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Historias de esquelenses: Daniel Díaz, exintendente de la ciudad

Nos cuenta su trayectoria y cómo era la ciudad en otras épocas.

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"Ayer me estaban diciendo: 'Usted fue el mejor de los intendentes, de los que no se llamaban Williams ni Ongarato'", dice riéndose Daniel Díaz, el único dirigente de la ciudad, desde la llegada de la democracia, en no tener ninguno de esos apellidos.

 

Desde que Esquel se convirtió en ciudad en 1958, fue el cuarto intendente en llegar al mando. Candidato a concejal a los 21 años, logró llegar a suplente. Después de 4 años fuera de Esquel, regresó y, en plena dictadura, en el 81, lo convocaron los "históricos", como se suele llamar a las personas con una reconocida trayectoria política. En esa reunión, era el único joven: allí comenzó su trabajo.

 

"Si bien no nací aquí, yo soy de Esquel".

 

Tuvo diversos trabajos: uno de ellos, el periodismo, que lo llevó a conectarse con toda la población de la ciudad. Luego de ser candidato, también fue diputado, junto a nombres reconocidos de la política.

 

"Yo ya nací peronista, era en la cuna peronista: mamá y papá, los dos. Padre y madre peronistas. Nací en Avellaneda, no podía ser otra cosa; en 1950, cuando el peronismo estaba en el momento glorioso, Evita vivía todavía. Fui peronista de cuna, y después por convicción".

 

En su candidatura, sintió fuertemente el apoyo de los jóvenes y la gente de los barrios. "Habíamos caminado mucho: antes, durante, y en ese momento en que estábamos en plena campaña", nos cuenta, y agrega que en el Esquel que le tocó gobernar, no había tanta brecha social: había personas con una posición económica más holgada y otros que no tenían tanto, pero "a las escuelas concurrían todos mezclados".

 

"Esquel era muy solidario, por encima de todas las cosas. Se compartían los ámbitos de pensamiento, del deporte, de la cultura, de un montón de cosas. Y fue creciendo como toda ciudad, con sus pro y sus contra".

 

Cuando llegaron a construir la presa Futaleufú, "no alcanzaba el lugar" en las calles. Era un Esquel alegre y pujante, pero, luego, esto se terminó y el dinero que se había generado no quedó en la ciudad. A continuación, hubo un cambio: "La pobreza creció en Esquel. Y la marginación también creció. Y los que creyeron que eran de clase media o aspiraban a subir un escalón más, fueron cambiando su forma de ser, su forma de ver, y segregando a los que hasta ayer habían sido sus hermanos, sus amigos, sus conciudadanos. Ese fue el tema más profundo que tuvimos que encarar cuando fuimos gobierno municipal, que todavía no se ha resuelto: la integración de la ciudad de Esquel".

 

Solo recuerda a un esquelense al que se llevaron durante la dictadura, pero que ya vivía en Buenos Aires. Todo se vivió de manera muy lejana: "Fue silencioso como nunca antes, pero siguió la vida casi con normalidad". Lo que más se notó fue Malvinas, donde se llevaron a muchos jóvenes.

 

Tiempo después, para reivindicar muchos de los derechos vulnerados, crearon la Secretaría de Derechos Humanos, donde había cinco personas que trabajaban ad honorem: fue la primera secretaría de este tipo en todo el país, nacida el 10 de diciembre de 1987.

 

En su gobierno y en su vida, hizo muchas cosas más. Escuchá su historia:

 

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