanca.

 

Lo cierto de estas elecciones es que nunca ha estado más en entredicho la democracia, tal cual la conocemos. La revolución tecnológica, la globalización de la información y un orden mundial que se hace añicos es el nuevo escenario que más nítidamente nos muestra la contienda electoral en Estados Unidos.

 

El mundo necesita confianza para sanar las muchas heridas que la desigualdad e inequidad han profundizado. Tal como están las cosas hay que poner en marcha la reconstrucción superadora de lo que hasta ahora conocemos como democracia. 

 

Hay males globales que no solo afectan a Argentina; las instituciones débiles unido a un sistema de salud también endeble visualizado como nunca antes con los estragos de la pandemia y la educación que no llega a mayorías hacen que cada vez se concentren las decisiones más importantes en grupos financieros que tienen más influencia global y en las economías regionales, que el voto en las urnas de cualquier país.

 

Sin dudas, a estos grupos, pertenece el actual presidente, que no ha tenido ningún empacho en profundizar la crisis que cuestiona la transparencia que se arroga Estados Unidos, lo cual, tardara años en recuperarse, si es que existe un verdadero interés en hacerlo.

 

Mientras tanto, desde este Sur, necesitamos que de una vez se ponga en marcha un orden mundial que -como acuerdos inamovibles- cuide más a los humanos, sea más amigable con el planeta y genere la confianza necesaria para construir sociedades inclusivas, como única vía posible para que se entienda aquello de que “nadie se salva solo” como se ha repetido tanto por estos meses.

 

 

CHISTECITO DE YAPA

 

Va Trump, un día antes de las elecciones, a un geriátrico y se da cuenta que nadie lo conoce, asombrado le pregunta a una anciana:

 

-Abuela ¿no sabe quién soy?

 

-No lo conozco, dice la abuela, y agrega: pero si no sabe su nombre...¡vaya a la recepción que ahí tiene todos sus datos!

 

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