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¿Cómo cuidar a los adultos mayores durante el aislamiento?

Nos visitó la psicóloga Daniela Billone, especialista en adultos mayores, para contarnos algunas de las señales de alarma y de las cosas a tener en cuenta.

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La psicóloga Daniela Billone trabaja en capacitación de cuidado de adultos mayores y es psicóloga. Se mudó recientemente a Esquel y nos cuenta cómo se ve afectada la gente mayor por el aislamiento obligatorio. Nota que los adultos mayores se están cuidando mucho, sin realizar salidas innecesarias: sin embargo, muchos no están acostumbrados a quedarse en sus casas, sino que parte de su actividad social está en las actividades cotidianas, como ir al supermercado o a caminar. Por lo tanto, se ven perjudicados emocionalmente a medida que se alarga el aislamiento.

 

“Estamos todos hartos: y es normal”, explica. “Es normal que tengamos días de muy mal humor, días de angustia, de llanto inclusive; días de ‘bueno, vamos, salimos adelante’, días que me pongo a hacer gimnasia, días de que me quedo en la cama. Todo eso es normal en situación de aislamiento. ¿Dónde tenemos que poner la mirada, el acento, en cualquiera, pero más aún en los adultos mayores? Cuando empieza a haber desconexión”.

 

“Desconexión es, además de estar aislado, me desconecto de dos tipos de cosas: de actividades o de los vínculos, de las personas. Dejo de hablar con las amistades, con la familia por teléfono, por video: lo voy dejando de hacer. Voy dejando de hacer las actividades habituales, que hacía todos los días”.

 

Nos cuenta que, al perderse la posibilidad de algunos hábitos saludables, como ver a la familia o salir a pasear a una mascota, comienza a suceder, en ciertos casos, que la persona deja de tener ganas de levantarse, empieza a alimentarse y comer menos, confundirse si tomó la medicación o no y, en general, a tener desgano, falta de ganas de hablar, entre otros. “Es la base para un cuadro depresivo: y los cuadros depresivos en la tercera edad son una de las problemáticas más graves, no de ahora, desde hace algunas décadas”.

 

Las señales de alarma, por lo tanto, son notorias. “No tengo ganas, para qué, si total”, son algunas de las frases comunes. Además, los mayores, por lo general, tienen otras patologías físicas. “Además, no poder ir a juntarme con la vecina, no poder ir al almacén a chusmear, la actividad de chusmear: estas cosas, eso, baja mucho a la gente”.

 

Lo importante es estar atentos, seamos vecinos o familiares. “Empezar a ser más solidarios”, explica. Se trata de ver qué personas están solas, ofrecerles ayuda y “charlar un rato”. “Más allá de que la persona está bueno que haga ejercicio, estimulación cognitiva, todo lo que vos quieras, nada reemplaza al diálogo, sea por teléfono, sea a través de una ventana a la ventana del vecino, sea un diálogo con barbijo”.

 

“El otro día me decían ‘pobres, ahora además, usar barbijo’. Para la tercera edad, es lo de menos: si usan anteojos, audífonos, bastón, si usan 80 cosas, un barbijo es lo de menos, es algo más. No es lo importante. Lo importante es la soledad: y este estado de aislamiento agrava la soledad”.

 

También explicó que para las personas acompañadas, hay otros problemas: a veces, incluso, estar acompañado genera inconvenientes, ya que el adulto mayor “se aísla para no molestar, porque la hija o el hijo ya está que no da más, hay mucha gente que ya está con problemas”.

 

“El adulto mayor, entonces, a veces se integra, pero la mayoría de las veces, como sabe que además tiene el tema del médico, del PAMI, del banco, de la jubilación, adopta una postura invisible, para no molestar, para no agravar: ahí, como una momia. Eso es parecido a lo otro. Es una manera de desconectarse, que no está buena tampoco”.

 

Para la familia, deben tener paciencia: “tratar de entender que nos está pasando a todos esto”. La idea es entender que el aislamiento es el mismo para todos. También aprovechar la tecnología, para las personas que están solas: conectarse desde el diálogo, aunque sea de cosas no tan importantes. Si notan que la soledad empeora, es importante llamar a un profesional.

 

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